El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó el atentado contra el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, y cómo esto se enmarca en un contexto donde la política utiliza la violencia con fines políticos y para justificar las políticas antipopulares. “¿No es conveniente el episodio de ayer para los afanes de motorizar el DNU de la SIDE? Si a Cristina la acusaban de un autoatendado, ¿qué es lo de ayer?”, se preguntó en su editorial.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Cuanto más se deteriore la economía del pueblo, más van a aparecer las sobreactuaciones de ayer sobre la bomba de humo que le enviaron a Pino.

La salida alucinada a raíz de ese episodio de baja intensidad, como han descrito a los paquetes que enviaron, las elucubraciones más idiotas del mundo, como si quisieran batir récords la política y los diarios.

Todo eso sirve para mantener el DNU de los espías. Para eso lo hacen. Si ya gastaron el 80 por ciento de lo que piden, ¿en qué lo invirtieron? Porque precisan la plata para evitar cosas como la de ayer. Ya gastaron la plata y no lo lograron, evidentemente.

Los que dijeron que lo de Cristina Fernández de Kirchner era un supuesto atentado y que lo había organizado ella misma para victimizarse, ¿no encuentran mucho más factible que sea la misma gente alucinada que cometió el intento criminal contra CFK los que enviaron el paquete?

¿No es conveniente el episodio de ayer para los afanes de motorizar el DNU de la SIDE? Si a Cristina la acusaban de un autoatendado, ¿qué es lo de ayer? Mencionar la violencia de la que ellos mismos son los principales cultores, ¿les ayuda? Parecería que sí.

Y mientras tanto, dale palos a los jubilados, cerrá universidades, no compres vacunas, pagale al Fondo, ninguneá la cultura. Dale nomás, porque los otros empezaron a poner bombas. Y ahí te justificás.

Son una banda descontrolada de mentiras. Se aprovechan de todo intoxicado que hace como que les cree, porque en realidad ya no necesita más veneno en el alma. Ya lo tiene todo.

La brutalidad de la bomba en los sectores más vulnerables es el hambre. Pagar a profesiones que tienen vidas en sus manos miserias que nunca se vieron, como a médicos y pilotos, eso es algo mucho más terrible y tremendo.

Si con ochenta mil millones los que ya gastaron, ¿no previeron nada? ¿Con veinte mil encontrarán a los autores de la estupidez de ayer? ¿O hablamos en serio y le devolvemos al pueblo una parte del robo gigantesco hecho para los empresarios, para los ricos del país?