“Acompañada por un discurso de odio y racismo sistemáticos, La Libertad Avanza – con el permiso de su “oposición amigable” – hace retroceder las expectativas de vida y de justicia, guiada por una cruel inhumanidad” sostienen los Curas en la Opción por las y los Pobres (COPP) en el mensaje final de su 35º encuentro nacional celebrado en Córdoba. El texto, de aproximadamente dos carillas de extensión, contiene un análisis de la situación nacional desde la perspectiva de los curas y diáconos católicos que trabajan en medios populares. En el documento también se incluyen referencias a los avances de la derecha política en otras partes de América Latina.

Sobre la Argentina los sacerdotes afirman que “la transferencia de riqueza de los pobres a los ricos es día a día más patente: mientras les bajan los impuestos a los más ricos, sacan los remedios gratuitos al PAMI, vetan el aumento a los jubilados y siguen sin entregar alimentos a los comedores”.

Agregan que “mientras crece el desempleo se alienta la mano de obra esclava en el marco de una reforma laboral antisindical y escandalosa; es evidente que los ricos son cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres; se destruye el Estado, que debería garantizar un mínimo de vida, de salud, de educación, de esperanzas para todas y todos priorizando a la niñez y la ancianidad”. En otro orden, subrayan los curas, “la propuesta de la baja de edad de punibilidad es expresión evidente de un Estado que se desentiende de la niñez y solo busca penalizarla”.

Tras afirmar que “¡no puede faltar el pan en nuestro país, no puede faltar el trabajo digno que lo provea!” los COPP advierten que “la violencia, generada desde los mismos discursos oficiales, no contribuye en nada a la edificación de una patria de hermanos y hermanas, y se envalentona como violencia represiva contra los justos reclamos sociales, para sostener este modelo de injusticia, de crueldad y de muerte”. Denuncian a su vez que “hay cacería de manifestantes y transeúntes, hay presos políticos, sigue sin tener justicia Milagro Sala y la investigación judicial por el atentado a Cristina sigue encubriendo a sus mandantes y mentores”.

En el texto hay además una expresa referencia a la situación de la educación pública. “Tenemos un gobierno que desprecia a la educación pública, recorta el salario docente, desfinancia a las universidades, y, en particular persigue a la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo”, dicen los sacerdotes. Y señalan los curas que “la negación de toda verdad y justicia se hace patente en la visita impune de diputados a genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad; delitos que para la justicia internacional son imprescriptibles, no indultables, sin posibilidad de conmutación de penas, visita que fue alentada y acompañada por un autodenominado ‘Padre Javier’ ”. Sin dejar de señalar que se trata de una “visita que hace pocos años también protagonizaron –vaya a saber con qué fines– algunos obispos”.

En el documento, que lleva por título “Hay esperanza”, se incluye además una reflexión sobre las divisiones que advierten en el campo popular. “Evocando la sabiduría ancestral del Martín Fierro, sabemos que, para dominar, nada es más conveniente que la división y fragmentación de los hermanos para que los dominen los de afuera” dicen los COOP. Y sostienen que “este dominio imperial, a través de quienes detentan el poder económico y político local, nos quiere hacer creer que nada puede cambiar, con el habitual respaldo de un poder judicial cómplice y unos medios de comunicación que narcotizan las resistencias populares, y nos impiden ver lo fundamental: ¡la situación actual de injusticia y de muerte tiene responsables!”.

Lo anterior se acompaña con una crítica al gobierno anterior al reconocer que “mucha de la actual desesperanza proviene de la desilusión cierta, provocada por quienes prometían ‘volver mejores’, pero se fueron desentendiendo de los compromisos asumidos escudados en un permanente ‘no se puede’ porque supuestamente las relaciones de fuerzas no lo permitían”. También hay una referencia a quienes “confiaron, o al menos pusieron cierta esperanza, en el actual gobierno del cual ahora son víctimas”.

Frente a la situación los sacerdotes católicos sostienen que “como curas que queremos caminar con los pobres de la tierra sabemos quiénes son las víctimas y quienes los victimarios; y, de las víctimas, no nos toca saber a quién votaron sino ser solidarios con su dolor; nos toca ser un corazón pensante en medio de la injusticia y el odio”, sabiendo que “por otro lado, los victimarios, nos quieren divididos y fragmentados, el dios en el que creen es un dios que se alimenta de muerte”. Por el contrario –dicen- “nosotros, creyentes en el Dios de la vida, soñamos encontrarnos para llorar y festejar juntos, aunque seamos distintos; para ser comunidad y pueblo”.

Recordando a Carlos Mugica, los curas reafirman su decisión de “estar junto al pueblo” y reivindican la condición de “idealistas de un nuevo mundo de amor, justicia y paz, idealistas sensibles al clamor de los pobres y de la tierra, idealistas de un mañana mejor, idealistas de que pronto podremos volver a mirarnos como hermanas y hermanos sin que las redes y los medios de comunicación e inoculación del odio nos hagan sentir enemigos”.

Finaliza el texto reconociendo que “hay muchos y muchas, en las comunidades cristianas y fuera de ellas que en el día a día le ponen el hombro a la crisis con ollas populares, apoyo escolar, tratamiento de las adicciones, las luchas campesinas e indígenas por la tierra y contra el extractivismo” y expresando la adhesión de los COOP “a todas las iniciativas para resistir a tantos atropellos en las calles, plazas y rutas que ojalá se articulen y confluyan y que nos invitan a soñar con un mañana que vendrá”.

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