El proyecto de reforma laboral que el gobierno planea presentar hoy en el Senado ya no contiene, entre otros ítems conflictivos, la reforma al concepto de trabajo que había generado la reacción en contra de la conducción de la CGT o el banco de horas que anulaba la existencia de las horas extras. Esto fue lo que llevó a que el triunviro Héctor Daer afirmara que “la integridad del derecho laboral está a salvo”. El propio ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se congratuló por el nivel de acuerdo alcanzado y como si los artículos borrados no fueran de importancia, terminó indicando que “el espíritu general del proyecto se conservó”. De todas formas este acuerdo discutido, repudiado y finalmente consensuado no resulta de agrado de todos los dirigentes que participan de la conducción de la CGT. Este es el caso del camionero Pablo Moyano quien ayer sostuvo, acompañado de dirigentes de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), que va a convocar a movilizar el día que se trate el proyecto porque “no vamos a permitir que ocurra otra Banelco y daremos la lucha en la calle”.
Durante la jornada de ayer, mientras en la sede de la Sociedad Rural se realizaba la jornada final de la Cumbre Mundial para la Erradicación del Trabajo Infantil, se revisaron en dos oportunidades el texto del proyecto y cuando ya no hubo más correcciones se decidió que ese iba a ser el que se entregará hoy en la Cámara alta. Esto es lo que le permitió a Triaca a enfrentar una conferencia de prensa donde resaltó el consenso alcanzado recurriendo a la vieja fórmula de “esto demuestra el grado de madurez de los dirigentes” que participaron de las negociaciones. El ministro reconoció que hubo reproches, críticas pero que se logró superar esos problemas. No nombró los inconvenientes pero sin duda se refería a la modificación del concepto de trabajo donde pretendía poner en un pie de igualdad a trabajadores y empresarios; o la eliminación de las horas extras para crear el banco de horas; el fondo de despido; la eliminación del concepto de solidaridad en el caso de las tercerizadas e incluso la reducción de los aportes patronales.
Todos estos ítems ya no forman parte del texto que ingresará al Senado y a pesar de ello el ministro se congratuló por el acuerdo alcanzado. Esto es lo que llevó a que dirigentes de la conducción cegetistas afirmaran que el gobierno si bien quería introducir una modificación central a la legislación laboral no terminó siendo el núcleo de lo que pretendía y que, en todo caso, debería ponerse la atención a la reforma previsional donde consideran que allí reside el verdadero objetivo del gobierno de Cambiemos. También es verdad que desde la CGT solo hubo declaraciones aisladas sobre este punto. El que más insistió en criticar la reforma previsional fue el triunviro Juan Carlos Schmid, quien dijo que la central obrera debía intentar terciar en la negociación del proyecto. Daer, en tanto, afirmó que se alcanzaron “consensos básicos” que no se corresponden con la reforma laboral de Brasil”. Esto le permitió afirmar que el proyecto no modifica temas fundamentales del derecho laboral: “Pudimos acordar un proyecto que no toque esos temas que para nosotros eran fundamentales entonces la integridad del derecho laboral está a salvo”. Es más, señaló que “la única forma de acompañar un proyecto era que no toque derechos fundamentales” y resaltó, en referencia al blanqueo que contiene el texto normativo, “se acordó un mecanismo para facilitar que alrededor de 900 mil trabajadores en relación de dependencia que no están formalizados tengan un camino para que sus empleadores los formalicen con un reconocimiento de derechos ”.
El triunviro se permitió rechazar las críticas de algunos sectores sindicales. Si bien no lo nombró, hizo referencia a Pablo Moyano e incluso a los gremios de la CFT al sostener que “hay ignorancia sobre los límites de la negociación por parte de aquellos que sustentan una posición más terminante. Lo acordado no es la reforma de Brasil”.
De hecho, el camionero presidió ayer un encuentro realizado en la sede de la CGT que trató la relación entre sindicatos y cooperativas en la defensa del trabajo Digno. En esa reunión el secretario Gremial de la central obrera, Moyano aseguró que para nada el acuerdo con el gobierno estaba cerrado. En ese sentido dijo que si bien ya no están los artículos que “más le pegaban a los trabajadores como la responsabilidad empresaria que era un artículo que perjudicaba a los trabajadores camioneros o que las horas extras no se iban a computar en las indemnizaciones, eso no alcanza”. Anunció que junto a la CFT va a movilizar el día que comience a debatirse el proyecto en el Senado. Moyano hizo estas declaraciones junto al obispo Sánchez Sorondo canciller de la Academia Pontificia del Vaticano, Héctor Amichetti, de la Federación Gráfica Bonaerense, Walter Correa, del sindicato de Curtidores y Gustavo Vera de La Alameda. De hecho tanto Amichetti como Correa coincidieron con la necesidad de llevar a los trabajadores a la calle para protestar contra la reforma (ver aparte).
Más allá del reclamo de Moyano, lo cierto es que el resto de los dirigentes de la CGT están dando por terminada la negociación con el gobierno. Muchos de ellos comenzarán a viajar a partir de hoy hacia el Vaticano para una reunión de sindicalistas con el papa Francisco. El triunvirato quería llegar a Roma con el conflicto resuelto y según ellos, lo consiguieron. En lo formal puede ser que sí pero todavía resta superar el debate en el Congreso donde muchos de los artículos anulados pueden reaparecer e incluso tener una redacción más perjudicial. Tal vez por eso puede resultar conveniente la movilización que plantea Moyano.