Tras la nueva catarata de insultos y agravios del presidente Javier Milei, el investigador superior del Conicet Alberto Kornblihtt respondió los ataques contra los científicos a quienes durante la apertura del foro de ultraderecha que en el CCK el Presidente tildó como parte de la "casta", mandó a validar sus conocimientos al mercado y a salir del amparo del Estado. "Se ha terminado el tiempo de la contemplación", marcó Kornblihtt y tildó al jefe de Estado de un "bruto" que cuya "brutalidad es el instrumento para imponer su programa de explotación y miseria".

El biólogo molecular e integrante de las academias de ciencias de EE.UU., Francia, Brasil y Argentina marcó su agotamiento con las falsedades escupidas por el Presidente, quien acusó a los científicos de sentirse superiores por sus títulos académicos y los responsabilizó de que toda la sociedad deba "subisidiar su vocación".  "Nos recomendó salir al mercado, escribir un libro y ver si le gusta a la gente en lugar de escondernos canallescamente detrás de la protección del Estado", repasó Kornblihtt el discurso odiante de Milei.  

El científico eligió no repudiar las declaraciones sino responderle con aclaraciones al jefe de Estado, a quien se decribió como un "bruto" que busca "embrutecer a la población y en particular a sus votantes". Y le enumeró tan solo tres puntos para desarmar sus mentiras o contradicciones o falsedades odiantes: 

  • Sin la ciencia financiada por el Estado, tal cual ocurre en todos los países del mundo, su inútil dedito no podría tildar "Me gusta" varias veces al día a los tuits crueles y denigrantes que festeja en la pantalla táctil de su telefonito. 
  • Sin la ciencia financiada por el Estado, los aviones en que se divierte viajando chocarían en el aire; el cáncer, que seguramente tendrá, lo mataría en un santiamén. 
  • Sin la ciencia financiada por el Estado, no podría haber festejado hipócritamente que una variedad de trigo resistente a la sequía generada en la Argentina haya sido aprobada en los EEUU. 

"Y puedo seguir, pero ya no hay nada que hacer con el bruto. Nos ha tomado como chivos expiatorios de los males que aquejan a nuestro pueblo. Tal como los nazis hicieron con los judíos, los gitanos, los homosexuales, los comunistas y los discapacitados, nos considera población sobrante y quiere eliminarnos del mapa, para lo cual debe convencer al resto de la población de que la culpa de sus penares es nuestra", se descargó el científico.  

Y lamentó que mientras el jefe de Estado reparte discursos de odio para justificar su plan económico, "crece la pobreza, la indigencia, los jubilados son apaleados, se deja de comprar remedios para poder comer, los ricos son eximidos de impuestos a los bienes personales y la basura de Adorni explica que no hay que tenerle miedo a la represión".