“Vas a cargar nafta y ya sabes que te vas a ir con un agujero en la billetera”, dice Luciano, un vecino de Lomas de Zamora que utiliza frecuentemente su vehículo para ir a trabajar a la Ciudad de Buenos Aires. Desde el pasado domingo, la gestión de Javier Milei habilitó un nuevo aumento en los precios de la nafta y el gasoil con incrementos que a nivel nacional promediaron un 3 por ciento.

Este aumento aplicado por las refinadoras refleja tanto la devaluación mensual como una actualización en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL). Una vez más, el impacto en el bolsillo de los bonaerenses no se hizo esperar.

En lo que va del año, los combustibles acumulan un incremento superior al 85 por ciento, en el contexto de las medidas de ajuste del gobierno de Milei sobre el ICL, sumado a las subas permitidas para las petroleras.

De este modo, el nuevo aumento ya se ve reflejado en las estaciones de servicio tanto del conurbano como del Gran Buenos Aires. En YPF, la refinadora que abarca más del 60 por ciento del mercado local, el precio varía según la zona dónde se encuentre la estación de servicio.

Según pudo constatar Buenos Aires/12, en estaciones de servicio de zona oeste, precisamente en Haedo, la nafta super se consigue a 1.095 pesos, mientras que la premium (Infinia) a 1.349 pesos. Hasta el sábado esos valores rondaban los 1.062 y 1.308 pesos respectivamente.

Hacia el sur, en Lomas de Zamora el precio se incrementa aún más. Allí, el del litro de nafta super cuesta 1.120 pesos y la Infinia ya pisa casi los 1.400, con un valor de 1.370 pesos. Antes del domingo costaba 1.086 y 1.328.

En Ciudad de Buenos Aires, el precio siempre suele ser más barato y los montos ascendieron a 1.059 para la común y 1.309 para la premium. Es decir, en Capital Federal ya no se consigue nafta por menos de mil pesos.

El fin del “tanque lleno”

Dependiendo la cantidad de litros que se necesiten, cargar un tanque en la actualidad  ronda entre los 50 y los 70 mil pesos para un auto convencional. Como consecuencia de los aumentos desde hace tiempo muchos usuarios empezaron a reducir esta opción o directamente dejaron de pedírsela al playero de la estación de servicio.

Fabio es vecino y taxista de Lomas de Zamora y cuenta que si bien utiliza su vehículo mayormente con GNC, no puede escaparle a la nafta. “Cargo dos veces por semana y entre ambas gasto cerca de 50 mil pesos, es decir, tengo un gasto cercano a los 150 mil pesos, sin contar el gas”, contó.

Luciano detalla que el auto “si uno puede tenerlo es un bien necesario”, pero mantenerlo es más caro que el propio valor a la larga. “No solo tenés que pensar en un gasto mensual de combustible, sino también en el seguro y en la patente. Hoy, fui a cargar nafta y de los 20 mil que solía cargar me tuve que ir mínimo a 27 mil para cargar unos 20 litros”, revela con indignación.

Adrian es vecino de Haedo y explica que suele salir de su distrito para buscar un mejor precio de combustible. “Últimamente decidí cambiar la estrategia y voy hasta la Ciudad una vez por mes y trato de o llenar el tanque o acercarme lo más posible a eso. Luego, utilizo el auto para lo justo y necesario para hacer rendir la nafta”, comenta.

Un panorama desalentador

De acuerdo a la mirada del Gobierno nacional, el ajuste en los precios de los combustibles compensaría la devaluación del peso frente al dólar (2 por ciento mensual) y sumaría el incremento de los impuestos sobre los combustibles, que subirían aproximadamente un punto porcentual. De igual manera, para implementar esto, el Gobierno deberá emitir un decreto que posponga el resto de la actualización prevista para el próximo mes.

Sin embargo, según fuentes del sindicato SOESGyPE, aún existe un rezago en los precios de la nafta cercano al 12 por ciento en relación con la paridad de exportación, lo que significa que los precios locales están por debajo de los internacionales, desincentivando la venta al exterior.

Además, todavía quedan pendientes actualizaciones de impuestos por hasta 135 pesos en la nafta y 87 pesos en el gasoil, basadas en la inflación pasada, que aún no se han reflejado en los precios de los combustibles, según explican desde el sector de estaciones de servicio a este medio. Con estos tributos, el gobierno de Javier Milei pretende recuperar 0,5 puntos porcentuales en recaudación, lo que equivaldría a unos 3.000 millones de dólares o el 10 por ciento del ajuste fiscal previsto para este 2024.