Con un gol afortunado de Rodrygo, Brasil se impuso 1-0 a Ecuador en un pobrísimo partido que careció de emociones y que sólo sirvió para que la verdeamarela sumara tres puntos que la sacaron de una posición complicada en las Eliminatorias Sudamericanas. Los silbidos que despidieron al equipo de Dorival calificaron la actuación del conjunto local.
El desarrollo del primer tiempo resultó monótono, con Brasil monopolizando la tenencia de balón, pero sin encontrar ni profundidad ni desequilibrio con sus delanteros. Por eso, Galíndez pasó una noche tranquila, que sólo se alteró con un error propio, cuando el arquero quiso salir desde el fondo, pero se demoró y permitió que Vinicius lo presionara, aunque para su fortuna el rebote en el delantero brasileño pasó muy cerca del palo.
La idea del planteo de Beccacece era simple: acumular hombres para obstaculizar a los atacantes brasileños, que sin espacios se mostraban poco creativos. El problema fue que la suerte le jugó en contra en un remate de Rodrygo, que no parecía llevar demasiado peligro pero que se desvió en Pacho y se coló junto al palo derecho del descolocado Galíndez.
Poco cambió el trámite con el gol, aunque en la última jugada del primer tiempo, la historia pudo modificarse. Rodríguez se llevó la pelota y habilitó a Caicedo, que no pudo definir sobre el cuerpo de Alisson y en segunda instancia remató débil y permitió que Gabriel rechazara en la línea.
La necesidad de Ecuador y la postura amarrete de Brasil se conjugaron para un segundo tiempo poco atractivo, con mucho toque intrascendente y sin emociones frente a los arcos. Apenas una corrida de Vinicius, que quiso eludir a Galíndez pero se quedó sin ángulo y remató desviado.
Así los minutos pasaron sin que nada sucediera: Ecuador tuvo la pelota sin saber qué hacer, mientras que Brasil esperó que corriera el tiempo para sumar tres puntos y nada más. Los silbidos de los torcedores sobre el final resultaron el fiel reflejo de lo sucedido en el campo.