Hay un refrán que dice que cuando se presta un libro, se pierde un amigo. Pila de libros retuerce esa idea para transformar el préstamo en un intercambio, un win-win que se sostiene sobre la idea del libro de papel como objeto de circulación, que se lleva bien con el pasamanos. Es una plataforma que ofrece la posibilidad de ganar un nuevo título y además una conversación con otra persona con gustos literarios compatibles con los propios.

“¡Dos potencias se saludan!”, escribe un usuario desde Villa Mitre a otra que vive en Paternal. Felicidades, hubo match, pero no necesariamente amoroso. Una biografía de Isabel Martínez de Perón en clave policial es compatible con un libro de ensayos sobre menemismo. Para obtener el match, cada usuario debe armar antes una lista de libros ofrecidos, preferentemente con foto y algunos datos, y otra de libros deseados. El sitio cruza la información y pone en contacto a las personas entre las que hay coincidencias. Luego, los términos del encuentro corren por cuenta de ellas.

En verdad la plataforma de intercambio de libros es una de las patas de un proyecto mayor que incluye un canal de YouTube, un podcast de entrevistas a escritores que conduce la cantante mexicana Julieta Venegas junto a Nacho Damiano, por las que han pasado Leonardo Oyola, Mariana Enríquez, Martín Kohan, Dolores Reyes. Y una cuenta de Instagram donde se hacen recomendaciones.

El “Tinder de libros” de Pila de libros es un aspecto importante y el corazón económico del proyecto. Y tiene su origen en algo que Damiano, periodista, publicista y Licenciado en Letras, hizo toda la vida: “siempre fui un gran intercambiador de libros. El libro para mí es una mercancía más de circulación que de acopio”.

Cuando empezó a trabajar con este proyecto se propuso pensar qué solución le estaba ofreciendo al mundo: la respuesta a “¿por qué alguien usaría este sistema?”. De allí las tres necesidades que la plataforma de intercambio apunta a cubrir. La primera gira en torno a lo económico, la crisis y los precios a los que se han disparado los libros y es: “quiero leer y no tengo plata”. Pila de Libros ofrece una solución sin dinero al apetito lector. No es una App para celular sino un sitio web.

“Podés no tener plata en efectivo en el bolsillo, pero sí tener valor acomulado en tus libros. Y si a alguno no lo vas a leer de nuevo, tenés plata ahí tirada que podrías usar para conseguir un libro que sí vas a leer”. Ese fue el disparador inicial de Nacho para el Tinder de libros. Pero después, con el uso de la herramienta y el feedback que le daban los usuarios, se dio cuenta de que Pila de libros aporta a resolver otros problemas.

El segundo es: “quiero leer y no sé qué”. Eso, en algún punto, lo resuelve no sólo la plataforma de matcheo, sino también las otras patas de Pila de libros que son la divulgación y las recomendaciones.

El tercer problema que busca solucionar es: “Ya leí, pero no tengo con quién conversar sobre lo leído”. Dice Nacho Damiano: “hay gente a la que le gusta mucho leer pero su familia no lo hace, sus amigos y amigas tampoco. La experiencia lectora se cierra con la charla sobre lo leído. No es completa si no discutimos lo que nos pareció determinado texto. Si vivimos cerca y vos tenés un libro que a mí me interesa y yo tengo un libro que a vos te interesa, lo más probable es que hablemos un poco más y nos recomendemos cosas”.

Nacho da fe de que hay gente que se conoció por Pila de libros y continuó su vínculo. Mucha gente ganó amigos y hasta se han formado parejas. “Hasta se formó una familia- dice Damiano-; sé de un chico y una chica que se conocieron intercambiando libros y tiempo después nació un bebé. Me parece una muestra cabal y sintomática de la necesidad que tenemos de crear lazos sociales”.

Desde El Principito hasta Cincuenta sombras de Gray.; de Joyce a la biografía de Moria, de Dolina a Caparrós. No hay límites para los géneros, “calidades”, ni sesgos ideológicos de lo que se intercambia en el Tinder de libros. Y algo de eso quizás también esté presente en el espíritu del proyecto Pila de libros en todos sus formatos: una propuesta de introducción a autores y títulos que no reniega del análisis académico, que después de todo es parte de la formación de su creador, pero que fomenta lecturas más vinculadas con el placer, como brújula. 

Así lo dice Damiano: “Lo que más se busca es la transmisión del entusiasmo por la lectura. Cuando vos querés contagiar ganas de leer, lo que se lee en sí mismo, es bastante irrelevante. Si bien yo tengo mis gustos personales y creo que objetivamente podemos establecer que algunos textos tienen más calidad literaria que otros --no suscribo al relativismo absoluto--, sí creo que leer cualquier cosa es mejor que no leer nada. Leer le hace bien a la mente, al alma, al corazón, a la empatía. Agranda nuestro universo simbólico y por ende podemos soñar con otras cosas, pelear por otras cosas, discutir otras cosas”.