La tensión entre el Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) y la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires (Femeba) continúa y escaló en las últimas semanas luego de un corte de servicios de dos días en toda la provincia, como protesta por la rescisión del convenio que unía al instituto provincial con la regional de Junín, que incluye otros diez municipios vecinos. IOMA respondió con un comunicado en el que acusa a Femeba de negarse a aceptar cualquier mecanismo de trazabilidad del dinero que cobra.

La decisión de IOMA, anunciada la semana anterior, alcanza los distritos de Junín, Alberti, Bragado, Chacabuco, Colón, Florentino Ameghino, General Arenales, General Pinto, General Viamonte, Junín, Leandro N. Alem y Rojas y fue fundamentada en los repetidos reclamos de los socios, que se resumían en dos puntos: la excesiva demora y falta de disponibilidad para turnos de atención en consultorios, especialmente en las especialidades de pediatría y ginecología y el cobro de copagos que, en algunos casos, llegaban a ocho mil pesos.

“Con una actitud de política repudiable y reprochable, una vez más la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires da muestra con el corte de servicios por 48 hs. para las afiliadas y afiliados del IOMA que poco le importa el acceso y el derecho a la salud y que bajo la falsedad del eslogan “en defensa del trabajo de nuestros médicos” los intimida a no prestar servicios para la obra social a quienes libremente podrían optar por ser prestadores directos del Instituto. Cabe aclarar que IOMA intentó llegar a soluciones viables y sostenibles para que la Femeba preste servicios de calidad. La obra social vino manteniendo reuniones mensuales en las cuales se planteó lo que estaba sucediendo en la región donde ya no prestan servicios la entidad”, sostiene el mencionado comunicado, en su primer párrafo.

El tercer punto es un reclamo de la administración del instituto: las dilaciones reiteradas por parte de la regional de Femeba a la hora de incorporar a la gestión cotidiana herramientas digitales básicas como la clave token, que se envía al teléfono celular del paciente, en reemplazo de la firma en papel.

Este mecanismo es utilizado ya masivamente por obras sociales y prepagas, porque reduce sustancialmente los riesgos de fraude y sobrefacturación, práctica que, como demuestra la evidencia acumulada durante etapas anteriores, aumenta en tiempos de crisis. Como afirmaron fuentes informales del instituto, “los mismos médicos que aceptan este mecanismo cuando lo trae OSDE o Swiss Medical, por alguna curiosa razón lo rechazan cuando se trata de IOMA”.

“Entre otros motivos, la resolución del Directorio además especifica que la obra social no obtiene desde hace meses la información requerida que le permite realizar las auditorias administrativas correspondientes como lo determina la administración de los recursos públicos. Es decir, poder verificar qué es lo que está pagando como prestaciones que brinda la Femeba MEBA en la Región Junín”, explica el comunicado disponible en la web oficial.

Días pasados, la representación parlamentaria de la oposición volvió a reclamar respuestas al ejecutivo, que ya había explicado los motivos de la medida en un comunicado anterior. 

El senador Alejandro Rabinovich pidió que el Ejecutivo provincial “proceda a informar con la mayor celeridad posible cuáles son los motivos por los que el IOMA decidió finalizar el convenio de forma unilateral con Femeba y que precise si existen convenios alternativos con otras entidades para asegurar la continuidad de los servicios a los afiliados".

“Una vez más, los afiliados quedan de rehenes y son los que más sufren las consecuencias porque ven restringido y vulnerado su acceso efectivo al derecho a la salud. Esperamos obtener respuestas, y que no suceda como en otros conflictos, donde el silencio es la única respuesta que obtenemos”, declaró.

No es la primera vez que IOMA recibe cuestionamientos por parte de la oposición. Durante el verano, la senadora radical por la quinta sección Flavia Delmonte, presentó un proyecto de desregulación, para que sus afiliados pudieran ejercer la libre opción. 

En la misma línea, en plena campaña electora, en marzo de 2023, el entonces intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia,  había intentado lo mismo para sus trabajadores municipales, pero por la vía de una ordenanza municipal. 

Desde el instituto y desde el gobierno provincial, le recordaron en varias oportunidades que sólo otra ley puede modificar una ley vigente, pero de ninguna manera un instrumento de rango menor, como la ordenanza. Este año, concluido el proceso electoral, el sucesor de Passaglia al frente del municipio, su hermano Santiago, firmó nuevamente el convenio que lo une a IOMA.

Ocurre que la salud es una actividad de escala. Difícilmente los trabajadores de la provincia, dispersos en distintas coberturas, obtendrían con sus aportes, en un contexto de crisis, las mismas prestaciones que en un instituto de más de dos millones de beneficiarios.

Retenciones abusivas 

A la vez, ni la rescisión en Junín y alrededores, ni el lock out posterior ni el comunicado de IOMA pueden considerarse como hechos aislados, sino que deben ser leídos en el contexto de una disputa creciente.

El conflicto anterior había ocurrido un mes atrás en Mar del Plata, con un grupo de sanatorios encabezado por el Belgrano. Entonces, no hubo lock out, pero si tensas negociaciones respecto a los montos por prestación. 

Como publicó Buenos Aires/12 en aquella ocasión, Mar del Plata tuvo un crecimiento demográfico importante durante los últimos años y la estructura sanatorial no creció a la par sino que se mantiene estable hace tiempo.

Como consecuencia, las clínicas son proporcionalmente pocas y tienen mucho trabajo proveniente de todas las coberturas, sean obras sociales sindicales o empresas de medicina prepaga. Los datos del INDEC demuestran que la ciudad pasó de 587 mil habitantes según el censo 2010 a 667 mil de acuerdo al último, realizado en 2022. De manera que, si se deja al arbitrio del mercado, este intenta ajustar por precio.

"El diferencial estratégico de IOMA siempre fue el volumen. Hay una regla tácita en la administración de sistemas de salud que indica que el volumen (la cantidad de socios) y los montos a abonar son inversamente proporcionales, porque el volumen es clave a la hora de garantizar masividad y flujo constante de fondos, algo clave para cualquier sanatorio", afirmó una fuente del directorio.

Vale recordar que, en abril, IOMA anunció que pondría fin a la cautividad a la que está sujeto con Femeba, desde la firma del convenio original, que data de 1959. El motivo principal de la medida, a partir de la cual se multiplican los conflictos, es estrictamente monetario. 

Entonces, el jefe de gabinete del instituto, Gustavo Martínez, explicó que la federación centraliza y administra la facturación y cobranza de los profesionales de distintas especialidades que prestan servicios al instituto pero retiene de manera abusiva una parte más que considerable de los fondos que IOMA le deposita y deberían tener a los profesionales como destinatarios. 

“Este accionar de rezago de los honorarios para las y los médicos y de no implementación de los aumentos en tiempo y forma, entendiendo el costo de oportunidad del dinero le generó a Femeba un excedente superior a los $3.756 millones", explicó. 

¿Y ahora?

La explicación por parte de IOMA, que dejaba en evidencia el manejo de Femeba a expensas de sus médicos, generó un gran revuelo entre las bases y la cúpula de la institución, y un encono con el ejecutivo que hasta ahora parece no tener retorno. 

Por eso IOMA trabaja en nuevos convenios directos, con los círculos médicos de las distintas localidades y evalúa replicar el modelo de sanatorio propio, que ya implementó en La Plata con el Hospital Gabriela Carrequiriborde. Tener un sanatorio propio le permite, por un lado, garantizarse un mínimo de camas y, además, conocer de manera directa la estructura de costos de esa actividad, para negociar luego con mayor efectividad.

A la salida de la pandemia, los distintos eslabones de la cadena de valor de la salud iniciaron un proceso de intento de recomposición de márgenes de ganancia, cuya agresividad se incrementa. La desregulación impuesta a través del DNU 70 simplemente profundizó ese proceso.

La porción de la torta que más creció es la que se llevan los laboratorios, que pasaron del 15 por ciento del gasto de cualquier obra social o prepaga al doble en pocos años, dejando al resto de los actores en una incómoda pelea por las sobras. 

Una de las respuestas, en el caso de los financiadores, es la integración vertical, esto es, la compra o construcción de sanatorios propios. Los prestadores intentan impedirlo haciendo valer su capacidad de presión, a través de cortes o lockouts, como el de Femeba. El mismo fenómeno se repite, fuera de la órbita provincial, en el mundo de las empresas de medicina prepaga. Las que no tienen sanatorios propios enfrentan un futuro entre incierto y oscuro.