Hipótesis uno: Loan murió por accidente. Lo atropellaron con la camioneta o a alguien se le escapó un tiro. Taparon la muerte porque estaban en estado de ebriedad. El cuerpo no aparece. Hipótesis dos: alguien del grupo familiar tenía una deuda por cuestiones de menudeo de droga o por un préstamo no devuelto. Como represalia, se llevaron a Loan. Y lo tienen escondido, hasta que se pague la deuda. Posiblemente en Brasil. Hipótesis tres: alguno de los adultos abusó de Loan y de inmediato lo mató, arrojando el cuerpo en una de las lagunas cercanas. Se buscó mal. Hipótesis cuatro: después de jugar unos minutos con los otros chicos en el naranjal, Loan dijo que quería volver con su padre. Confundido, caminó en dirección contraria a la casa de la abuela, cayó en una laguna y se buscó mal. 

El viernes que viene se cumplen tres meses de la desaparición del chico y la jueza Cristina Pozzer Penzo mantiene presas -ilegalmente- a siete personas y, sobre todo, no define cuál cree que fue la mecánica de la sustracción del menor. En casi 90 días, ni la justicia ni las fuerzas de seguridad lograron esclarecer el caso, ya no hay búsquedas de ningún tipo y Loan, ni con vida ni sin vida, continúa desaparecido.

Las idas y vueltas de la Hipótesis uno

Página/12 dialogó con buena parte de los que investigan el caso y la opinión mayoritaria -incluye a las policías federal, correntina y gran parte de la justicia- cree en la Hipótesis uno: que Loan fue muerto accidentalmente y que todo se tapó entre otras cosas porque quienes participaron de almuerzo del 13 de junio estaban en estado de ebriedad.

En esta hipótesis, por supuesto, los involucrados son María Victoria Caillava y Carlos Pérez; ella funcionaria municipal, él ex marino. Pero en el horizonte aparece -según dicen los investigadores- la alternativa de que la muerte fue por un disparo accidental, en este caso de uno de los dos adultos que estaban con los chicos: Antonio Benítez y Daniel Ramírez.

Prácticamente lo único que juega a favor del atropellamiento de la camioneta es el rastro odorífero de los perros. En el vehículo no se encontró ningún vínculo de ADN con Loan: el rastro genético es de contacto --piel-- en la parte de adelante de la camioneta abajo del paragolpes, casi seguro de alguno que la tocó o que la lavó. No es sangre. Pero los perros marcaron la Ranger y también el otro coche de la pareja. Respecto de la alternativa del disparo, sólo está la versión de uno de los chicos que dice haber escuchado el sonido.

El otro elemento que hace pensar en esta hipótesis es que todos los protagonistas actuaron raro en las horas posteriores: nadie justifica con precisión dónde estuvo y hay hasta sobreactuaciones para justificar coartadas. “Jugaron a distraer, algo que hicieron también plantando el botín del chico”, dicen en la investigación.

Narcos, Brasil, homicidio, pérdida

La Hipótesis dos es también parte de lo que se viene investigando en las últimas dos semanas. La mirada apunta a una deuda con dealers ligados a las dos grandes bandas de Brasil: el Comando Vermehlo y el Primer Comando Capital. Deudas que pueden ser por menudeo de drogas, pero también por préstamo.

La hipótesis cierra poco, pese a que es la más esperanzadora, porque se supone que tienen a Loan con vida, como rehén hasta que se pague. La realidad es que no hay antecedentes de grupos narcos que se meten con los hijos y menos todavía tener secuestrado a un niño que, obviamente, llora, es problemático. Y tampoco encaja que ya hayan pasado tres meses.

La Hipótesis tres del abuso sexual y homicidio, que sí responde a antecedentes de desapariciones de chicos de entre cinco y seis años en la Argentina, tiene objeciones desde el lado judicial y policial. Sostienen que no hubo tiempo -30 minutos en total- entre que Loan se separa de los demás chicos y la llamada de Benítez a su esposa, Laudelina, para avisar que no encontraban a Loan. No faltan los que dicen que el tiempo es suficiente para un abuso y homicidio, pero ni los investigadores policiales ni los judiciales creen en esa alternativa.

Finalmente, está la Hipótesis cuatro, de que Loan salió caminando de forma equivocada -eso está atestiguado por los chicos en la única Cámara Gesell válida- y luego cayó en una laguna cercana. Por supuesto que esta alternativa implica que se buscó mal, algo que no se puede descartar para nada. “Sólo se buscó en los bordes, no en la profundidad, que tiene 4 o 5 metros”, señala uno de los investigadores.

Las mentiras y el botin

El abogado del comisario Walter Maciel, Miguel Angel Pierri, resume su mirada sobre el caso: “todos los que estaban en ese almuerzo mienten. O por lo menos omiten. Saben lo que pasó. Mi mirada es que tapan a un pedófilo o a alguien que ellos saben que mató a Loan o que entregó a Loan. La investigación que inició el fiscal Juan Carlos Castillo cometió el error de no hacer declarar de inmediato a todos los que estaban en la mesa”.

Para el criminalista Raúl Torre, la clave está en el botín. “Es imprescindible esclarecer la aparición de esa zapatilla de Loan, porque apunta a alguien que tuvo contacto con el niño después de la desaparición. Todas las hipótesis tienen su respuesta. Por ejemplo, si se habla de atropellamiento, puede argumentarse que es muy difícil que ocurra en un lugar rural. No es razonable. Pero del otro lado se dirá que estaban alcoholizados y eso lo hace posible. Entonces, uno tiene que basarse en lo objetivo. Lo objetivo son los perros, que marcaron la camioneta y el otro auto de Caillava y Pérez; los chicos en la primera Cámara Gesell, que dijeron que se fue caminando para el lado equivocado, y sobre todo el botín, que indica el contacto después de la desaparición del niño. La causa pasa por ahí”.

Cuando hace centro en el evento del hallazgo del botín, la jueza puso en foco a Laudelina Peña, Macarena Peña y, secundariamente, al comisario Maciel. Todo indica que la magistrada piensa que madre e hija fueron las que plantaron la zapatilla del niño y, por lo tanto, deberían saber qué ocurrió.

Tres meses sin solución

La Argentina tiene pendientes dos casos de niñas que no aparecieron hasta ahora: Sofía Herrera en Tierra del Fuego (2008) y Guadalupe Lucero en San Luis (2023). O sea, Loan se suma por ahora a ese listado. En el proceso hay siete detenidos desde hace casi tres meses, algo que no encaja de ninguna manera con el Código Procesal. La jueza Pozzer Penzo debió resolver su situación dictando o no los procesamientos, poniendo en libertad a quien corresponda. En Goya las opiniones están divididas. Algunos dicen que Pozzer Penzo redactará un texto largo, detallado, este mes. Otros piensan que eso ocurrirá recién en octubre.

Lo cierto es que ya no hay búsquedas ni rastrillajes ni movimientos sustanciales en el expediente. El único hecho descarnadamente real es que Loan no aparece ni hay una hipótesis nítida de lo que ocurrió. El peligro de que el caso quede impune asoma como una amenaza muy concreta.