La recesión general que la Argentina arrastra desde la llegada de Javier Milei a la Presidencia tuvo esta semana una nueva muestra en la discusión que el mandatario sostiene con los gobernadores en torno a la coparticipación y que a la Provincia de Buenos Aires en el centro de la escena.
En agosto, la recaudación nacional cayó 14 por ciento, pero la parte coparticipable se desplomó cuatro puntos más, lo que perjudica aún más a las economías locales que ven reducida el flujo de los únicos fondos que están seguros que el Presidente no les recortará.
“La recesión, que no muestra signos de reversión, perjudica más a las provincias y municipios que, además, debemos hacernos cargo de lo que no hace el Estado nacional”, escribió el ministro de Economía de la Provincia, Pablo López, que volvió a exponer las consecuencias de la política económica nacional a través de la red social X.
Con gráficos, el ministro bonaerense señaló que “en los primeros 8 meses del año, los coparticipables retrocedieron 13,5 por ciento y los no coparticipables se mantuvieron en terreno positivo”. En el detalle, describe que “las provincias llevan perdidos 4,7 billones de pesos por este efecto desigualador, que deteriora la coparticipación en términos absolutos y relativos”.
“El Gobierno nacional está dañando las finanzas de provincias y municipios, que dependen en gran medida de la coparticipación”, afirmó el funcionario de Axel Kicillof que también advirtió que la gestión libertaria “incumple con sus funciones y acapara recursos no coparticipables. Los principios básicos del federalismo están siendo avasallados”.
La destrucción del empleo
Otro de los funcionarios que salió a exponer las consecuencias de la recesión a nivel nacional fue Cristian Girard, el titular de Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA). Con datos de los primeros cuatro meses de la gestión, afirmó que “Milei destruyó 650 mil puestos de trabajo y el salario mínimo vital y móvil cayó casi un 30 por ciento”.
“La destrucción de puestos de trabajo se dio tanto en formales como en informales, aunque con mayor intensidad entre los últimos, tal como lo muestran los datos publicados por el propio gobierno”, señaló Girard que advirtió que la destrucción de empleos siguió profundizándose durante el segundo trimestre.
En base a la información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que publica mensualmente el Ministerio de Capital Humano, a mayo, la pérdida de empleos en el sector privado registrado durante el gobierno de Milei ya ascendía a 123 mil y en el sector público, a 37 mil. En marzo fueron 94 privados y 5 mil del sector público. “La destrucción de empleos entre empleadas domésticas asciende a 16 mil, algo que sin dudas potencia el aumento de la pobreza”, agregó el funcionario.