En la noche del viernes, mientras la vicepresidenta Victoria Villarruel era recibida con honores en la Fiesta Nacional del Inmigrante de Oberá (después de encontrarse con el gobernador Hugo Passalacqua en Posadas), a poco menos de cien kilómetros el padre de los hermanos Kiczka interrumpía una manifestación pacífica contra la pedofilia en Apóstoles y dejaba una respuesta inquietante sobre la inoce