"Nadie se casa sin antes coger." Esa fue la frase que le dejó Mauricio Macri a Javier Milei en la primera de las muchas cenas que vienen teniendo en Olivos en lo que algunos opositores llaman "El Club de la Milanesa" (por el plato favorito del presidente en esos encuentros). Si bien ambos lograron mejorar la relación entre los dos espacios con respecto a momentos de choque total, el presidente parece ansioso por firmar una alianza que en el PRO piensan para un futuro más remoto. Por caso, Milei quiere ya un interbloque en Diputados y en el Senado entre La Libertad Avanza y el PRO, mientras que en el macrismo dejaron en claro que "eso será al final del camino, en todo caso, no al principio". Lo que impide que se concrete ese interbloque es, entre otras cosas, el horror (no hay una mejor palabra para describirlo) que le tienen los dirigentes macristas a lo que es hoy el bloque de LLA, con sus internas a cielo abierto, su difusión de chats, sus acusaciones hasta de extorsión y de acopiar videos íntimos.

Macri busca mantener una relación cordial con Milei al tiempo que descarga sus críticas sobre su "entorno", es decir, su hermana Karina Milei y, especialmente, su asesor Santiago Caputo. El ex presidente va eligiendo cuando es el tiempo de pegar (como hizo cuando sus bloques vertiginosamente pasaron de ser aliados incondicionales a rechazar DNUs y aprobar cambios en las jubilaciones) y cuando negociar (como cuando Macri coincilio y salió a apoyar el veto a esa misma ley de movilidad jubilatoria). Augusto Timoteo Vandor, con su frase de "pegar, para después negociar", estaría orgulloso.

También es sabido que Macri no toma decisiones sin mirar las encuestas y lo que está viendo en las de Milei es probable que lo haya convencido de que es mejor esperar antes de sellar una alianza con el actual mandatario. Por eso, tanto él como su jefe de bloque en Diputados, Cristian Ritondo, tuvieron encuentros con Milei donde todo fueron buenas intenciones. Pero ante el pedido concreto de Milei de que formen un interbloque -algo que en las entrevistas Milei da como un hecho que se concretará a la mayor brevedad- lo que hay son dilasiones y postergaciones.

Una bolsa de... LLA

Uno de los problemas principales que ven en el bloque del PRO para aliarse en el Congreso son los problemas públicos y notorios que viene teniendo en bloque oficialista, "una manga de impresentables", según definen algunos en Casa Rosada. Solo en las últimas semanas:

  • La diputada Lilia Lemoine dijo públicamente que su compañera de bloque Lourdes Arrieta está loca ("No tiene todos los patitos en fila"). Ella abandonó el bloque antes de que la echen. En el proceso, publicó una larga serie de chats privados del bloque donde mostró como se había cocinado la visita a Astiz & amigos. Además, Arrieta denunció por violencia de género a uno de sus colegas y, en respuesta, filtraron audios convenientemente editados de ella gritando en una reunión de bloque.
  • La diputada Marcela Pagano también acusó de "psiquiátrica" a Lemoine y dejó entrever que ella tiene guardados videos íntimos de alguna persona con mucho poder en la Rosada, sin dar nombres. En la campaña de 2020, Lemoine admitió que ella y Milei fueron amantes.
  • Como respuesta, Lemoine publicó chats privados donde se ve cómo se sacaban los ojos en el WhatsApp del bloque ella y Pagano. Al igual que lo hizo en público, Pagano la acusaba de acostarse con gente con poder, de filtrar operaciones a sus compañeros de bloque en medios. Y Lemoine decía lo mismo que Pagano. 
  • El senador Francisco Paoltroni fue echado del bloque, no sin que antes hubiera un entredicho con la vicepresidenta Victoria Villarruel por una cuestión burocrática que le sirvió para marcar su rechazo a la decisión. Lemoine, autoerigida en vocera presidencial ad hoc, no pierde un día para atacar a la vicepresidenta.

Quizás algunas de estas cosas son las que no entusiasman mucho a los integrantes del PRO a compartir chats, estrategias parlamentarias y una sola conducción con este grupo de seres de luz.

Amigos a distancia

En el PRO, por el momento, se plantean una amistad pero a la distancia. Una de las espadas de Macri en el Congreso lo define ante este diario con bastante sinceridad: "No es lo mismo conducir a Silvia Lospennato o Silvana Giudici que a gente como Lilia Lemoine, Marcela Pagano u otros de ese bloque". Algunos piensan que entrar en mayores relaciones con un bloque tan disfuncional solo puede perjudicarlos.

Y no hay que minimizar cuanto eso puede detener la fusión soñada con Milei. Los amarillos describen la relación con el presidente como "buena, con altibajos". Pero los altibajos no los asocian tanto a los estados de ánimo del mandatario, sino "a su bloque: son ellos los primeros que no quieren trabajar con nosotros", relata otro dirigente con peso en el Congreso a este diario.

De hecho, Ritondo participó de una reunión la semana anterior con Milei que fue en buenos términos, que vino después de una cena de Macri y Milei que distendió -por el momento- la relación pública entre los dos espacios. Los principales problemas en esa reunión no pasaban, en ese caso, por la relación entre el PRO y LLA sino por todas las internas de LLA que estaban expuestas a los cuatro vientos.

Esto hizo que se enfríe muchísimo cualquier idea de un interbloque. De hecho, a cada diputada o diputado del PRO que este diario le pregunta por el tema, la primera respuesta que le sale es: "Vos viste lo que es ese bloque...". Y va acompañada de una expresión que solo puede denotar algo entre el estupor, la verguenza ajena y el terror (y eso que el PRO ha tenido y tienen sus internas resonantes).

Pero, incluso salvadas las distancias con lo que es hoy la "manga de impresentables" (de nuevo, en la Rosada dixit), está claro que la orden de Macri es esperar y no atarse al mástil de ningun barco que se pueda hundir. "Un interbloque es al final del camino, no al principio", es la definición que prima hoy en el PRO. El presidente sigue entusiasmado con la idea de anunciarlo en los próximos días. Parece que nadie se animó todavía a avisarle.