A dos días de un debate determinante para el futuro de la elección, los dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump y Kamala Harris se preparan con distintos objetivos en mente. Aunque los preparativos sean diferentes, ambos equipos lo ven como un momento crucial para la definición de los comicios, donde la candidata demócrata debe definirse ante millones de votantes indecisos, para los que el expresidente ya es una figura definida.

El martes, ambos se enfrentarán en los estudios de la cadena ABC en Filadelfia para el único debate entre ambos, luego de que Joe Biden anunciara la retirada de su candidatura para el partido demócrata luego de que, el pasado 27 de junio, el primer duelo televisado impulsara su salida de la carrera por la reelección.

"Un personaje viejo"

Según informa el New York Times, Kamala Harris y su círculo de asesores sostienen hace cinco días reuniones de preparativos en un hotel en la ciudad de Pittsburgh, que pertenece a Pensilvania, el mismo estado donde se disputará el debate. Parte de estos preparativos son la simulación de un escenario similar al debate, que incluye un “doble” de Trump que no abandona el personaje, vestido con trajes rectos y sosteniendo su particular estilo de hablar.

A diferencia de Biden, la estrategia de Harris no se ha centrado en presentar al candidato republicano como una amenaza para la democracia, sino que intenta minimizarlo, presentándolo como un personaje viejo que repite los trucos de siempre, segun informan sus asesores.

También abandonó la infructuosa estrategia de Hillary Clinton, allá por 2016, de denunciar a Trump como una figura racista y misógina, ya que sus asesores consideran que “es una pérdida de tiempo decirles a los votantes lo terrible que es”, señalando que todos ya tienen una opinión sobre el ex mandatario. Lo importante para la campaña demócrata es conectar con la pequeña franja indecisa de votantes que aún no tienen una idea formada sobre Harris, intentando definir a la candidata y su marca política antes de que lo haga su oponente.

Como parte del equipo que la acompaña al interior del Hotel Omni William Penn, Harris cuenta con la dirección de Karen Dunn, abogada y operadora política que colaboró con la preparación de Hillary Clinton para los debates de 2016, así como con la compañía de Kohini Kosogly, exasesora de su campaña y jefa de gabinete en el Senado, Sean Clegg, consultor político que colaboró en su campaña de 2020, y Phillippe Reines, un reconocido asesor político que repite su papel imitando a Trump.

A pesar del comportamiento extravagante del candidato republicano, Harris y su equipo deciden no subestimarlo. Consideran que la reciente experiencia en debates de Trump supondrá un desafío, siendo que la última participación en un evento de este tipo para la vicepresidenta fue su cruce contra Mike Pence en octubre de 2020. Además de aceitar sus habilidades para el debate, el equipo de Harris se prepara para protegerse frente a los ataques que el expresidente  sostiene frente a sus políticas, su pasado, sus relaciones personales y su identidad racial.

Un elefante ocupa mucho espacio

El candidato republicano refiere a su estilo como uno más improvisado, con su equipo sosteniendo que no se trata de una preparación frente al debate sino de “la hora de la política”. A pesar de ello, los asesores del magnate consideran que aprender a replicar a las cuestiones más difíciles que Harris pueda plantear, cómo los problemas judiciales de Trump, es imprescindible.

Durante su última aparición en público, este sábado durante un mitin en Wisconsin, el candidato apenas hizo alusión al debate, mencionando a la pasada que podría “destrozar” a su oponente.

Fiel a su estilo, Trump lleva días descalificando a la candidata demócrata por su inexperiencia, sus cambios de opinión y la falta de logros políticos en su haber. Mientras que el expresidente bromea con que ella y su equipo llevan días encerrados con los preparativos, el empresario alardea de no necesitar entrenamiento alguno. “Yo me he preparado toda mi vida para este debate (...) Hemos tenido reuniones, si, hemos hablado. Pero no hay mucho que uno pueda hacer. O conoces el tema o no lo conoces”, dijo esta semana en una entrevista en New Hampshire.

A pesar de sus dichos, él y su equipo han celebrado una sesión de preparativos para el debate el pasado martes, que lo vio reunido con un grupo de asesores por tres horas en su club privado de Bedminster, el “Trump National Golf Club”.

Uno de sus asesores, el congresista de Florida Matt Gaetz, sostuvo la línea política del partido al afirmar que las reuniones del candidato republicano no fueron más que movimientos políticos usuales. “El presidente Trump no prepara debates. Él se reúne con regularidad con asesores para hablar de cómo asegurar la frontera, bajar los precios y detener el caos global causado por Biden y Harris”, respondió ante una pregunta sobre los preparativos de cara al debate.

Entre los asesores del candidato figuran muchos nombres que formaron parte de su gobierno, como Stephen Miller y Richard Grenell, así como caras nuevas, como Tulsi Gabbard, la excongresista demócrata que atacó memorablemente a Harris en un debate de las primarias presidenciales de 2019.

Este equipo considera que los principales riesgos para Trump es que pueda parecer demasiado agresivo como se mostró durante el primer debate contra Biden en 2020, donde sudaba profusamente e interrumpió a su rival de forma incesante, o que no resguarde su aparente desprecio por Harris. Por eso, los aliados y asesores del expresidente lo instan a ser un “Trump feliz” y obligar a su rival demócrata a reconocer su asociación con Biden, quien se encuentra en su piso de popularidad, y a asumir la responsabilidad con las políticas vigentes con las que los votantes están descontentos.

Gira por estados indecisos

Luego de la gran noche en Pensilvania, la actual vicepresidenta de Estados Unidos ya tiene planeada una gira de campaña de cuatro días, que la llevaran a través de los principales estados indecisos, Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin y Pensilvania.

Titulada "El nuevo camino adelante", la gira vendrá en combo con un nuevo anuncio de televisión, reuniones, eventos de sondeo y programas diseñados para atacar un grupos de votantes específico: el llamado voto latino, al cual la gira apela culminando al inicio del Mes de la Herencia Hispana, el 15 de septiembre.

En un comunicado de este domingo, Macarena Casado, directora de medios de la campaña Harris-Walz expresó la diferencias entre las visiones de ambos candidatos para la comunidad hispana en Estados Unidos. "Estas elecciones se tratan de dos visiones muy diferentes para las familias latinas y nuestro país (...) la del expresidente y la nuestra, que lucha por un nuevo camino hacia adelante que proteja nuestras libertades fundamentales y fortaleza nuestra democracia", expresó

"Nuestra campaña llevará el mensaje de la vicepresidenta directamente a los votantes, dondequiera que estén", dijo Michael Tyler, director de comunicaciones de la campaña. "Con tanto en juego en esta elección debemos darlo todo en el campo de batalla".