El oficialismo enfrenta una semana dura en el Congreso. El miércoles, la Cámara de Diputados tratará el veto presidencial a la reforma jubilatoria y se espera un debate voto a voto, con movilización en las calles. El jueves, el Senado augura dos posibles derrotas para el Gobierno: rechazó al DNU por los fondos reservados de la SIDE y aprobación del financiamiento universitario.
La única buena noticia de la semana podría llegar en la Cámara alta, si el oficialismo y aliados logran aprobar una reforma electoral impulsada desde hace tiempo por el desintegrado Juntos por el Cambio: la Boleta Única en Papel (BUP).
"Ayúdenme a que esto no sea un 3 a 0", fue el pedido de la vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villaruel, la semana pasada, cuando el jueves Unión por la Patria convocó a sesionar y no consiguió el quórum necesario para hacerlo.
El acuerdo construido por Villaruel con el radicalismo y otros aliados provinciales es para lograr que la sesión en la Cámara alta, que se repitirá con convocatoria oficial este jueves, sea una derrota digna para el Gobierno, un 2 a 1.
El gol que busca convertir el oficialismo --que quedará eclipsado por los esperables goles en contra sobre los fondos reservados de la SIDE, con el extraño episodio de la Sociedad Rural de fondo; y el financiamiento universitario que Milei prometió vetar-- se viene construyendo desde el año pasado, con Juntos por el Cambio como protagonista. En junio de 2022, la bancada opositora al gobierno del Frente de Todos aprobó por 132 a 104 votos, el proyecto de la BUP. Paradójicamente, en aquella sesión de 2022, que ahora puede ofrecerle el descuento de la goleada, Villaruel se ausentó y no votó el BUP.
El proyecto con media sanción en Diputados, fue tomado por La Libertad Avanza desde el inicio de su gestión. En la primera versión de la Ley Bases, entonces un "ómnibus" de 664 artículos, la BUP estaba contemplada dentro de un capítulo de reforma electoral que incluía otros puntos que la dejaron en el camino como la eliminación de las PASO, la reforma del financiamiento de los partidos y los topes de aportes, la eliminación de los espacios de propaganda gratuitos y la modificación de la Cámara baja.
De todo aquel paquete oficialista, la BUP es lo único que avanza bajo las condiciones votadas en 2022. La propuesta es que un único instrumento de votación muestre toda la oferta electoral de un distrito y se vote marcando los casilleros correspondientes a los partidos o frentes electorales para cada categoría.
El formato propuesto es el que se implementa en Córdoba, con las agrupaciones políticas en vertical y a las categorías en horizontal.
En diciembre pasado, el entonces ministro del Interior y actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anticipó la decisión de "ir hacia un sistema electoral de boleta única" para cambiar "un mecanismo donde un elector llega al cuarto oscuro y se encuentra con 500 boletas de partidos"; y sumó el argumento oficialista por excelencia: "se gasta mucha plata y no hay más". Una semana después, Villaruel activó el debate en la Cámara alta, reunió la oposición amigable y avanzó para conseguir el dictamen de mayoría.
Pasados nueve meses, el oficialismo aún no encontró el momento para aprobar la BUP y este jueves sería el oportuno para descontar en la derrota que se avecina. La semana pasada, cuando UxP no logró el quórum para sesionar, los problemas fueron del oficialismo y aliados para aprobar la boleta única, ya que el presidente del bloque de la UCR, el correntino Eduardo Vischi, se oponía a la votación por orden del gobernador Eduardo Valdés, que no mira con buenos ojos la reforma en su provincia, desenganchada del calendario electoral y dominada por el radicalismo.
El otro punto débil del oficialismo para la aprobación será que deberá incorporar una modificación al proyecto original de Diputados para conseguir el respaldo de una aliada provincial. La senadora Mónica Silva por Juntos Somos Río Negro --el sello del gobernador Alberto Weretilneck-- exige para dar su voto que se modifique la opción del botón de "boleta completa"; o sea la opción de con una sola selección votar todas las categorías de un solo partido o frente electoral.
Esa modificación solicitada por los rionegrinos, que comprenden que perjudica a los partidos provinciales en favor de las fuerzas nacionales, implicará que la norma vuelva a la Cámara de Diputados.
Esto agrega una grado de complejidad para la implementación de la BUP en las elecciones legislativas de 2025.
La Cámara baja podría demorar la aprobación y no alcanzar con los tiempos de implementación. Además, la norma no puede ser tratada en el año electoral y pierde estado parlamentario en caso de no ser aprobada antes de febrero.
En caso de que la Cámara de Diputados ratificara el cambio --también podría recahazarlo y dejar la versión original-- en las próximas semanas, la BUP podría hacerse realidad en las legislativas del año próximo. Según los tiempos que se calculen en la Dirección Nacional Electoral (DINE), el proyecto debería convertirse en ley este mes para completar el proceso legislativo en la Cámara baja, concretar su reglamentación por parte del Ejecutivo e iniciar el proceso de licitaciones para usar el nuevo sistema electoral en 2025.