Parecía una pifiada y fue nomás una pifiada. El juez federal Daniel Rafecas puso en libertad a la persona que había quedado detenida por el caso del paquete explosivo enviado al titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino. Alberto Santiago Soria presentó una coartada y el magistrado la verificó: el jueves pasado, a la hora del envío del paquete, desde una librería de Barracas, Soria estaba en una capacitación en el Salguero Plaza en Barrio Norte. El estudio antropométrico que hizo el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad resultó errado: comparó la imagen de quien mandó el paquete, tomada en la librería de Barracas, con la foto del titular de la t“A es igual a B”, o sea que el individuo de la librería era Soria, sí o sí.