Durante su discurso la semana pasada frente a los popes empresarios de la UIA, Javier Milei pronunció dieciséis veces la palabra Estado, siempre asociada a adjetivos como “elefantiásico” o “adicto”. Cada vez que puede, se vanagloria de sus esfuerzos por achicarlo –o reconoce que, en verdad, su deseo es destruirlo--. ¿Qué pregnancia real tiene ese discurso y hasta qué punto se hace eco de las percepciones actuales de la sociedad? Un info si bien existe una mayoría que sigue percibiendo que “el Estado gasta demasiado”, ése porcentaje se viene reduciendo desde noviembre pasadotres de cada cuatro argentinos rechazan fervientemente que el recorte se aplique en la educación, la salud, la cultura y la ciencia y tecnología