Las plataformas de streaming no se llevan muy bien con las salas. Basta recordar, por ejemplo, que los principales complejos de exhibición no proyectaron Argentina,1985 porque desembarcaría en Prime Video antes de los 45 días de exclusividad mínima que requieren. O, también, los estrenos casi testimoniales que propone Netflix y que tienen más que ver con los requisitos para aplicar a los premios de la industria antes que con un modelo de negocios. Pero Mubi rompe con este esquema al considerar al cine no como enemigo ni competencia, sino como un aliado dotado con la virtud de la visibilidad y con el que es posible complementarse. Tanto apuestan a la complementación, que hasta organizaron su propio festival de cine. Es así que entre el 12 y 15 de septiembre el Cine Arte Cacodelphia albergará las 34 proyecciones de los 20 títulos de su catálogo que integran la segunda edición del Mubi Fest. Las entradas están a la venta en Mubifest.com.

“Creo que tenemos varios diferenciadores”, afirma a Página/12 la directora de Marketing para Latinoamérica de Mubi, Sandra Gómez. “Somos una plataforma un poco más centrada en el cine y no tenemos un algoritmo, es decir, hay personas seleccionando cada una de las películas. Y consideramos que la conversación sobre el cine va más allá de las salas o las plataformas, así que nos importa pensar las películas desde otros lugares. Para eso tenemos un ecosistema que incluye una revista, Notebook, un podcast y distribución en salas de los títulos que tenemos los derechos”, cuenta, y destaca que el público argentino, a diferencia del de otros países, es de todas las edades: “Hay uno si se quiere común al resto del mundo, como jóvenes o muy fans de Mubi, pero acá hay otro altamente educado, de gran tradición ÿ gusto cultural que responde muy bien a nuestras propuestas”.

El catálogo de la plataforma se nutre de títulos de un espectro cada vez más amplio, desde pequeñas joyas de escasa circulación hasta otros que vienen precedidos de premios y con actores de renombre a la cabeza del afiche. Tal es el caso de La sustancia, de Nicole Fargeat y con Demi Moore en la piel de una actriz que prueba un producto que, basado en la división celular, promete crear un alter ego más joven de quien lo pruebe. La ganadora del premio a Mejor Guion del Festival de Cannes, donde dividió aguas entre la prensa especializada, tendrá a su cargo la apertura, pautada para este jueves a las 21. Que las entradas estén agotadas días antes de la función no es motivo para la tristeza ni la bronca, ya que La sustancia tendrá su estreno comercial la semana que viene.

La asociación de Mubi con distribuidoras locales para lanzamientos puntuales en pantalla grande no es nueva. Al contrario, es una sana costumbre adoptada unos años atrás que suma diversidad y calidad a una oferta casi siempre monopolizada por superproducciones de Hollywood y el puñado de películas europeas apuntadas a un público (muy) adulto. 

Los 20 mil espectadores de Aftersun, de Charlotte Wells, en 2023, o los 75 mil de Días perfectos, de Wim Wenders, en los primeros meses de este año son la muestra más cabal de que el camino es correcto. Dado que hubo varias semanas en las que coincidieron en salas y en streaming sin que incidiera en la performance en boleterías, es también una refutación de la idea de que cine y plataformas son, como sí deberían ser Iglesia y Estado, asuntos separados.

Los resultados en taquilla fueron “una gran sorpresa que superó nuestras expectativas; este tipo de éxitos suma mucho para continuar con la vida de la película en la plataforma”, dice Gómez, y agrega: “En Latinoamérica hay una avidez por este tipo experiencias con una curaduría. Tratamos de que cada película tenga un cuidado muy especial y que cada evento que organizamos tenga un sentido local. Y creo que el público recibe eso como la posibilidad de tener un espacio de pertenencia”.

Se va la segunda

La primera edición tuvo siete películas en una sala. Ahora serán 20 que se verán en 34 proyecciones distribuidas en las tres salas del complejo ubicado a pasitos del Obelisco. “Creo que el objetivo de este año pasa por consolidarnos. La primera vez fue entender cuáles son los públicos para un evento de este tipo, cuántas películas programar y por cuántos días extender el evento. Conservamos varias cosas del primer año, pero ahora es una versión mejorada y más completa que nos permite recibir más espectadores y que puedan pasar de función en función o ir a alguna de las charlas”, dice acerca de una iniciativa que se replica en Bogotá, Chicago, Ciudad de México, Estambul, Manchester, Milán, Santiago de Chile y São Paulo.

La selección incluye preestrenos (Dahomey, de Mati Diop; Motel Destino, de Karim Aïnouz), películas con paso previo por la plataforma (Drive My Car y Evil Does Not Exist, de Ryusuke Hamaguchi; la mencionada Días perfectos; Titane, de Julia Ducournau y ganadora de la Palma de Oro en Cannes en 2021) y clásicos de directores de la talla de Andrei Tarkovsky (El sacrificio), Aki Kaurismäki (Ariel, La chica de la fábrica de fósforos), David Lynch (Mulholland Drive), Park Chan-wook (Oldboy), Wong Kar Wai (Fallen Angels) y Wim Wenders (Paris, Texas). Una programación que funciona como una síntesis de las patas curatoriales sobre las que se apoya Mubi. “La idea es mostrar una suerte de panorama de lo que tenemos o vamos a tener próximamente. El espíritu de la curaduría tiene que ver con que haya creadores detrás de las películas”, afirma.

Y está, claro, el cine latinoamericano en general (Casa Roshell, de la chilena Camila José Donoso) y el argentino en particular. La representación local incluye una masterclass con Laura Citarella sobre guion (será el viernes a las 18) y las proyecciones de La práctica (el mismo día a las 20) y Los delincuentes (el sábado a las 17.20) acompañadas de una charla posterior con sus respectivos directores, Martín Rejtman y Rodrigo Moreno. El responsable de Silvia Prieto también exhibirá la flamante El repartidor está en camino, que se sumerge en el universo laboral de los deliverys de aplicaciones durante la pandemia, mientras que Francisco Lezama traerá Un movimiento extraño, ganadora del Oso de Oro al mejor cortometraje en el último Festival de Berlín.