Una y otra vez, aquí y allá, escuchamos el dogma del credo motivador: si quieres, puedes. La frase llega revestida de optimismo, dispuesta a inyectarnos energías y furia luchadora. Esta oda universal a la fuerza del esfuerzo promete abrir las puertas del dinero, los logros, el cuerpo perfecto, el reconocimiento de los demás. A condición de perseverar, haremos realidad nuestros deseos. Y sin embarg
Hambre, sudor y lágrimas
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