Pocos minutos después de la votación, en la Cámara de Diputados, que ratificó el veto de Javier Milei a la ley de jubilaciones, una porción de los miles de manifestantes que llegaron a la Plaza de los Dos Congresos avanzaron sobre las vallas del operativo de seguridad montado por la ministra Seguridad, Patricia Bullrich, en protesta del acuerdo alcanzado por el oficialismo, el PRO y parte de los radicales. Gendarmería, Policía Federal Argentina y Prefectura Naval Argentina comenzaron a reprimir sobre los jubilados y otros manifestantes. 

Algunos pocos manifestantes lograron llegar a repudiar la votación hasta la puerta de entrada del Poder Legislativo sobre la calle Rivadavia, sin oposición del primer cordón de la Policía Federal. Pero pocos segundos después la represión se inició a cargo de la Gendarmería, que estaba apostada sobre la calle Riobamba, y avanzó hasta la esquina de Rivadavia y Entre Ríos en un cerrojo con Prefectura y la Policía Federal.

En la represión con palos y gases sobre los manifestantes, las crónicas televisivas reportaron algunos heridos por golpes y el efecto de los gases. Entre las heridas, estaba una mujer con perdigones de bala de goma y una niña de 10 años afectada por los gases. El CELS denunció que entró los heridos también hubo trabajadores de prensa. 

Varios de los heridos fueron atendidos por un grupos de rescatistas voluntarios, que vestidos de naranjas, con cascos y botiquines estaban en los alrededores de la manifestación asistiendo a quienes se descompensaban y, tras la represión, a los heridos por rechazar el ataque del Poder Ejecutivo y sus aliados en el Congreso a los jubilados.

"Me costaba respirar, me picaba la garganta. Por suerte, me asistieron y me metieron en un bar", contó un jubilado a C5N, minutos después de la represión y reivindicó la jornada de protestas: "Nos tiraron gases, pero estoy de pie y voy a seguir luchando".

"No alcanza la jubilación. Vine por eso, es una vergüenza lo que está pasando. No nos alcanza ni para comer, es un desgraciado este hombre", dijo tras la represión y entre sollozos. El jubilado además de calificar de  "desgraciado" al Presidente lo comparó con Carlos Menem, al recordar la etapa privatizadora que vivió como trabajador ferroviario,  "ramal que frena, ramal que cierra". 

La Policía, la Gendarmería y la Prefectura avanzaron sobre los manifestantes hasta despejar toda la zona de Congreso, luego de una larga jornada con miles de personas en la calle de manera pacífica. "Cómplices", "el que no salta es un botón" y "vendepatrias" fueron algunos de los gritos que la gente les dedicó a los uniformados y a los radicales durante la marcha. 

Minutos antes de la represión, la Cámara de Diputados ratificó el veto del presidente Javier Milei para negar un aumento del 8,1 por ciento a los jubilados, debido a que con 153 votos a favor, 87 votos en contra y 8 abstenciones, no se alcanzaron los dos tercios necesarios para revertir la decisión presidencial. El bloque de Innovación Federal, que responde a gobernadores provinciales, se abstuvo.

La movilización que se concentró en la Plaza de los Dos Congresos estuvo nutrida por  organizaciones gremiales y sociales que convocaron a un “acto masivo” para demostrarle al Gobierno que “los jubilados y jubiladas no están solos”. Lo hicieron a través de un documento conjunto, con fuertes críticas a Javier Milei y a su decisión de vetar la ley de movilidad. La Corriente Federal de Trabajadores, el Frente Sindical para el Modelo Nacional, la UTEP, la Mesa de Organismos de Derechos Humanos y ambas CTA estuvieron entre las organizciones firmantes. 

“De ninguna manera podemos permitir que el Presidente siga transfiriendo las riquezas que genera nuestro pueblo y nuestra nación para beneficiar a los poderosos grupos económicos que hoy lo rodean”, sostuvieron y agregaron: “Hay que tener mucho odio hacia nuestro pueblo, nuestros trabajadores y nuestros jubilados para llevar adelante tanta persecución y represión gubernamental".

En la previa del tercer miércoles consecutivo de represión a los jubilados, la docente jubilada y representante del Plenario de Trabajadores Jubilados, Nora Biaggio, describió la movilización como "un reclamo popular indudable que ha ganado el conjunto de la población sin distinción de pensamiento político o estructura sindical. Todo el mundo cree que la ley, aunque sea pequeña, tiene que ejecutarse a favor de los jubilados”, sostuvo Biaggio.