Habiendo leído desde esta madrugada el Washington Post, el New York Times, el New Yorker, The Financial Times, The Daily Telegraph y el sitio de la BBC, puedo afirmar lo siguiente: hay coincidencia que Harris estaba nerviosa al principio y el primer tema fue economía que no es, dicen, su fuerte. Todos la califican a Harris como regular nomás, pero solo en ese tema. Ahora en temas como el aborto y principalmente para una idea de futuro de cambio con oportunidades, se opina que Harris estuvo brillante. “Hay que dar vuelta la página” dijo la vicepresidenta.

Trump empezó tranquilo pero las críticas de Harris lo llevaron a salir del tema en demasiadas preguntas e hizo varías aseveraciones erróneas como que los inmigrantes se comían las mascotas de la gente por lo cual fue reprendido por el moderador. Siguieron varios desvaríos que sería fatigoso detallar.

Aun los observadores republicanos del debate coincidieron en que Trump cayó en las varias trampas que le tendió Harris. Afirmaron los medios que notaban la ira del republicano, que perdía hilación dando opiniones desacertadas y no sabiendo invocar hechos creíbles.

El New Yorker dice que lo que más quiere el electorado estadounidense es ver un candidato/a que proponga cambio y medidas factibles y el semanario calificó como el "colmo de la estupidez" los dichos de Trump de que los inmigrantes ingerían las mascotas de la gente.

El Daily Telegraph, el diario conservador británico conocido como el “Daily Torygraph”, fue el único medio discordante, aseverando que a Harris le hizo varias acusaciones. No quisieron informar de lo positivo.

En cuanto a la influencia tendrá el debate en diversos sectores del electorado y en especial en los estados decisivos, sólo se sabrá en dos cuotas. Primero con el resultado del comicio en particular en siete estados a los que se llama estados campo de batalla (battle ground states): Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte y  Pennsylvania. 

Segundo, cuando se conozca el número de representantes en la rémora no democrática del Colegio Electoral. Además, Estados Unidos tiene una larga historia de prácticas exclusionistas del voto.

Como si fuera poco, EE.UU. no se caracteriza por la rapidez con que se da a conocer el resultado ni es notable la transparencia del recuento. El país del Norte sigue la tradición de El Federalista que al encomiar en el siglo XVIII a la constitución de USA a poco de su sanción, afirma que “es preciso”, como luego coincidió el aristócrata francés de Tocqueville, “evitar que predomine la mayoría”. 

Estados Unidos a veces es un país que cree más en el mito de su excelencia democrática que muchas veces en el pasado histórico ha habido y aún hoy existen características que impiden que sea un dechado de democracia.

* Doctorado en la Universidad de Cambridge y Asociado al Centro de Estudios Latinoamericanos de Cambridge.