Desde enero de 2019 Zaida iba todos los meses al juzgado de Lomas de Zamora para averiguar si habían encontrado al asesino de su hija hasta que la Justicia terminó incriminandola a ella. Ahora es la única acusada de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el vínculo". La causa pasó la etapa penal preparatoria, está a cargo del Tribunal Oral y Criminal N° 4 y nos encontramos a la espera de la fecha del juicio.

Durante la primera audiencia lo único que hizo Marcela Dimundo, la fiscal a cargo de la investigación, fue acusar a Zaida del crimen de su hija. En ese momento había otros imputados a los que no se les realizó ni siquiera una pericia psiquiátrica y psicológica. No hubo investigación y tampoco se preservó la escena del crimen. La fiscal desestimó los testimonios de esas dos personas implicadas argumentando que no eran útiles para la investigación.

Dimundo acusó a Zaida sin tener en cuenta que era víctima de maltrato físico, psicológico y abuso sexual de parte de su ex pareja, Carlos Correa. Ella soportó toda esa violencia por un techo y un plato de comida para su hija, por esa simple razón Zaida pensaba que le debía respeto y obediencia, él la sometía completamente.

En un momento Correa y Zaida discutieron por una situación de maltrato de él hacia su hija Joselin. Zaida comenzó a tener contacto con el hijo de Correa, hoy su actual pareja. Cuando Correa se enteró, le juró que iba a tomar venganza en donde más le duele.

Desde la defensa tenemos pruebas que indican que Zaida no estuvo en el lugar donde ocurrió el asesinato, incluso se ve en las cámaras del banco que ese día fue a cobrar su asignación y también tenemos el registro de la tarjeta SUBE que indica a qué hora viajó. Todas son pruebas fundamentales que sacan del lugar del hecho a Zaida durante el horario de la muerte de Joselin y la ubican en otro lugar.

Pedimos un juicio por jurado porque sabemos que con un tribunal de jueces van a guiarse por la mala investigación de la fiscal, que si bien en su trayectoria laboral tiene perspectiva de género, en este caso nos dio la espalda. 

Se nota claramente que la fiscal no leyó la causa porque si lo hubiera hecho y aplicado la perspectiva de género, sabría que Zaida fue abusada y violentada por su ex pareja desde que se fue a vivir con él y su hijita. Ella soportó mucha violencia para proteger a su hija. Ahí es donde nos damos cuenta que la fiscal no leyó el expediente.

Para el juicio contamos con más de 170 testigos, sin embargo, Darío Segundo, el juez técnico que va a dirigirlo nos pidió que acortemos el número de testigos porque quiere que sea ágil para que el jurado no se canse. Para nosotras es increíble que nos pida eso en un juicio en el que se busca aclarar qué pasó con la vida de una niña, debe tomarse el tiempo que sea necesario. Creemos que la causa no está siendo tomada con la seriedad y el tiempo que amerita el caso.

La escena del crimen se contaminó, por ese lugar pasaron todos los vecinos del barrio que iban a mirar. Hay pruebas que se perdieron, como por ejemplo, una tijera que debían examinar para hallar restos de ADN y ni siquiera se mantuvo la cadena de custodia que necesitan todos los elementos que fueron incautados.

Una cónsul de Bolivia viajó especialmente a presenciar una de las audiencias para luego poder asistir al juicio y le negaron el ingreso, es muy discriminatorio lo que hace la justicia y es un claro ejemplo de xenofobia. El expediente está vacío y nunca se construyó ninguna prueba. 

Creo que Zaida está siendo criminalizada por su condición de vulnerabilidad. Primero es víctima de la muerte de su hija y segundo de la Justicia, la fiscal la acusa sin pruebas y por eso desde la defensa vamos a pedir la intervención de un veedor durante el juicio.

Hoy Zaida continúa exigiendo justicia por su hija mientras espera un juicio injusto.

*Abogada de Zaida Mamani.