Con fuertes críticas al Ejecutivo local, los trabajadores municipales de San Isidro se movilizarán este viernes hasta el palacio municipal para visibilizar su reclamo en el segundo día de paro consecutivo. Hasta allí comprometieron su presencia el titular de la federación bonaerense, Rubén “Cholo” García y el de la confederación nacional, Hernán Doval

Los trabajadores municipales de San Isidro transitan desde el jueves un paro de 48 horas, el primero de estas características desde el regreso de la democracia. Además del reclamo salarial, de treinta más veinticinco para compensar la pérdida de poder adquisitivo de este año, piden que el intendente reconozca una serie de medidas no presupuestarias que habían acordado conjuntamente, pero que Ramón Lanús se niega a implementar.

“Nuestra intención es que se garanticen los servicios mínimos esenciales, pero la verdad es que hay tanto enojo por parte de los trabajadores con el intendente, que no estamos seguros de que se vayan a cubrir”, comentó Omar Arce, el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Isidro (Stmsi), en diálogo con Buenos Aires/12.

“Desde hace dos semanas venimos recorriendo cada sector, cada repartición, realizando reuniones y asambleas de trabajadores. Ahí presentamos distintas opciones de medidas, de paros rotativos, brazos caídos y retención de tareas, pero en general, nos encontramos que los trabajadores quieren ir directamente al paro. Además del atraso salarial, pesa mucho el destrato y la indiferencia del intendente respecto de nuestra problemática”, explica el dirigente, que encabeza su gremio desde 2016 y nunca vivió este nivel de conflictividad.

Desde marzo pasado, el sindicato había comenzado a trabajar en una serie de propuestas de modificaciones no presupuestarias. "Por ejemplo, que los barrenderos trabajen de lunes a viernes en en vez de lunes a sábados, por la misma plata, para que les quede al menos un día para hacer changas y complementar ingresos, pero el intendente nos mandó a decir que está muy bien, pero recién lo va a implementar el año que viene", explica.

Para encontrar una medida similar, por el grado de acatamiento, por la duración y visibilidad, hay que remontarse a fines de 1988, cuando el sindicato organizó una olla popular frente al palacio, que terminó durando cinco días.

El Stmsi realizó un cálculo sencillo hace algunos meses. En el tiempo transcurrido hasta entonces de la gestión Lanús, las tasas habían aumentado 200 puntos y los salarios apenas 55. “¿Dónde está la diferencia?”, se preguntaban y los vecinos, molestos, se hicieron eco rápidamente del planteo. 

“Creo que no nos perdonan eso, pero lo hicimos porque casi todos nosotros somos, además de trabajadores, contribuyentes de San Isidro, a diferencia de ellos", cuenta y agrega que "salvo Lanús y un par más, el resto tienen domicilio en la Ciudad de Buenos Aires y en Pilar”. 

Los motivos del enojo son múltiples. Uno de los principales son los aumentos por decreto, definidos de manera unilateral y arbitraria. La modalidad preferida de Lanús es similar a la que empleó durante casi todo este año el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, también del PRO. Finalmente, Montenegro no pudo con la resistencia del sindicato local, que encabeza Antonio Ghilardi y contó con amplio apoyo de la Fesimubo, y se vio obligado a mejorar la oferta salarial.

“Cuando me enteré de que habían asignado un aumento por decreto les advertí que no era legal y que se exponían a una sanción por parte del tribunal de cuentas. Primero me ignoraron, pero dos semanas después vinieron a pedirme la firma retroactiva para convalidar el aumento”.

El diagnóstico de Arce sobre la nueva gestión es muy duro. “Hay una suerte de inmadurez administrativa, tienen un profundo desconocimiento del manejo del municipio, pero además están mal asesorados y reaccionan tarde, duermen", dice y ejemplifica: "El miércoles a última hora presentaron un pronto despacho reclamando la conciliación obligatoria, cuando la medida está anunciada hace días”.

Arce tiene como interlocutores habituales al secretario de gobierno José Sánchez Sorondo y la jefa de gabinete Manuela López Menéndez, a quienes les reconoce voluntad de diálogo y negociación. “El problema es que cada vez que llegamos a un acuerdo, ellos se lo llevan al intendente y tira todo para atrás”, dice. 

“Mi mayor preocupación es qué vamos a hacer el lunes, porque después de una medida como esta, debería haber una reunión urgente, pero este Ejecutivo tiene una mirada muy particular de las cosas", comenta Arce que se lamenta por no tener "con quien tirar una pared". "El lunes los trabajadores me van a pedir explicaciones: ¿qué ofrecieron? ¿nada? ¿entonces qué hacemos? parece que quieren escalar el conflicto en vez de resolverlo, nos empujan a un paro por tiempo indeterminado”, advierte. 

El enojo de los trabajadores, aunque por otros motivos, alcanza también al possismo, que gobernó el distrito ininterrumpidamente desde 1983, primero con Melchor Posse y luego con su hijo Gustavo. Al ex intendente le recriminan no haber acompañado la transición con los funcionarios entrantes durante un tiempo prudencial, como se habían comprometido a hacer ante el sindicato.

La posición oficial

El área de comunicación del municipio sostiene, a través de un comunicado, que "la negativa, por parte del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, a dictar conciliación obligatoria es puramente política y promueve el conflicto gremial en San Isidro, por tratarse de un distrito que no lo vota”.

En esa dirección, agrega: "Todo apunta al Ministro de Trabajo de Axel Kicillof, Walter Correa, quien se ha negado a dictar la conciliación obligatoria frente a un reclamo salarial de los trabajadores que venía encausado a través del diálogo del Municipio con sus empleados. No es casualidad que Correa haya participado el sábado pasado en un acto en el distrito con el sindicalismo local. El paro es puramente político, promovido por el kirchnerismo quien negó la conciliación obligatoria, afectando a los vecinos por tratarse de un distrito que no los vota”.

Este jueves, el intendente Lanús estuvo reunido con el ministro Luis Caputo, que lo felicitó a través de su cuenta en la red social X. "El intendente de San Isidro decidió eliminar la tasa vial de 6 pesos por litro de combustible. Mientras algunos intendentes se quejan, otros gestionan".