Desde Roma

El papa Francisco llega este viernes a Roma (en torno a las 18.25 hora local), después de haber concluido uno de los viajes más largos y esforzados de su pontificado. Visitó tres países del sudeste asiático (Indonesia, Timor Oriental y Singapur), y uno de Oceanía (Papúa Nueva Guinea) del 2 al 13 de setiembre, encontrándose con pobres, migrantes, refugiados, minusválidos, ancianos, jóvenes y niños, además de representantes políticos, miembros de la Iglesia católica y de otras religiones. Y no faltaron sorpresas como la noticia difundida el 7 de setiembre por la policía de Indonesia que habló del arresto de 7 personas sospechosas de haber estado organizando un atentado contra el Pontífice, que por suerte no ocurrió.

El portavoz de la unidad antiterrorismo Densus-88 de Indonesia, Aswin Siregar, explicó a la prensa que entre el lunes y martes (2-3 de setiembre) fueron arrestados en la ciudad de Bogor, a unos 50 kilómetros de Yakarta, y en Bekasi, al este de la zona metropolitana de la capital, siete personas sospechosas de haber estado preparando un ataque contra el Papa. En la casa de uno de los sospechosos encontraron material propagandístico del estado islámico y otros elementos peligrosos. Pero la investigación está todavía en curso y no hay por ahora otros detalles, dijo Siregar. Indonesia, pese a ser un país de mayoría musulmana, ha sufrido varios atentados de parte de los extremistas islámicos, entre ellos uno en 2009 (9 muertos y 50 heridos) y otro en 2016 (7 muertos y 24 heridos), ambos en Yakarta.

Unidos en la diversidad 

El lema de Indonesia, “Unidos en la diversidad”, fue una frase ampliamente destacada por el Pontífice en su discurso ante las autoridades políticas y civiles, incluido el presidente Joko Widodo. Francisco destacó cómo, en el archipiélago de Indonesia que tiene 17,000 islas, de las cuales 6,000 habitadas, "las diferencias específicas contribuyen a formar un magnífico mosaico, en el cual cada pieza es un elemento insustituible”. "Este sabio y delicado equilibrio, entre la multiplicidad de culturas y las diferentes visiones ideológicas y las razones que cimentan la unidad, deben ser continuamente defendidas de cualquier desequilibrio", subrayó.

Fue en Indonesia, el país más poblado de la región (275 millones de habitantes, la mayoría musulmanes) y primero de este viaje número 45 del Pontífice, donde mantuvo el encuentro interreligioso más importante, con el Iman Dr. KH Nasaruddin Umar, de la inmensa mezquita Istiqlal de Yakarta. El Papa y el Iman firmaron la “Declaración conjunta de Istiqlal 2024” en la que destacaron la gran “crisis de deshumanización y cambio climático” que está viviendo el mundo, ante la cual pidieron que “los valores compartidos” de las dos religiones, “sean promovidos para derrotar la cultura de la violencia y la indiferencia”. Y para promover la “cultura del respeto, dignidad, compasión, reconciliación y solidaridad fraterna” para superar la deshumanización y la destrucción ambiental. La declaración pidió además que el “diálogo interreligioso”, al que Francisco ha estado siempre abierto, debería ser “reconocido como un instrumento eficaz para resolver los conflictos locales, regionales e internacionales”, a veces provocados por el “abuso de religión”.

Dos importantes templos de Yakarta, la capital, hablan de un país multicultural y multirreligioso que defiende el diálogo. Se trata de la Catedral católica de Santa María de la Asunción y la Mezquita de Istiqlal. Los dos templos fueron construidos uno frente al otro y están unidos por un túnel subterráneo llamado “El túnel de la amistad”, que el Papa y el Iman visitaron juntos.

Los musulmanes de Indonesia recibieron "con agrado" la visita de Francisco al país. “La visita del papa Francisco es un honor y un signo de respeto hacia el pueblo indonesiano”,destacó un comunicado del Consejo Central Musulmán.

Niños y jóvenes de Scholas Ocurrentes

Otro de los encuentros importantes fue con unos 100 niños y jóvenes de las Scholas Ocurrentes, una organización fundada por Francisco en 2013 para promover la integración y la educación. Esta organización se basa en algunos proyectos, como “Escuelas hermanas” o “Escuelas de vecinos”, creados cuando Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, en plena crisis económica del 2001 en Argentina.

El encuentro se realizó en la llamada Casa de la Juventud Grha Pemuda, donde el Papa fue recibido por niños con trajes tradicionales que le ofrecieron algunos regalos mientras otros cantaban un canto típicamente indonesiano. Scholas Ocurrentes hoy es un proyecto de la Iglesia presente en 190 países.

En Papúa Nueva Guinea

El Papa llegó a Papúa Nueva Guinea el 6 de setiembre. Miles de personas lo esperaban en las calles para darle la bienvenida, con luces en mano dado que la luces públicas no eran suficientes para verlo. En efecto ya había atardecido cuando el Papa aterrizó en el aeropuerto local, en torno a las 19 hora local. Muchos llevaban cartelones que decian “Welcome Pope Francis” (Bienvenido Papa Francisco). Y los que acompañaban al Papa quedaron impresionados por la pobreza que se veía por esas calles.

Era la primera vez que Francisco visitaba un país de Oceanía. Juan Pablo II había estado allí en 1995. Papúa Nueva Guinea tiene unos 9 millones de habitantes, 2 de ellos son católicos. Al bajar del avión lo recibieron autoridades del gobierno y dos niños vestidos con trajes indígenas, con grandes plumas y faldas de paja, que le entregaron flores.

Hasta el 9 de setiembre visitó Port Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea donde se encontró con exponentes del gobierno, el gobernador Bob Dadae entre ellos, diplomáticos y miembros de la Iglesia. Luego fue a Vanimo, una localidad a casi 1.000 kilómetros de distancia donde llegó gracias a un avión militar puesto a disposición del Papa por autoridades australianas, donde Francisco fue a encontrarse con un grupo de misioneros argentinos que trabajan allí. Entre ellos Martín Prado, amigo de Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires, que desde hace 10 años viven en Vanimo, asistiendo a las comunidades en lugares de la selva.

El Papa les llevó en el avión 8 valijas de 30 kg, cada una con alimentos, medicinas, juguetes para niños y bienes de primera necesidad. Fue uno de los misioneros amigos de Francisco, el padre Alejandro Díaz, quien organizó las cargas. Francisco les había prometido que iría a Vanimo para “visitar a los últimos”.

El Pontífice partió del aeropuerto Port Moresby hacia Dili, capital de Timor Oriental, el 9, luego de un encuentro con jóvenes en el Sir John Guise Stadium de Port Moresby.

Timor Oriental

Timor Oriental es el único país de los programados en este viaje, que tiene mayoría católica. Con 1,5 millones de habitantes, los católicos son más de 1,4 millones. El país fue una colonia portuguesa hasta 1975 pero en 1976 fue invadida por las fuerzas de Indonesia y esa invasión costó miles de vidas. En 1999 pasó a estar bajo la supervisión de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas. El 20 de mayo de 2002 declaró la independencia de Indonesia. Hoy es un país que todavía padece la pobreza aún cuando desde 2008 comenzó a mejorar porque se descubrieron y comenzaron a explotar fuentes petrolíferas.

Francisco llegó a Dili, capital de Timor Oriental, el 9 de setiembre. Por la tarde tuvo un importante encuentro tanto con el presidente de la República, Manuel Ramos Horta (Premio Nobel de la Paz 1996 y a quien había recibido en el Vaticano en enero pasado), y luego con autoridades civiles y diplomáticos. El Papa fue recibido en el Palacio Presidencial por 29 niños vestidos en trajes tradicionales que le entregaron flores y el “tais”, una bufanda típica del país.

El mensaje a la sociedad y a los políticos

Fue muy importante el discurso que dirigió en español al gobierno y al cuerpo diplomático. “Esta tierra, adornada con montañas, selvas y llanuras, rodeada por un mar resplandeciente, rica en frutos y maderas preciosas y fragantes, es una tierra que suscita en el alma sentimientos de paz y alegría”, dijo recordando el difícil período que el país atravesó desde 1975 hasta 2002. Pero “el país supo resurgir, encontrando un camino de paz y apertura hacia una nueva fase, que pretende ser de desarrollo, de mejora en sus condiciones de vida, de potencialización —a todos los niveles— del esplendor natural de este territorio, así como de sus recursos naturales y humanos”.

El Papa agradeció al país que, en ocasión del vigésimo aniversario de la independencia que se festejó en 2022, “haya incorporado como documento nacional la Declaración sobre la Fraternidad Humana, que firmé junto con el Gran Imán de Al-Azhar, en Abu Dabi, el 4 de febrero de 2019”.

Francisco dijo también estar preocupado por la pobreza presente en zonas rurales del país para lo cual insistió “en la necesidad de una acción coral amplia que implique a las múltiples fuerzas y distintas responsabilidades, civiles, religiosas y sociales, para ponerle remedio y ofrecer alternativas viables a la emigración”. Se dijo preocupado además por algunas “plagas sociales” que azotan zonas como el abuso de bebidas alcohólicas de parte de los jóvenes y las bandas que imponen violencia.

Por último destacó la importancia de preparar a los jóvenes -dado que el 65% de la población tiene menos de 30 años-, que serán la futura clase dirigente del país, para “una mejor gestión de los recursos naturales” como petróleo y gas, que podrían ofrecer un “desarrollo sin precedentes” a toda la sociedad.

Para Francisco lo importante es “edificar un país libre, democrático y solidario donde ninguno se sienta excluido y todos puedan vivir en paz y con dignidad”, concluyo bendiciéndolos en portugués y en el idioma local: “Deus abençoe Timor-Leste!”, “Maromak haraik bênção ba Timor-Lorosa’e!”, dijo.

El martes 10 visitó a niños discapacitados y se encontró con sacerdotes, obispos y jesuitas del lugar, concluyendo la jornada con una misa en la explanada Taci Tolu de Dili a la que asistieron cerca de 600.000 personas, según datos oficiales, todas con paraguas, con los colores del Vaticano - amarillo claro y blanco- para cubrirse del sol ardiente. Muchos de ellos habían viajado varios días, en autos, barcas, o a pie, atravesando las junglas, para poder ver al Papa. Ningún país de los visitados se mostró tan entusiasta por el Pontífice como Timor Oriental.

En la homilía de la misa, Francisco insistió en la necesidad de pensar en los pobres y en los niños. “Hay mucha riqueza, pero el bienestar ciega a los poderosos, los engaña haciéndoles creer que se pueden bastar a sí mismos” (...) “y eso los lleva a ser egoístas e injustos”. “Por eso, a pesar de que hay abundancia de bienes, los pobres están abandonados y sufren hambre (...)Estén atentos a los ‘cocodrilos’ que quieren morderlos cambiándoles la cultura. El pueblo y los niños son la cosa más preciosa que tienen”, dijo.

El 11 antes de partir se encontró con jóvenes a quienes les dijo : “Espero que vayan adelante con la alegría de la juventud. Pero no se olviden de una cosa: ustedes son los herederos de los que han fundado esta nación con tantos sacrificios. Por lo cual no pierdan la memoria! (…) Hay dos cosas que me llenaron el corazón mientras caminaba por las calles: la juventud de este país y su sonrisa. Ustedes son un pueblo que sabe sonreír. Continúen así. ¡No lo olviden!!”

El avión papal partió a primera hora de la tarde del miércoles hacia Singapur, último país por visitar en este laborioso viaje. Después de 4 horas de vuelo aterrizó en el aeropuerto Changhi de Singapur

Singapur, última etapa del viaje

Francisco llegó bien a Singapur el miércoles, pero dadas las intensas jornadas que vivió en Timor Oriental, se decidió que era mejor dejarlo descansar. Al llegar se encontró con una lluvia abundante, a diferencia de los días solares que había pasado hasta ahora. Y eso fue una parte tal vez de las motivaciones por las que no fue mucha gente a recibirlo, a diferencia de Timor Oriental. Pero también debido a que Singapur es un país de mayoría budista con casi el 77% de la población de origen chino. Se veían algunos carteles de bienvenida: “Welcome to Singapure” (bienvenido a Singapur), “Que su estadía sea agradable”, entre otros.

Con unos 6 millones de habitantes, Singapur, excolonia británica, está integrado por 63 islas. Es una suerte de ciudad-estado de gran desarrollo comercial, económico, tecnológico y financiero. Pero también con grandes diferencias sociales. El último Papa que había visitado Singapur fue Juan Pablo II en 1986.

El único encuentro de ese día fue con los jesuitas, la orden a la que él pertenece, a nivel privado. La reunión duró poco más de una hora y entre otros temas se habló de los desafíos que hoy plantea Asia.

El programa importante comenzó este jueves. Fue recibido por el presidente Tharman Shanmugaratnam (al que había recibido recientemente en el Vaticano) en el Parliament House y el primer ministro Wong Shyun Tsai quien contó que los expertos habían conseguido una nueva especie de orquídea a la que le habían puesto el nombre de Papa Francisco. Luego, en el Teatro del Centro Cultural de la National University of Singapore, el Pontífice hizo su discurso ante las autoridades locales y diplomáticos. 

Francisco destacó las tareas hechas hasta ahora en Singapur “para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos mediante políticas de vivienda pública, con una educación de alta calidad y un sistema sanitario eficiente. Y dado que el Papa argentino es un gran defensor de los migrantes de todo el mundo y de los pobres además de luchar contra el cambio climático, subrayó dos aspectos referidos a estos puntos cuando habló ante los políticos: “Espero que todos estos esfuerzos continúen” dedicando particular importancia “a pobres y ancianos”(…) “y a la tutela de la dignidad de los trabajadores migrantes”, incluido “un salario justo” para los que tanto contribuyen al crecimiento de este país. También destacó otras virtudes de Singapur como “el respeto recíproco, la colaboración, el diálogo y la libertad de profesar las propias creencias, respetando la ley vigente (…) que son requisitos “para un desarrollo no conflictivo sino equilibrado y sostenible”.

Francisco, que recordó asimismo que se cumplieron 43 años de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Singapur, destacó la importancia del “multilateralismo y de un sistema basado en normas comunes para todos” (…)“Los animo a continuar trabajando por la unidad y la fraternidad del género humano, en beneficio del bien común de todos los pueblos”, dijo el Papa, sin olvidar de poner como ejemplo el papel de Singapur en materia de desarrollo sostenible y de búsqueda de soluciones innovadoras para afrontar desafíos ambientales. La jornada concluyó con una misa en el Estadio “Singapur Sports Hub”.

El viernes 13, antes de partir a Roma, se encontrará con un grupo de ancianos, enfermos y jóvenes de distintas religiones. No se descarta que en el vuelo de retorno haga declaraciones -como suele ocurrir en los vuelos papales- a los 80 periodistas que lo acompañaron, contándoles la experiencia a nivel personal.