Luego de la defección de cinco diputados, previa selfie con Javier Milei, el radicalismo quedó en una crisis de la que todavía no sabe como salir. Si bien se activaron ciertos mecanismos institucionales para sancionar a los tránsfugas, todavía no está claro si habrá ruptura de bloque y, más a mediano plazo, si un sector del partido no romperá para aliarse a Milei en 2025. La Convención nacional de la UCR se reunirá en los próximos días y es cantado que suspenderán a los cinco diputados. Luego viene un camino largo de juicios hasta resolver (o no) la expulsión. Mientras tanto, Rodrigo De Loredo resiste las presiones del sector de Facundo Manes para terminar rompiendo el bloque. Su objetivo es calmar a todos e intentar no perder bancas.

El titular de la Convención nacional, Hernan Rossi, fue claro antes de que se produjeran los votos de los cinco diputados, que se dieron vuelta con respecto a su posición original: "Vamos a impulsar la suspensión preventiva de la afiliación de aquellos diputados que no apoyaron la decisión del partido de rechazar el veto presidencial a la Ley de Movilidad Jubilatoria, hasta tanto el Tribunal Nacional de Ética de la Unión Cívica Radical juzgue su conducta".

Concretamente, la Convención se va a reunir en las próximas 48 horas y resolverá esa suspensión. A partir de allí, quedarán en esa condición hasta que se defina su situación final. El recorrido, según la Carta Orgánica de la UCR, es largo: primero la convención le elevará el caso al Tribunal Nacional de Etica. Ahi se va a juzgar su conducta y se va a formular un veredicto, que puede ser la expulsión del partido. A partir de lo que decida el Tribunal, en la próxima Convención nacional se aprueba o se rechaza ese veredicto. Es decir, los tiempos son largos.

Claro que nada de esto resuelve la crisis de representación y de imagen en la que quedó sumido el radicalismo después de impulsar una ley muy sensible como la de la movilidad jubilatoria, conseguir que se apruebe y, ante el veto de Milei, defeccionar con unos diputados que se mostraron sonrientes en Casa Rosada y otros que abandonaron el Congreso para irse a cobrar sueldos de miles de dólares.

Si Martín Lousteau venía fustigando a estos dirigentes desde la semana pasada es porque se veía venir este escenario. De más está decir que esto conspira contra su plan de posicionar a la UCR como una fuerza de oposición a Milei desde el progresismo. O como una fuerza de oposición a secas.

Dentro del bloque de Diputados, todo es peor. "El bloque en este momento es un auténtico bardo", se sinceran en el partido centenario. Ya no hay una o dos facciones, sino más cerca de cuatro. El sector de Facundo Manes rápidamente tomó el guante y pidió que se aparte del bloque a estos cinco diputados para que se puedan ir a la bancada de La Libertad Avanza y así sinceren su pertenencia. Otros opinan que tendrían que devolver las bancas (spoiler: no lo harán). Hay una postura institucionalista que indica que De Loredo no tiene que hacer nada hasta tanto el partido no tome una decisión.

Y De Loredo, se rumorea, hasta está evaluando dejar la presidencia del bloque. "Está muy incómodo con el lugar en el que quedó, donde no pudo mostrar conducción de su propio bloque para negociar con el oficialismo", dicen. Ni siquiera pudo conseguir que los emisarios del Gobierno aceptaran alguna opción intermedia. No obstante, De Loredo no parece estar dispuesto a aceptar la sugerencia de Manes de expulsar a los diputados. "Al contrario, tenemos que apaciguar las aguas. Si no, se nos va a achicar el bloque", advierten. 

La discusión del bloque seguirá en los próximos días, pero abre camino a una discusión más grande: donde se parará la UCR en 2025. ¿Serán oposición o aliados a Milei? De esto habló la diputada Danya Tavela en la previa a la sesión: "En la UCR siempre convivieron una tendencia más popular y una más conservadora, desde Yrigoyen y Leandro Alem". La dirigente dejó en claro que ella ve bastante posible una ruptura, pero ya no solo del bloque, sino del partido, con un sector que finalmente sincerará su convicción de aliarse electoralmente con Milei y otro sector que buscará construir con otros dirigentes (como Horacio Rodríguez Larreta) otra alianza política de oposición.