Después de una extensa gira por América latina y Europa, el dúo El Zaruno de los proyectos musicales que refrescó el pop argentino- adelantará nuevas canciones y desplegará todo su potencial escénico en Buenos Aires: se presentará el sábado 14 y el viernes 27 de septiembre a las 20.30 en Complejo C Art Media (Corrientes 6271). “Nosotros le damos mucha importancia al show, ensayamos mucho: es una virtud de El Zar”, sostiene el cantante y guitarrista Facundo Castaño Montoya, convencido de que la mejor “carta de presentación” del dúo es en vivo, en el cara a cara. “Tengo la sensación de que se está volviendo al formato canción. Incluso los artistas de música urbana buscan eso. A nosotros nos interesan las canciones sin fecha de vencimiento”, dice también el músico sobre la esencia del disco nuevo que están componiendo con su compañero Pablo Giménez y que pondrá el acento en la identidad sonora del rock argentino.

Este año, publicaron una colaboración con el artista mexicano Siddhartha, "Diamantes", y también entregaron una interesante versión de "Así es el calor", de Los Abuelos de la Nada, para un disco homenaje y colectivo producido por Cachorro López. "También Andrés Calamaro grabó unos coros y unas voces. Fue un sueño cumplido compartir un estudio con él", se entusiasma Castaño Montoya. Desde comienzos de año, se encuentran trabajando con Nico Btesh –“un amigo, un gurú, un confidente”- en un nuevo disco que saldrá en 2025. Antes de fin de año lanzaron dos adelantos. “Rio Hotel salió en diciembre de 2022 y nos tomamos el tiempo para hacer un disco que lo amerite. Ya grabamos una parte en zona norte en el estudio de los hermanos Colombo de Bandalos Chinos. La verdad es que se viene una línea más rockera, más argentino”, revela el músico. “De alguna manera, Río Hotel tenía la influencia de Brasil, pero el nuevo es más canción rock argentino. Lo sentimos bastante rutero también”, dice.

“El disco habla un poco también de haber girado tanto: el año pasado hicimos más de 40 shows y este año ya vamos 50. La semana pasada volvimos de una gira: hicimos 23 shows en 12 países, recorrimos bastante Latinoamérica y Europa. Y en lo que queda del año tenemos varias provincias de la Argentina”, cuenta. “La gira te lleva a escribir de los viajes y lo que te va sucediendo en esos lugares. No necesariamente habla de viajar, pero si de la experiencia que venimos recolectando en las giras”, dice. “En estos últimos años intentamos volver a lo simple. Fuimos realistas con lo que estábamos escuchando y lo que nos conmueve últimamente. En este momento nos interesa salir un poco del indie e ir más para el lado del rock nacional”.

-¿Se sienten continuadores de una línea del pop argentino?

-Sí, creo que es nuestra intención. Tenemos mucho respeto y admiración por el rock que nos forjó y que escuchamos desde que somos chicos en nuestras casas: Los Abuelos, Virus, Soda (Stereo), (Gustavo) Cerati solista, discos de Charly como Cómo conseguir chicas o Clics modernos, discos más arriba y poperos de la etapa de Charly. O Calamaro, Hotel Calamaro. Y Fito (Páez), ciento por ciento. Lo que cambió mucho en el último tiempo en nosotros también fue que escuchamos más música en español y también a colegas nuestros. La música argentina es tan rica, hay tanta data y hay un nivel tan alto en la actualidad que no escuchamos otra música. Escuchamos rock de afuera, pero lo que más escuchamos es rock de acá.

-¿Qué creen que pasó de 2020 hasta acá que lograron un crecimiento tan exponencial? "La declaración" fue una canción importante que trascendió fronteras.

-En 2020 lanzamos Pura casualidad durante la pandemia y eso fue bastante crucial. En ese momento nos internamos a hacer música y a crecer mucho como productores y como músicos. En ese tiempo muerto, en el que el mundo se detuvo por un rato, a nosotros como dúo nos hizo muy bien. El primer single de Pura casualidad fue "La declaración" y creo que lo que la hizo tan especial fue que es una canción a la que no le apostamos nada, cero pretensiones. El futuro del mundo era incierto, pero esa canción provocaba una sensación buena. En los momentos en los que se podía salir, hicimos un video casero con mi pareja de ese entonces. De entrada tuvo una repercusión que nos sorprendió mucho. Después de tres meses nos dimos cuenta que la canción empezó a trascender el alcance que teníamos como banda. En febrero del año siguiente hicimos una fecha en el Hipódromo sin muchas expectativas, con las restricciones del momento, y nos fue muy bien. De ahí todo empezó para arriba y se empezó a generar algo muy lindo. En 2022 nos fuimos a Río de Janeiro a hacer un disco, Río Hotel, que tuvo una repercusión muy buena. El disco terminó de consolidar lo que habíamos conquistado con el EP Pura casualidad.

-¿Por qué es tan importante el show para ustedes?

-Porque somos medio old school y los dos somos muy melómanos, vamos a ver millones de shows y somos de la escuela de que la música se presenta en vivo. Entonces, también le damos mucha bola a eso, tratamos de que los discos sean representados tal cual los hicimos en un show en vivo. Nos gusta tocar y presentar la música que hacemos. El vivo es nuestra mejor carta de presentación. Por eso también sacamos un disco en vivo en el Gran Rex en 2023. Todo el mundo nos dice que nuestro fuerte es el vivo. Es más de otra época el disco en vivo. Pienso en Me verás volver (2007) de Soda o el Unplugged de Charly (1995), que es un obra maestra.

-¿La canción como formato es esencial para El Zar?

-Es primordial. Nosotros componemos con guitarra y voz, o piano y voz. Más allá de que somos productores y sumamos trabajo en la compu, nos resulta muy familiar componer con la guitarra, que funcione con pocos elementos. Si funciona así, va a funcionar con la producción que sea. Entonces, nos importa mucho el formato canción, es esencial. El disco que se viene afianza esa idea. Tengo la sensación de que se está volviendo a la canción. Incluso los artistas de música urbana buscan eso. A nosotros nos interesan las canciones sin fecha de vencimiento. De hecho, las canciones y los artistas que escuchamos no caducan. Lo que viene pasando con los colegas de generación es una camaradería y un compañerismo que está buenísimo. No hay tanto rancho aparte sino que volvió la idea de hacer cosas compartidas y colaboraciones. Se da en la música urbana y también en las bandas de rock-pop. Hay muchas cocreaciones más allá de feat.

-¿A qué se debe el resurgimiento de este nuevo pop argentino? Bandalos Chinos, Silvestre y La Naranja, Indios, Ainda, Celli, Zoe Gutusso, Rayos Láser, Valdes y ustedes, entre otros.

-Lo que pasó fue que muchas bandas empezaron a hacer canciones y a generar una escena. Los productores de festivales y managers de bandas también empezaron a construir una escena. Festivales como La Nueva Generación o Buena Vibra colaboraron. O espacios como Niceto. La movida empezó en lugares chicos y fue creciendo. Además, es una movida bastante federal, más allá de la relevancia de Buenos Aires. En Córdoba o Santa Fe también pasa. Las redes sociales y las plataformas digitales ayudaron mucho a que eso se expandiera. Las grandes discográficas perdieron un poco de lugar en estos años. En tanto, los artistas independientes lograron generar mucho ruido y una movida. Nosotros logramos crecer sin apoyo de medios hegemónicos. La música habla por sí sola.