El ejército ruso sigue ganando terreno en la región fronteriza de Kursk, de donde estaría expulsando gradualmente a las tropas ucranianas, según informó hoy el Ministerio de Defensa de Rusia.

La agrupación militar Séver (Norte) asestó duros reveses a las unidades mecanizadas y a las brigadas aerotransportadas ucranianas en las localidades de Liubímovka, Darino, Nikoláyevo-Darino, Pokrovski y Borki.

Parte de guerra

El parte de guerra asegura que los soldados rusos también repelieron contraataques ucranianos en dirección a Obujovka y otras dos intentonas en Kamishevka y Borki. En esa ofensiva, los ucranianos perdieron una veintena de hombres, uno de los cuales fue hecho prisionero, y un par de vehículos militares.

Además, Moscú también rechazó tres intentos de cruzar la frontera en Kursk, operaciones en la que las fuerzas de Kiev sufrieron medio centenar de bajas, además de cinco tanques. Según Defensa, desde que los ucranianos penetraron en Kursk el pasado 6 de agosto han sufrido 12.795 bajas, además de 108 tanques, cientos de blindados, vehículos militares y piezas de artillería, y 26 lanzaderas de misiles.

Rusia anunció el jueves que ha recuperado el control sobre diez localidades, entre las que figura Snagost, convertida por las fuerzas ucranianas en un puesto fortificado. Los blogueros rusos estimaron en más de 150 kilómetros cuadrados la superficie recuperada en Kursk, donde los ucranianos llegaron a controlar 1.300 kilómetros cuadrados.

En cambio, el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) rebaja en su informe de hoy a 58 los kilómetros cuadrados recuperados por Rusia, que además considera que se trata de ‘zonas grises’ que Kiev no controlaba en su totalidad.

Retirada

En unas declaraciones a la publicación ucraniana Espreso, crítica con el presidente Zelenski, el analista político y mayor en la reserva de la Guardia Nacional de Ucrania Oleksí Hetman planteó la posibilidad de que las tropas del país se retiren de la zona si la contraofensiva rusa gana en intensidad.

“Si los rusos concentran una gran cantidad de recursos humanos y equipamiento allí, es probable que nos retiremos a nuestros territorios”, afirmó. Según Hetman, la operación ucraniana ya habría sido “un éxito” en todos sus componentes.

Mientras tanto en el frente ucraniano el Ministerio de Defensa de Rusia informó este viernes que el ejército ruso ha tomó ocho localidades en la región oriental de Donetsk durante la última semana.

La última localidad conquistada por las fuerzas rusas en la región es Dolynivka, situada en el distrito de Pokrovsk, donde los rusos avanzan desde hace unas semanas. Las otras localidades tomadas son Vodyane, Novogrodivka, Krasnohorivka, Hryhorivka, Kalynove, Memryk y Halytsynivka, señalaron en Defensa. En total, según los militares rusos, el enemigo perdió en el frente de Donetsk a cerca de 10.000 hombres en una semana.

Canje de prisioneros

Por otra parte el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski informó en sus redes sociales que  un grupo de 49 prisioneros de guerra ucranianos y civiles detenidos en Rusia, entre los que se cuentan soldados capturados por el Ejército ruso en la acerería de Azovstal, en Mariúpol, han sido liberados a través de un canje de prisioneros y ya se encuentran en territorio ucraniano.

“Gracias a todo nuestro equipo, que consigue la liberación de prisioneros y rehenes del cautiverio ruso”, dijo Zelenski en su mensaje, en referencia a los civiles capturados por las fuerzas rusas en los territorios ocupados, que en ocasiones entran en estos intercambios de soldados entre Kiev y Moscú.

Zelenski agradeció también el papel a la hora de hacer posibles estos canjes de las unidades del Ejército ucraniano que capturan a soldados rusos, incrementando el número de prisioneros enemigos a intercambiar en estos procesos. Como es habitual, el presidente ucraniano publicó fotografías de los retornados siendo recibidos al pie del autobús que les ha traído a casa con flores y banderas de Ucrania.

Kiev, pendiente de Washington

Mientras, la clase política y la opinión pública ucraniana tienen puestos este viernes sus ojos en la reunión en Washington entre el presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro del Reino Unido, Kier Starmer. Ambos mandatarios hablarán durante su encuentro de la petición de Kiev de poder utilizar el armamento de largo que le envían para golpear objetivos militares dentro de territorio ruso. Kiev pidió a sus socios que empiecen a derribar desde territorio de la OTAN adyacente a Ucrania los misiles y drones rusos que se acerquen a la frontera.

La cuestión ya centró la visita conjunta realizada este miércoles a Kiev por el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y del ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy. Tanto Blinken como Lammy explicaron que Zelenski les transmitió con detalle los argumentos de Ucrania en favor del levantamiento de la prohibición de usar misiles ATACMS británicos y Storm Shadow británicos contra territorio ruso.

El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió este jueves que Rusia considerara cualquier ataque con este tipo de armamento contra territorio ruso como una declaración de guerra por parte de EE.UU-, la OTAN y los países de la UE que apoyan militarmente a Ucrania.