Oro blanco, mineral estrella, el petróleo del siglo XXI, la salvación: la producción de derivados de litio tomó varios significantes en el auge de las políticas de transición en energética y, en 2022, llegó a comercializarse a un récord de 73.000 dólares la tonelada (algunos se animan a decir 80.000). Sin embargo, a medida que las proyecciones de demanda no se cumplían, la burbuja se fue pinchando y parece no encontrar piso. En julio de este año, de acuerdo a datos relevados por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) a los que tuvo acceso PáginaI12, se ubicó por debajo de los 10.000 dólares la tonelada, significando una merma del 64,5 por ciento con respecto a julio del año pasado.

Argentina es el segundo país con reservas de litio en salmuera (una de las formas más simples y menos costosas para la explotación) y el cuarto productor de carbonato  a nivel mundial, y cuenta con operaciones desde hace casi treinta años. Estas condiciones, que llevaron al país a estar en la mira mundial durante el auge del precio del mineral en 2022, hoy sirven para amortiguar el freno de inversiones de la producción de mineral que se observan a nivel mundial a raíz de la vertiginosa caída del precio.

Los números verifican esta paradoja: las exportaciones argentinas de carbonato de litio cayeron 35 por ciento en millones de dólares entre el primer semestre de 2023 y 2024; pero la producción sigue aumentando- 63 por ciento en el mismo periodo-.

La burbuja 

Sobre todo tras la pandemia de la Covid-19, y en un mundo en el que se imponen las altas temperaturas, pandemias y accidentes naturales, el compromiso de cortar con la dependencia de combustibles fósiles como el gas o el petróleo, responsables de gran parte del calentamiento global, se transformó en una obsesión.  Las políticas públicas que promovían la movilidad eléctrica en los países centrales dieron lugar a proyecciones de demanda muy altas de baterías de ion-litio, fundamentales para electrificar procesos por su capacidad de almacenar gran cantidad de energía en poco espacio. Tanto que el precio de la tonelada de carbonato se cuadruplicó entre 2021 y 2022 (pasó de estar 20.000 dólares promedio a 74.000).  

Una aclaración: la precisión de los precios a los que se comercializa el litio no es tal, ya que es un mineral que no está considerado commodity. De esta forma, su valor se toma de algunos mercados de referencia pero, sobre todo, de las conversaciones con las empresas que informan cómo van comercializando el producto en sus contratos (muchos de los cuales son a largo plazo). "Los precios más altos reportados durante el pico nunca fueron reales. Nadie que conozca vendió a 80.000. Sí hubo durante el pico de precio algunas transacciones entre 30.000 y 40.000 pero hoy los precios están mucho más bajos, diría entre 8.000 y 10.000 a nivel mundial a grado batería", confiesa Ignacio Celorrio, directivo de la minera Exar que produce en Jujuy a PáginaI12 . Es una pelea entre los actores de la industria (que quieren mantenerlo así acusando que es un mercado especializado, con un material que varia en su forma y calidad), y los reguladores que buscan contar con algún precio de referencia (como sucede, por ejemplo, con los granos).

Las explicaciones de la caída del precio son múltiples. La consultora global Clean Energy Associates (CEA) las resume en una sobreoferta dado un exceso de producción en el mercado chino, que ejerció presión a la baja; y una sobreestimación de la demanda de autos eléctricos que no se verificó - en efecto la demanda de vehículos eléctricos en China y Tesla, principal fabricante de Estados Unidos, bajó-, sobre todo, por las tensiones comerciales entre EE.UU. y la UE, y las restricciones contra China.

Los principales actores del sector acusan a una sobreestimación de la demanda: "En el momento de pico de precio siempre me pareció que no iba a ser sostenible indefinidamente, pero era una oportunidad para poder avanzar con las inversiones de capital", asegura Celorrio. 

En tanto Estados Unidos tiene una teoría más conspiranóica. Durante una visita oficial a Argentina a fines de agosto, José W. Fernández, subsecretario de Estado para el Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente de Estados Unidos, responsabilizó directamente a China por la baja del precio: “Esperamos que no usen su posición dominante en muchas industrias de una manera abusiva. ¿Por qué digo esto? Hablemos de minerales críticos. Como ustedes saben, Estados Unidos y muchos países tienen planes de promover la energía limpia, fomentando inversiones en minería, como el litio. Pero hoy China está inundando el mercado de litio, como hace un monopolista, que destruye la competencia, bajando los precios y obligando a que las empresas salgan del mercado. Nosotros no exigimos que se corten las relaciones, sino que jueguen las mismas reglas de juego”, dijo en conferencia de prensa con medios nacionales.

Hacia adelante, las perspectivas son conservadoras: "Como el mercado es algo disruptivo, es difícil prever cómo se van a dar las circunstancias. Pero con la venta de autos en el sudeste asiático y la fortaleza de la electromovilidad en Europa, te diría que debería seguir incrementando la demanda en los próximos años", asegura Celorrio. Desde CAEM confían en que comience a estabilizarse durante el año próximo, aunque "no es esperable que vuelva a rangos como los que vieron en 2022". Hacia fin de año, calculan que el precio puede estabilizarse en los 10.000 dólares la tonelada. 

Argentina

“El efecto de la caída de precio no ha mermado la posibilidad de incrementar la producción argentina ya que la inversión en nuevos proyectos se materializó antes de la misma” , explica Celorrio,  “en nuestro caso, tenemos la planta funcionando y siguiendo la puesta en marcha. Pero hay que aprovechar los momentos de precios altos para conseguir más y mejores condiciones de financiamiento así el desarrollo del sector avanza a su verdadero potencial“. Referentes de otras de las empresas que cuentan con operaciones en el país coinciden con esta explicación. 

"El impacto de esta baja es un tema que venimos siguiendo desde la Mesa del Litio de CAEM, que congrega a las empresas del sector", aseguraron antes la consulta de este diario, "al momento, lo que se está dando mayormente es una ralentización de las inversiones. Esto se debe a que los precios afectan posibilidad de financiamiento interno (a raíz de la caída de ingresos) y del externo (por menores flujos del negocio), retrasando los proyectos e inversiones. En contextos como este, es aún más importante ver cuál es el curso de acción que se toma. Por ejemplo, se visibiliza claramente la necesidad de sostener los valores de las regalías (más allá de que el RIGI permita su incremento al 5 por ciento para los nuevos proyectos) a fin de evitar un impacto aún mayor", agregan.

En Argentina, el impacto fue sobre todo en los proyectos más incipientes. La empresa Arcadium Lithium - fusión de Livent y Allkem, que operan en dos de los cuatro proyectos activos en Argentina-, anunció una ralentización en el plan de expansión del proyecto Fénix, el primero que estuvo en operación en Argentina desde 1998. La Cámara Minera de Salta aseguró que hubo párate o ralentización de los proyectos mineros en etapas de exploración.