Rubén Díaz no es cualquier nombre en Ituzaingó. Aunque casi arquitecto, se gana la vida como artista, aunque no utiliza ese término para definirse sino que prefiere el oficio de "fantasiólogo". Como un verdadero hacedor, no es tan conocido por su nombre como por sus obras: probablemente alguien que patee el conurbano haya visto alguna de las más de 20 réplicas de emblemáticos monumentos y edificaciones, como el Arco del Triunfo, la Torre de Pisa, el Obelisco, o el Coliseo Romano, entre otros. Desde su taller en el oeste, Díaz construye obras que encuentran su delirio no por sus formas, sino por su contexto de exposición.

En mayo, el fantasiólogo inauguró una nueva obra, que lleva por título "¿Cuál es la torre al revés?", y consiste de un conjunto de dos réplicas de la Torre Eiffel. Ahora, adelanta que está trabajando en un nuevo proyecto: recreará una de las siete maravillas del mundo moderno, la faraónica Petra. 

"Todas las obras que hice son de lugares que he estado, el año pasado estuve en Petra, la dibujé ahí mismo, lo sentí en el cuerpo, en la piel, en el aire, la sensación de estar en Petra… eso genera una emoción que no es lo mismo que verla en una foto", declaró el fantasiólogo a un medio local. 

Petra pasó a formar parte de la lista de las nuevas siete maravillas del mundo por una votación popular que se realizó a nivel mundial. Petra, o Raqmu, como la llamaban sus segundos pobladores, los nabateos, es un enclave de Jordania, que Diaz visitó el año pasado. 

Petra, la maravilla del mundo que Rubén Díaz busca emular en Ituzaingó.


Las maravillas de Ituzaingó

La primera Torre Eiffel de Ituzaingó está en Lavalleja 40. Díaz la levantó en 2018, luego de siete meses de obra en los que el arquitecto devenido artista contó con la ayuda de varios amigos. Está rodeada de pinturas que muestran el Arco del Triunfo, el emblemático Mouline Rouge y la famosa pirámide en la entrada del Museo de Louvre. Mide 16,5 metros de altura y fue hecha de hierro macizo. "La idea es que los visitantes se transporten a París", afirmaba en ese momento. 

No es la única, ya que ahora hay dos. Una de ellas, réplica de otra, también de su autoría, que se encuentra en Santa Rosa (Ituzaingó), "único original del mundo junto con la de París". La otra parte de la obra, otra torre, invertida, suspendida en el aire dos metros "para que la gente pueda tenerlo con el dedo en el aire, y demostrar que no hay derecho ni revés", afirma Díaz. Según el artista, la inversión de la torre no es aleatoria sino que tiene su simbolismo. "Desde el Cono Sur siempre estamos mirando hacia el norte o Europa, todos los monumentos los miramos desde abajo", afirma. El artista propone con este gesto dar vuelta la torre acomodándola a nuestro punto de vista.

Las dos torres de Ituzaingó.

En diferentes lugares del pago chico, realizó "El Valle de los Castillos" y "El Ironman", un Arco del Triunfo, una Torre de Pisa, un Obelisco de 12 metros de alto (que está frente a su casa, en el barrio de Villa Ariza), el Coliseo romano, pinturas del Moulin Rouge, la famosa pirámide en la entrada del Museo de Louvre.

Como siempre, Díaz refuerza su voluntad de continuar realizando arte a su modo. "Tengo 71 años, empece a los 60 años con todo esto, hice todo lo que hice, ¿qué no pueden hacer los jóvenes con todo el tiempo y toda la vida por delante?, el empuje la capacidad, la fuerza, que nadie les diga que algo no se puede" reflexiona, y agrega: "No hay imposibles, hace falta voluntades y un sueño se cumple si se cumple la trilogía: claridad, objetivo, sueños".

Aún no se sabe cuándo ni dónde se inaugurará la nueva maravilla del Oeste, pero sí se puede apostar que será algo original, fantástico y digno de las obras con las que Rubén Díaz tiene acostumbrados a los vecinos.