Ya no debería decirse que se trata del FIFAgate. Es el Burzacogate. El desmesurado protagonismo que ha tomado el testigo coimero ante la Justicia de Nueva York así lo sugiere. En la primera semana de audiencias que acaba de terminar, quedan claros dos escenarios. Parecen ubicados uno distante del otro, pero el ex CEO de Torneos y Competencias logró juntarlos con sus confesiones ante los tribunales de Brooklyn. El primero es local, con el Fútbol para Todos y sus ex funcionarios como blanco de sus imputaciones. En la Argentina se juega un partido donde el empresario ataca y sus acusados se defienden, salvo los muertos. Pablo Paladino, el ex coordinador del programa FPT, volvió a decir lo que piensa. Julio Grondona, a quien eligió como su blanco preferido y el abogado Jorge Delhon que se suicidó el martes, ya no pueden responderle. El segundo escenario es Estados Unidos, donde se disputa la verdadera Superliga de este leading case internacional. Algunas preguntas de la fiscalía a Burzaco que se escucharon en el juicio contra tres ex dirigentes de la Conmebol parecen risueñas. “Qué es River Plate?” “¿Quieres volver a tu casa un día?”. ¿Cuál es el verdadero trasfondo de este proceso jurídico que durará seis semanas? ¿La ratificación del descrédito de la ya desacreditada FIFA o el del fútbol y la Copa Mundial de Rusia?
Los hechos son los hechos. Un sobornador confeso como Burzaco esparció acusaciones y comentarios filosos durante toda la semana desde un tribunal de EEUU. De Lionel Messi a Grondona, de River a Boca, casi no dejó personajes, situaciones y hasta clubes sin tocar. Un acuerdo con sus enjuiciadores en Estados Unidos lo obliga a hacerlo. Pero es tanto y tan diverso lo que ha declarado que la pregunta es: ¿se trata de una investigación sobre la FIFA y su ex dirigencia o una más amplia sobre la reputación que tiene el fútbol actual?
Ayer declaró por cuarto día consecutivo el empresario argentino (ver aparte). Se quebró en llanto por segunda vez, mientras daba su testimonio como testigo del fiscal Samuel Nitze. Sus imputaciones se repitieron en varias direcciones. En Buenos Aires, el ex coordinador del FPT, Pablo Paladino, le dijo a PáginaI12 sobre la denuncia de coimas que recibió el martes y sus consecuencias en nuestra Justicia federal: “Me presenté en la fiscalía de Gerardo Pollicita para ponerme a disposición. Ya hablé todo lo que tenía que decir. Mucho no tuve que agregar porque todo estaba en el expediente que llevó adelante la jueza María Servini. Esto viene de parte del gobierno nacional, porque ya tenían armada la formación de la causa otra vez. No tengo dudas de que es eso. Pollicita estuvo en Boca en 2007 y con la declaración de Burzaco escribió una presentación de no sé cuántas carillas en un día”.
¿Qué tienen en común el caso que se ventila en la corte de Brooklyn del FIFAgate y el proceso del Fútbol para Todos que lleva adelante un tribunal de Comodoro Py? Que Burzaco es argentino y el principal testigo de cargo de la acusación en EEUU. contra los tres únicos dirigentes sudamericanos que no se declararon culpables: el paraguayo y ex presidente de la Conmebol, Juan Angel Napout; el brasileño y ex titular de la CBF, José María Marín y el ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga.
Sus confesiones han sido nutritivas para alimentar el expediente de la jueza Servini y las renovadas imputaciones de Pollicita contra el staff del FPT y Burzaco más otros ejecutivos de Torneos y Competencias. Queda la pieza de caza mayor que son los ex funcionarios kirchneristas de quienes dependía el programa: los ex jefes de Gabinete Aníbal Fernández y Juan Manuel Abal Medina. Les pidió la indagatoria, inhibición de bienes y prohibición para salir del país. Y que se los cite a declarar junto a 16 personas más.
Con la derivación que tuvieron las imputaciones de Burzaco ante la jueza Malena Chen de Nueva York queda abierto el resultado en Comodoro Py. La magistrada condenó hasta ahora a dos ex dirigentes: el guatemalteco Héctor Trujillo y el británico Costas Takkas, a ocho y quince meses de detención respectivamente. Penas muy bajas si se considera los veinte años de prisión que podrían haber recibido por los cargos que enfrentaban de crimen organizado, fraude electrónico y lavado de dinero.
La asimilación del juicio norteamericano en la Argentina está apoyada en las confesiones de Burzaco, quien dijo temer por su vida si regresara al país. Durante una de las audiencias en Brooklyn trascendió que uno de sus acusados, el peruano Burga, se habría pasado una mano por el cuello. Una señal que el ex CEO de TyC interpretó como de amenaza de muerte. El abogado del ex dirigente de la FPF señaló que se rascaba el cuello porque tiene dermatitis. Fue otra postal bizarra de lo que está sucediendo en EEUU.
“Le pagamos a Boca”, “River es el mejor club del mundo”, “Le pagamos a Messi y a otros jugadores”, son algunas de las respuestas que dio Burzaco al fiscal Nitze y los abogados de la defensa durante sus cuatro días de declaraciones. De las imputaciones por pago de coimas a ex funcionarios del Fútbol para Todos, pasó a comentarios más banales sobre el fútbol argentino en general, su patio trasero durante un par de décadas. ¿Qué tendrán que ver con el FIFAgate? La respuesta la tiene una jueza de Nueva York. El concepto de extraterritorialidad jurídica del gobierno de Estados Unidos sigue en su apogeo. En el caso del fútbol está demasiado claro desde que estalló el escándalo de la FIFA.