En apenas un mes y medio, con distintas acciones, el Gobierno dio fuertes golpes a los jubilados, a los que cobran el salario mínimo, a los monotributistas sociales, a los que compran garrafas, a los usuarios de luz, gas, agua y transporte, a los fabricantes de libros y bicicletas, a la industria del cine y avanzó con reformas estructurales como las privatizaciones y los cambios en materia laboral