Aunque el informe está fechado el 4 de agosto, recién ayer por la tarde, el Ejecutivo Nacional publicó la nómina de los científicos ganadores del “Premio Houssay”, el “Premio Houssay Trayectoria” y el “Premio Jorge Sabato” de la edición 2016. El certamen organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva reconoció en los campos de Matemáticas, Ciencias Físicas y Ciencias de la Computación a Sonia Natale (Premio Houssay) y Enrique Civitarese (Houssay trayectoria), y en Ciencias Biológicas (molecular; organismos y sistemas) y Bioquímica, a José Estevez y Gabriel Rabinovich. En tanto, en Química no biológica, Ciencias de la Tierra del Agua, de la Atmósfera y Astronomía, fueron premiados Rodolfo Wuilloud y Roberto Salvarezza; y en Ciencias Humanas, Rolando González-José y Catalina Wainerman. El Premio Jorge Sabato, que distingue a investigadores “con un historial sobresaliente en transferencias y desarrollos tecnológicos con impacto económico-productivo en sectores críticos para el desarrollo económico y social del país”, fue otorgado a Graciela Font.
“Siento una enorme satisfacción por el premio ya que fue otorgado por un jurado de científicos. Representa el reconocimiento de ellos a una trayectoria que ha sido la dedicación de toda mi vida”, dijo a este diario el expresidente del Conicet y actual diputado Salvarezza. Sin embargo, advirtió, esa alegría le resultó matizada porque, aunque sus colegas lo habían votado como miembro del directorio del Consejo, su designación fue “cajoneada”, y nunca pudo cumplir con el mandato. “La decisión del PEN constituye una clara discriminación a mi oposición ante las políticas que lleva adelante Cambiemos. A 17 meses la situación sigue en un limbo”, apuntó.
En un sentido similar, el también premiado González-José, investigador del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) de Conicet, señaló que “el premio es un valor preciado porque implica el reconocimiento de los pares”. “No obstante, pienso que cualquier galardonado devolvería su premio a cambio del ingreso de uno de los 500 investigadores descartados por el Conicet. Se premia la individualidad pero se apremia al colectivo. Mañana vuelvo al Instituto y voy a tener los mismos problemas, tengo dos investigadores que quedaron afuera del sistema y los necesito adentro”, ejemplificó. Para el investigador, lo que sucede tiene un contexto amplio: “ocurre que los gobiernos neoliberales de la región no son muy amigos de la ciencia”.
El galardón fue creado por el Poder Ejecutivo Nacional en el 2001 -a través de la ley 25467- para “potenciar, cohesionar y jerarquizar a la comunidad nacional de investigadores”. Sin embargo, Salvarezza señaló que el contexto actual de recortes complica esos objetivos. “Los científicos hemos dejado de trabajar con perspectivas a largo plazo; el Plan Argentina 2020 (diseñado por el mismo Lino Barañao) fue desarticulado. Se recortan los presupuestos, se frenan los ingresos de los recursos humanos y se asfixian a los organismos del sector y afines. Por caso, en el INTA existe una amenaza de 750 despidos”.
El Premio Houssay está destinado a investigadores menores de 45 años; el Premio Houssay Trayectoria se orienta a referentes mayores de 45 años; mientras que el Premio Jorge Sábato reconoce a los exponentes en el campo del desarrollo tecnológico en conmemoración a uno de los pioneros históricos. Divididos en cuatro grandes áreas de conocimiento fueron destacados nueve científicos.
La distinción representa un homenaje al Nobel en Medicina y Fisiología en 1947. Por aquella época, Bernardo Houssay se convertía en el primer investigador latinoamericano en recibir el premio de la Academia sueca gracias a sus investigaciones vinculadas a la hipófisis y al metabolismo de los hidratos de carbono, vitales para analizar la diabetes en el ser humano. Sus ideas, en pleno 2017, aún vibran con fuerza: “La disyuntiva es clara, o bien se cultiva la ciencia y la investigación y el país es próspero y adelanta, o bien no se la practica debidamente y el país se estanca y retrocede. Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico y los países pobres lo siguen siendo si no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.