Vélez no se dejó avasallar por el efecto Muniain que puso en vilo al Mundo San Lorenzo en la última semana, y producto de su buen juego, se llevó los tres puntos para Liniers para ser más puntero que nunca. Fue un partidazo, de ida y vuelta, que tuvo un condimento especial con el debut oficial del español de 31 años que jugó 22 minutos y tuvo un cálido recibimiento en la previa al partido en el Nuevo Gasómetro.

Cuando la voz del estadio nombró a Iker Muniain, el público local se deshizo en aplausos, que bajaron desde los cuatro costados del Pedro Bidegain. Al mismo tiempo, se escuchó el cántico “Vasco, Vasco”. La ovación que recibió el español estuvo al mismo nivel de aplausos que cuando anunciaron a Johan Romaña, Malcom Braida y Nahuel Barrios, los más queridos junto al entrenador Leandro Pipi Romagnoli.

De entrada, Vélez impuso condiciones de juego parándose en campo rival y adueñándose de la pelota. En la primera jugada colectiva, Braian Romero abrió el marcador de cabeza y enmudeció Bajo Flores. En desventaja, el dueño de casa se mostró desconcertado y la visita aprovechó para inquietar el arco defendido por Gastón Gómez. Fue así como tuvo el segundo en los pies de Cristian Ordoñez, pero su disparo se fue desviado. Luego, Francisco Pizzini también su chance, pero le faltó puntería.

El local no salía del letargo y Vélez lo asediaba parado con cuatro defensores, dos volantes centrales, tres mediocampistas más adelantados y un centrodelantero. A su vez, el conjunto azulgrana con el clásico 433 le entregó la pelota al rival, mientras que el Vasco se mordía los labios en el banco de suplentes con ganas de ingresar al campo para demostrar porque jugó más de 10 años en el Athletic Bilbao.

La estrategia del conjunto de Liniers fue esperar en su campo para salir de contragolpe, con la velocidad de Ordoñez y de Thiago Fernández. Por falta de eficacia, la visita no pudo estirar la diferencia. En cambio, lo de San Lorenzo fue muy pobre en el primer tiempo. Le faltó elaboración en la mitad de cancha y no hubo sociedades entre Irala, Sosa y Tripichio. Sin embargo, tuvo tres ocasiones de gol: un disparo de Matías Reali, un zurdazo de Nahuel Arias y un cabezazo de Alexis Cuello. Además, sobre el final del primer tiempo sufrió la lesión Tripicchio que le dejó su lugar a Nahuel Bustos.

En el entretiempo, Romagnoli mandó a correr a Muniain, que con la camiseta número 80 que se tomó un segundo para saludar a los plateistas de la Norte baja. Los minutos pasaban y a San Lorenzo le costaba romper líneas defensivas. Por este motivo, el Pipi hizo ingresar a Andrés Vombergar por Leguizamón, que poco hizo en el partido. No obstante, la visita desperdiciaba innumerables ocasiones de gol para cerrar el partido.

A los 72' llegó el debut de Muniain, que ingresó junto a Gonzalo Luján por Arias y Reali. Su entrada generó efervescencia en el público: “Vamos Ciclón, vamos a ganar”, entonaron desde las tribunas. El español se paró de volante interior, al lado de Irala. La primera pelota que tocó fue un tiro libre que ejecutó con zurda y provocó que Valentín Gómez desvió al córner. Acto seguido, levantó a la hinchada con las manos. Luego, jugó e hizo jugar a sus compañeros, aunque no le alcanzó al Ciclón para llegar al empate.