Hace pocos días saltaron del baúl de los recuerdos y se viralizaron, fotografías que nadie creía que existieran. En las imágenes se puede ver a los integrantes de Soda Stereo sobre las tablas de un escenario que se vislumbra sencillo y algo rústico. Aquel lugar, testigo del show de una de las bandas más influyentes del rock nacional, será el Club Argentino Orán en la primavera de 1985.

Aquella velada que pocos recuerdan, estaba enmarcada en una gira por el norte argentino en conjunto con otros grupos musicales del momento, una especie de “combo” que integraban: Soda Stereo, GIT y Charly García. Los tres llegarán al norte del país, en este caso a Orán, con diferencia de semanas entre uno y otro.

El arribo se dió por gestión del entonces gobernador de la provincia, Roberto Romero, llegando "Soda", primero a Salta Capital, para luego extenderse por la norteña localidad de Orán gracias a las gestiones del por entonces diputado por el Departamento, Silverio Ferreira.

Silverio vio la oportunidad y ofreció a su hijo Jorge, quien era presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Nacional de Comercio cursando cuarto año, que podía traerlos para brindar un show en el Club Argentino Orán, y así la promoción ayudar a sus compañeros de quinto juntando fondos con la venta de entradas para costear el ansiado viaje de egresados a Bariloche.

Será entonces su hijo Jorge Ferreira el que encabezará aquella producción que, si bien no resultó como pensaban en cuanto a recaudación, con el tiempo se convirtió en un hallazgo histórico para la historia del rock nacional.

“Esta actividad se genera gracias a la gestión del gobernador Roberto Romero para la fiesta de los estudiantes. Ellos contrataron grupos de músicos de Buenos Aires para tocar. En Salta lo hicieron en el Salta Club, y después tenían tres presentaciones más en el interior de la provincia”, comienza el relato Jorge Ferreira, emocionado por el recuerdo.

“En ese momento mi papá, Silverio Ferreira, era diputado provincial por el Departamento de Orán, y como yo en ese entonces era presidente del centro de estudiantes en cuarto año, me dice, ‘tengo la posibilidad para traer unos grupos a Orán y sería bueno para que recauden plata para el viaje de fin de año de los chicos de quinto’, le digo ‘dale, estaría buenísimo, ¿quiénes son?’ y me dice ‘es un grupo que se llama Soda Stereo y dos más, Charly García y GIT’, así que él hizo la gestiones para llevar a los grupos”.

(Imagen: gentileza Rosita Bonillo). 

Jorge recuerda con minuciosidad aquel evento que lo tuvo de testigo privilegiado. “A Soda Stereo los buscó mi papá en Salta y los llevó en su camioneta hasta Orán, así que compartió mucho con ellos. Cuando llegaron estuvieron un día y los invitó a almorzar, yo estuve ahí, almorzamos en donde durmieron, en el Hotel Colonial, y después del almuerzo estuvimos charlando. Me acuerdo que Cerati comentaba que era hincha de Racing, me preguntaba si me gustaba el fútbol, yo le decía que era hincha de River, y él me dijo ‘a este no le gusta el fútbol, por Charly Alberti'", recuerda ente risas Ferreira.

De aquel personal encuentro fueron testigos, según rememora Jorge, “los tres de la banda, mi papá, otro diputado de Orán que se llamaba Osvaldo Fernández y yo. Fue verdaderamente un almuerzo muy íntimo”.

“Me preguntaba Cerati si conocía la banda, y sobre todo preguntaba qué hacía yo, estaba muy interesado por la vida de los chicos en un lugar tan lejano para ellos, porque era algo nuevo, era la primera vez que llegaban a Orán. En la charla mi padre le contaba del futuro de los chicos, que todos emigraban a Salta capital o a Tucumán… y ellos también nos contaban que hacía poco que estaban con su grupo, que estaban arrancando”.

Hotel donde se alojaron y almorzaron (Imagen: gentileza Hotel Colonial). 

El otrora presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Nacional de Comercio recuerda aquel día en que, además de compartir íntimamente con el célebre grupo, pudo también percibir sensaciones en primera persona en relación a los rockeros que llegaban desde la gran ciudad:

Llamaban mucho la atención por como hablaban, yo era un chico de pueblo, en esa época no había celular, no había Internet, no había nada, y ellos eran gente de Buenos Aires. Uno se quedaba mirándolos, era un suceso, además que veníamos de la época del proceso y todo era nuevo. Y entre lo novedoso estaba también era ver una banda de rock, porque no existían ese tipo de bandas en Orán, era todo nuevo. Estaba sorprendido y los miraba por cómo se vestían, el estilo que tenían, con sus camisas grandes, su peinado… recuerdo que el que más me llamó la atención era Charly Alberti, por su figura, su forma de vestir, ver eso para mi era algo totalmente nuevo”.

En cuanto a la repercusión que tuvieron los tres grupos que fueron en momentos diferentes a Orán, dentro de la primavera de 1985, hubo notables diferencias. “Mucha gente optaba por comprar entradas para Charly porque ya era conocido. Muchos eran trabajadores del Ingenio San Martín del Tabacal y eran porteños con distintas profesiones, entonces estaban tal vez más actualizados con lo que era Serú Girán y lo que era Charly García. Entonces toda esa gente del Ingenio nos compró muchas entradas pero para Charly, no así para Soda”.

(Imagen: gentileza Rosita Bonillo). 

Las expectativas eran grandes pero el desconocimiento sobre aquella banda de rock con nombre extraño, generó pocas ventas en los ticket de ingreso, “en el recital habremos sido 120 personas. El lugar era una cancha de basket con lugar para unas 500 personas, más la tribuna”.

Ferreira continúa el relato, “el recital eran tan reducido en público, unos cuantos en la parte que hicimos platea y otro grupo estaba disperso en la tribuna, que me acuerdo que Cerati llamó a todos los de la tribuna y los hizo pasar a la parte de la platea, y ahí dio un recital casi privado para esas 120 personas. Fue hermoso… tocó muchos de los temas que ahora se escuchan”.

Cerati quedo en una muy buena relación con mi papá. Más adelante en el tiempo volvieron a hablar, se saludaron para las fiestas, mi papá le mando una tarjeta de salutación, hicieron un buen vínculo, porque además los volvió a traer a Salta”, rememora Jorge.

(Imagen: gentileza Rosita Bonillo). 

Aquella Promoción que se puso al hombro el recital, hizo todo lo posible por recaudar para sus compañeros de quinto año, y para lo que podía llegar a conocerse Soda Stereo en Orán, allá por 1985, el objetivo pareció haberse cumplido. “La realidad es que nunca nos imaginamos que esa gente que estaba ahí tocando para nosotros, iba a ser lo que fue, y en mi caso me siento un privilegiado por haber compartido una comida, haber hablado mano a mano con ellos de fútbol, de lo que quería ser cuando sea grande... y para ellos también creo que fue algo interesante, porque se los notaba con ganas de saber de la ciudad y de nosotros, de lo que hacíamos y nos pasaba”.

Paradójicamente para la masividad que luego tendrá la banda, el recital de Soda Stereo no recaudó lo suficiente para llevar al quinto año de la Escuela Nacional de Orán a Bariloche; tuvieron que pasar otros recitales, bingos, colectas y voluntad vecinal para cumplir el objetivo. 

Sin embargo, aquel show que pareció un fracaso, hoy, a través de las fotografías encontradas, volvió a reunir a la Promoción 86 en un mar de recuerdos, anécdotas y semblanzas, con la certeza de que aquel evento pasó a la historia grande del rock nacional argentino, y ellos fueron responsables y protagonistas de esta hermosa página.