A falta de unas pocas vueltas para el final, el GP de Azerbaiyán estaba abierto y prometía un desenlace vibrante. En un circuito callejero en el que los autos rozan las paredes, había cuatro pilotos en los puestos de punta separados apenas por cuatro segundos. Cualquiera podía ganar o podía pasar también lo que pasó: que en busca de mejorar su posición alguno chocara.

Y ocurrió lo segundo a una vuelta de la bandera a cuadros: Oscar Piastri punteaba, seguido por Charles Leclerc. El monegasco perdió algo de tiempo y Checo Pérez, que lo seguía, vio la oportunidad de pasarlo. La maniobra fue aprovechada por Carlos Sainz, que consiguió sobrepasar al mexicano. Mantuvo la ventaja por unos pocos metros hasta que ambos chocaron.