El viernes 20 y sábado 21 de septiembre el Ente Público Espacio Memoria ex ESMA y el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti realizarán desde las 14 dos jornadas de actividades con el fin de reflexionar sobre el 40º aniversario del informe del Nunca Más, momento clave en la construcción de la democracia argentina. Ambas incluirán paneles, debates, visitas guiadas, la inauguración de una muestra, intervenciones artísticas participativas y feria de productos de economía popular.

Entre los invitados, se encontrarán los trabajadores ad honorem que realizaron el histórico informe. La socióloga Maria Eugenia Lafranco será una de ellas y en diálogo con la 750 recordó la importancia del trabajo que se hizo y que permitió los juicios a los responsables de la última dictadura cívico-militar, torturadores y represores.

"Nos convocaron a esta celebración a los casi 100 trabajadores que a diario trabajábamos con absoluta entrega y que, además de la voluntad política de conformar la CONADEP, ese trabajo se debe a estas personas que éramos personas comunes que hicimos un trabajo poco frecuente", señaló.

"Muchos de ellos provenían de organismos de derechos humanos, gente que estuvo en el exilio, familiares de desaparecidos o, como en mi caso, que me presente a trabajar ad honorem porque sentí esa necesidad de acompañar este proyecto hacia fines del año 83. El disco rígido era nuestra propia memoria, por eso fue un trabajo tan artesanal, por eso es importante rescatar este trabajo que hacíamos con los compañeros", recordó.

"Cuando comenzó el trabajo de la CONADEP había identificados alrededor de 50 centros clandestinos, cuando finalizamos nueve meses después, el número ascendía a 350", señaló.

"Las condiciones de trabajo eran particulares. Cuando tomaba denuncias, nunca lo hice con máquina de escribir. Había unas pocas que se usaban fundamentalmente para que los abogados que teníamos como compañeros, tomaban las denuncias de las personas liberadas, por el hecho de que esas personas podían aportar más información", dijo.

"La conformación de ese informe que terminó denominándose el Nunca Más nos unió muchísimo", concluyó.

Un informe histórico

La entrega del informe de la CONADEP marca un momento clave de la historia argentina: el punto de inflexión que le permitió al país comenzar a construir una democracia asentada en el Estado de Derecho e iniciar el trabajoso camino de Memoria, Verdad y Justicia que 48 años después se traduce en alrededor de 350 juicios con sentencia y 1216 condenas a los responsables del terrorismo de Estado de la última dictadura.

En el momento de entregarlo, el escritor Ernesto Sábato, quien presidió la Comisión, calificó a la represión ejercida por las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983 como “la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje”. El informe, recibido por el entonces presidente Raúl Alfonsín (quien había impulsado la conformación del organismo), constituyó la piedra sobre la que se edificó el Juicio a las Juntas y la base probatoria con la que la fiscalía a cargo de Julio Strassera, y de su adjunto, Luis Moreno Ocampo, armó la pieza acusatoria contra los comandantes enjuiciados en 1985.

Pero también se convirtió en la herramienta sobre la que se construyó el consenso democrático en la Argentina post dictatorial.