Una embarcación en condiciones precarias, que navegaba desde la costa francesa con rumbo al Reino Unido, naufragó dejando ocho muertos en la localidad francesa de Ambleteuse, según informaron fuentes policiales. El último de una serie de naufragios en una frontera cada día más problemática.

El bote se hundió en las primeras horas de la madrugada, cuando aún se encontraba cerca de tierra firme. Las ocho víctimas fatales del naufragio eran todos hombres adultos, de acuerdo a lo dicho por Jacques Billant, el prefecto de la región norteña de Pas-de-Calais, durante una rueda de prensa.

La embarcación llevaba cerca de 60 pasajeros, provenientes de Eritrea, Sudán, Siria, Afganistán, Egipto e Irán, según explicó Billiant, recalcando que "solo una de cada diez personas llevaba un chaleco salvavidas".

El comisario francés detalló que el barco había partido del río costero de Slack, que desemboca entre las zonas de Wimereux y Ambleteuse, pero que habría encallado rompiéndose contra las rocas poco después de entrar al Canal.

Tráfico de personas

Billiant expuso que, en lo que va del año, ya son 45 las personas muertas en aguas francesas, alertando que los traficantes de personas siguen organizando travesías cada vez más arriesgadas para quienes los contratan.

"Las redes de traficantes de personas ponen cada vez más en riesgo a las personas que acuden a ellas, haciéndoles cruzar un mar peligroso en embarcaciones totalmente inadaptadas", advirtió Billant.

El delegado agradeció el difícil trabajo de los servicios de rescate que, apoyados por un dron y un helicóptero, lograron salvar a los demás sobrevivientes en una operación realizada en plena noche, y anunció que la Fiscalía de Boulogne-sur-Mer ha abierto una investigación sobre las circunstancias del accidente.

"La presión es muy fuerte, porque las travesías suceden a la mínima oportunidad meteorológica", agregó.

De los ocho fallecidos, seis fueron identificados como hombres de procedencia africana, uno de origen asiatico y otro proveniente de Medio Oriente, según informó a la AFP el adjunto del fiscal de Boulogne-sur-Mer. Entre los sobrevivientes, seis fueron hospitalizados, entre ellos un bebe de diez meses, ingresado por hipotermia.

Un año agitado

En las 24 horas entre el viernes y el sábado pasado, se registraron numerosos intentos de cruzar el canal de forma ilegal. El Centro Operativo de Vigilancia y Rescate de la prefectura marítima del Canal de la Mancha y el Mar del Norte informó que más de 200 migrantes naufragaron y fueron rescatados durante el día, como resultado de los 18 intentos de salida de barcos clandestinos que fueron registrados.

El hecho ocurre menos de dos semanas después del peor naufragio del año, que el pasado 3 de septiembre dejó doce muertos en las aguas del Canal. 

El naufragio de este domingo eleva a 45 el total de fallecidos en migraciones clandestinas, haciendo del 2024 el año más mortífero en materia de cruces del Canal.

"Frontera asesina"

En lo que va del año, más de 22.000 inmigrantes llegaron a Inglaterra tras cruzar el Canal en barco, según informaron las autoridades británicas.

Londres comenzó a monitorear las llegadas de migrantes por mar en 2018, y desde entonces se estima que unas 136.000 personas han logrado llegar al territorio nacional por vías marítimas ilegítimas.

Este fenómeno ha ido en aumento como respuesta al creciente bloqueo del túnel del Canal de la Mancha y del puerto de Calais, medidas realizadas para enfrentar la llegada de migrantes.

Desde su elección en julio, el gobierno laborista de Keir Starmer prometió combatir la inmigracion ilegal al territorio britanico, aumentando el número de deportaciones y luchando contra los traficantes de personas.

Este año, el Reino Unido se vio sacudido por violentos disturbios, donde ultraderechistas manifestaban la necesidad de ejercer un mayor control fronterizo, luego del asesinato de tres niñas el 29 de julio en manos de un sujeto falsamente descripto como migrante.

El primer ministro britanico y el presidente francés, Emmanuel Macron, se comprometieron a reforzar la "cooperación" entre ambos países para abordar este fenómeno.

En la pasada década, quedó para la posteridad el campamento de inmigrantes de Calais (2015-2016), donde llegaron a malvivir casi 10.000 personas de varias nacionalidades que huían de países en guerra como Afganistán, Siria y Sudán.

El Reino Unido resulta atractivo para muchos inmigrantes por ser un país anglófono en el que es posible regularizar llegando clandestinamente si se tiene un trabajo, un proceso mucho más lento y complicado en Francia.

Los camiones que en el pasado cruzaban de Calais al Reino Unido, donde los traficantes contrabandeaban a los migrantes, han sido sustituidos los últimos años por embarcaciones precarias, la mayor parte de ellas inflables, que se echan al mar para recorrer los cerca de 35 kilómetros hasta la costa inglesa, cargados con decenas de migrantes.

La asociación de ayuda a migrantes, Utopía 56, atribuyó la muerte de los náufragos a la decisión de ambos gobiernos de negar el acceso. "Estas personas murieron porque Francia e Inglaterra se negaron a abrir vías para pasar", publicó en su portal de X.

Otra asociación, L'Auberge des Migrants (El Albergue de los Migrantes), exige a los países replantearse su política migratoria de forma inmediata, calificando el Canal de la Mancha como una "frontera asesina".