“La economía marroquí y la bonaerense son complementarias, por eso el intercambio comercial crece año a año y está lejos de su techo”, sostuvo en diálogo con Buenos Aires/12 el embajador marroquí Fares Yassir. Para su país, la soberanía alimentaria es un objetivo clave.
“Las relaciones son excelentes, a nivel comercial y diplomático. En 2022 tuvimos un intercambio de 1,6 mil millones de dólares. Tenemos un potencial enorme por delante”, afirmó el diplomático desde el living de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), antes de integrarse al primer panel del seminario "Argentina y África, un diálogo estratégico", organizado por la Fundación Diálogos Estratégicos en la sede que dicha casa de estudios posee en el centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Durante el encuentro, diversos especialistas analizaron cómo mejorar los vínculos entre Argentina y África.
Yassir, que transita su sexto año en Argentina, a cargo de la representación diplomática de Marruecos, habla perfecto castellano, con un ligero acento español y es considerado por sus pares como el decano de los embajadores africanos en el país. El embajador reafirma la importancia de las relaciones entre estados subnacionales y dice que la relación con la provincia más grande de Argentina es excelente.
“Las tres provincias con las que hay mayor intercambio son Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, cada tanto cambian las posiciones en ese podio, pero los integrantes son siempre los mismos”, explicó el diplomático.
La explicación es sencilla. Si bien ambas son potencias agrícolas, “los dos dependemos de la lluvia”, aclara, el principal producto marroquí es el fósforo, que en la agricultura se utiliza como fertilizante: más del 50 por ciento del fósforo que utiliza el complejo agroexportador argentino proviene del Reino de Marruecos.
"Nuestra reserva de fosfato es la mayor del mundo. Se calcula en 700 años, mientras que los otros grandes productores, Rusia y Estados Unidos, tienen reservas estimadas en 300 y 200 años respectivamente". El subtexto detrás de las palabras de Yassir es clarísimo: quien quiera alimentar a su población en el futuro, necesitará de ellos.
El porcentaje, que ya era importante, creció sustancialmente a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania, ya que ese era el principal proveedor global de fertilizantes. El fósforo marroquí ingresa al país por el puerto de San Nicolás, previa escala en Montevideo. El Canal de Magdalena haría más simple y costo eficiente esa logística.
A la vez, Marruecos necesita tecnificar su producción para mejorar rendimientos y hacerla más competitiva. Por ese motivo, el embajador manifestó que existe en su país un gran interés por la maquinaria agrícola de industria argentina.
"En la pandemia ya hubo intercambios a nivel de la industria automotriz y autopartista, porque su industria necesitaba insumos que provenían de otros mercados que entonces estaban cerrados. Es un precedente muy positivo", agrega y evalúa que, a su criterio, "la política africana de Argentina es insuficiente".
Marruecos está en pleno censo de población. De acuerdo al anterior, de una década atrás, su población era de 35 millones de habitantes. Yassir estima que este resultado puede estar entre 37 y 38 millones. La mayoría de la población tiene el castellano como segunda lengua, además del árabe bereber, ya que ambas lenguas son de enseñanza obligatoria desde el primario.
Mirada geopolítica
"Los estados del norte africano, Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto, durante mucho tiempo miramos hacia el norte, hacia nuestros vecinos europeos, pero eso tiene un limite. En los últimos años hemos fortalecido el proceso de cooperación e integración entre nosotros", afirma Yassir y cita, como ejemplo, el gasoducto conjunto con Nigeria, y alienta la cooperación sur-sur.
A la vez, sostiene que "África aún no mostró sus recursos, y no me refiero sólo a oro, petróleo y diamantes, sino a minerales huérfanos, que son clave para el desarrollo tecnológico futuro. Por eso ya no tenemos sólo France Àfrique, es China Àfrique, Rusia Àfrique e Indonesia Áfrique".
Sin embago, recuerda que "por nuestras riquezas, las potencias se repartieron nuestro continente y todavía pagamos las consecuencias de ese proceso, en forma de conflictos armados".
El presidente de la Fundación, Rodrigo Herrera Bravo, quien ha construido sólidos lazos académicos e institucionales con China a lo largo de los años, inauguró la jornada junto a las autoridades de la UNLaM. En su intervención, destacó la importancia de prestar atención a las potencialidades del continente africano.
"Compartimos el Hemisferio Sur con solo el 10 por ciento de la población mundial", señaló Herrera Bravo. "Nos encontramos a más de 10.000 km de distancia de nuestros principales mercados, excepto Brasil. Argentina necesita buscar nuevos socios, garantizar un rol preponderante para sus puertos, y aprovechar nuevas oportunidades. África, a solo 7.000 km de distancia, emerge como una opción clave".
Por su parte, otra de las disertantes, la embajadora sudafricana, Zanele Makina, celebró que el RIGI permitirá a las empresas mineras de ese país con inverisones en Argentina, como la Anglo Gold Ashanti, girar dividendos a su casa matriz sin trabas. En ese país, contó, la multinacional ítaloargenitna Techint, es uno de los principales jugadores en el sector de infraestructura, bajo la marca Tenova.
En el cierre del evento, Rodrigo Herrera Bravo afirmó: "Para la Fundación, la estrategia adecuada para Argentina consiste en crecer desde el Sur, con el Mercosur, con Latinoamérica, con el Sur Global, con los BRICS y en el G20, participando activamente en la discusión sobre la reformulación de los organismos internacionales surgidos en la posguerra".
La UNLaM, institución anfitriona de la jornada, es considerada una de las decanas entre las universidades del conurbano. Fue fundada en 1989, su campus o sede central se encuentra en la localidad de San Justo, pero también cuenta con un Centro Universitario de Innovación, ubicado en González Catán, donde se cursan carreras vinculadas a robótica e inteligencia artificial. Tiene unos 80 mil estudiantes, procedentes tanto de La Matanza como de los partidos vecinos de Moreno, Merlo y General Rodríguez, entre los cuales cuatro de cada cinco son primera generación de universitarios.