Entre cálculos propios y ajenos, Cambiemos se dispone a ir por todo en la Cámara de Diputados. El oficialismo asegura que le corresponde también la vicepresidencia primera de la Cámara baja, hasta ahora en manos del FpV, y ya se desató una disputa entre los radicales que aspiran a ocupar ese lugar. La puja se trasladará hasta las comisiones legislativas, donde Cambiemos quiere otras tres presidencias y le apunta a Energía y Combustibles (vacante con el desafuero y detención de Julio De Vido) para frenar los cuestionamientos al ministro Juan José Aranguren por el “conflicto de intereses” entre su rol de funcionario y sus negocios privados con el Estado. Además, pretende la estratégica Previsión y Seguridad Social, para manejar los tiempos legislativos de la reforma provisional que el Gobierno quiere enviar en febrero al Congreso.
“Consideramos que nos corresponde”, sentenció una alta fuente de la alianza oficialista en Diputados. Fue la confirmación que Cambiemos irá la vicepresidencia primera del cuerpo para ratificar el control oficialista sobre el manejo de la Cámara baja. Contaría con el apoyo de los opositores “dialoguistas” para desplazar de ese lugar al FpV-PJ y al propio presidente del PJ nacional, el sanjuanino José Luis Gioja.
De prosperar la movida, Cambiemos se quedaría con la presidencia y la vice primera de la Cámara de Diputados y desplazaría al FpV-PJ a la vicepresidencia segunda. Mientras que el oficialismo cambiaría de interlocutor privilegiado dentro del peronismo disidente: el Bloque Justicialista (promovido por algunos gobernadores) se quedaría con la vicepresidencia tercera y el massismo ya no tendría representación en las autoridades de al Cámara.
Con la presidencia en manos del macrista Emilio Monzó, el PRO decidió que quien lo secunde sea un diputado de la UCR. Un gesto para calmar los reclamos de mayor protagonismo de sus principales socios.
Fieles a su estilo, los radicales ya desataron una interna y una danza de nombres para ocupar la vicepresidencia primera de la Cámara. Para la semana próxima está pautado un encuentro de los diputados radicales electos junto a los correligionarios que continúan su mandato, unos 42 en total, para comenzar a dirimir lugares de conducción: un paquete que incluye el ámbito legislativo y partidario, en la renovación del Comité Nacional de la UCR. La discusión que debería saldarse no más allá del 4 de diciembre, dos días antes de la jura de los nuevos diputados.
Con el respaldo del macrismo, el radical cordobés Mario Negri seguirá como presidente del interbloque de Cambiemos. Cerca de él afirman que no aspira a un cargo en la conducción partidaria, aunque tendría nombres propios para ocupar el sillón de la vice primera de la Cámara baja: el bonaerense Miguel Bazze y el mendocino Luis Borsani, pero con Negri al frente del interbloque sus chances se diluyen.
Ahí crecen las posibilidades de quienes llegan desde el interior con aspiraciones propias y chapa de haber pasado como funcionarios del Gobierno nacional: una lista que encabeza el tucumano José Cano, ex ministro del cuestionado y poco efectivo Plan Belgrano; y la chaqueña Aída Ayala, ex intendenta de Resistencia y fallida candidata a gobernadora que recayó en la administración nacional como secretaria de Asuntos Municipales.
Con el peso de sus nombres en la UCR, aparecen en la lista el ex senador y vicepresidente del Senado bonaerense Carlos Fernández, una de las espadas parlamentarias de la gobernadora María Eugenia Vidal; y el porteño Facundo Suárez Lastra, que ayudó a alinear a parte de la UCR detrás del macrismo enfrentando a los correligionarios que respaldaron a Martín Lousteau.
Pero los gobernadores radicales también tallan en la disputa con la ventaja de tener línea directa con los principales funcionarios del macrismo. El jujeño Gerardo Morales tiene su candidata: la coprovinciana y diputada reelecta Gabriela Burgos, quien ya dio muestras en el Congreso de la defensa acérrima del cuestionado Morales y del propio presidente Macri. Los mendocinos postulan a otra mujer: Claudia Najul, ex ministra del gobernador Alfredo Cornejo y alineada políticamente con Ernesto Sanz, el hombre que condujo a la UCR a la alianza con el macrismo y uno de los interlocutores de confianza del Presidente. Estas dos últimas correrían con ventaja, pero sus correligionarios tampoco se bajarán de la pelea.
Cambiemos también irá por las presidencias de al menos otras 3 comisiones, de las 17 (sobre un total de 45) que manejan los integrantes de la alianza oficialista. Le apuntan con especial interés a la comisión de Energía (vacante desde el desafuero y detención de De Vido), para no solo apuntalar los proyectos del Gobierno sino para preservar los embates opositores sobre el cuestionado ministro Aranguren. La otra es la de Previsión y Seguridad Social. Por allí pasará la reforma provisional que el Gobierno planifica enviar en febrero al Congreso.