La fotoperiodista Gabriela Manzo estuvo en la movilización del miércoles en contra de la ratificación del veto a la ley de recomposición jubilatoria y obtuvo un testimonio clave: fue quien tomó la foto del agente de la Policía Federal que minutos antes había gaseado a una niña de 10 años.
En diálogo con la 750, Manzo contó que el momento en el que disparó su cámara "fue como raro, porque uno está atento con la imagen, pero también escucha, porque no sabes de qué lado van a venir las balas, literalmente".
"En ese momento se reprimió a personas que estaban en la vereda. Un policía más alto estaba marcando gente para ir a buscarla. Uno de esos policías es el que, después nos enteramos, sale en la foto cuando gasean a la nena", recordó Gabriela.
El escándalo de la niña reprimida por las fuerzas de seguridad había sido transmitido en directo. Varios canales de TV y medios alternativos captaron el momento en que ella, que estaba acompañada por su madre, no podía respirar ni abrir los ojos producto del gas pimienta. La mostraron inclusive mientras era atendida por los socorristas médicos que trabajaron en el lugar.
Los testigos aseguraron que la policía la había gaseado, pero en el fragor de la violencia desatada y las corridas, las transmisiones pasaron de largo la evidencia.
"Esta situación se viene dando sistemáticamente en las represiones y, sobre todo, con la prensa. En muchas de las manifestaciones la policía va y reprime a la prensa. Algunos tiran a las piernas y otros más arriba. Dentro del marco represivo eso está permitido. Yo creo que va a seguir porque es el modus operandi para sostener este ajuste brutal", sostuvo la fotoperiodista.
"Nunca viví un momento así. Es muy complicado para registrar. Pero los fotógrafos no tenemos miedo y tenemos una necesidad de mostrar lo que pasa. Macri tenía sus momentos de represión, pero yo tengo la sensación que ahora hay un enfrentamiento cuerpo a cuerpo y sin discriminar. Es una época muy violenta", concluyó Manzo.