De ser un equipo incómodo, resilente y mucho más predispuesto mentalmente a la lucha que al juego, Vélez ha derivado al extremo opuesto. Y ahora es el que mejor maneja la pelota y el que tiene las ideas más claras de los veintiocho clubes que participan del campeonato de la Liga Profesional. En la fecha del fin de semana pasado, sacó adelante un partido muy complicado de visitante ante San Lorenzo y se consolidó como el máximo candidato a salir campeón a mediados de diciembre: le lleva cinco puntos de ventaja (30 a 25) a su escolta Atlético Tucumán. Y es el equipo que más puntos (55) ha ganado en lo que va de la temporada. Un modelo de regularidad y eficacia en un medio en el que cualquiera gana o pierde con cualquiera.

Vélez jugó diez encuentros tras el receso por la Copa América. Y no perdió ninguno: ganó nueve (uno ante San Lorenzo por la Copa Argentina) y sólo igualó 2 a 2 ante Banfield luego de estar ganando por 2 a 0. Lo que demuestra que lo suyo es bastante más que una racha afortunada o un envión ganador. Si la fórmula pierna fuerte y corazón caliente fue la que lo llevó a jugar la final de la Copa de la Liga ante Estudiantes, ahora lidera a partir de su mando sobre la pelota, su juego fluído y de una química notable entre los jugadores jóvenes y los más expertos para desarrollar los planteos de su técnico Gustavo Quinteros.

Al lado de un futbolista con oficio, Quinteros puso un juvenil. Y así armó cada línea del equipo. Emanuel Mamanna (28 años) y Valentín Gómez (21) componen una zaga central sobria y segura. Christian Ordoñez (21) y Agustín Bouzat (30) comparten una media cancha que marca y llega al area de enfrente. Claudio Aquino (33) aporta entendimiento y claridad al volumen de juego. Y por la banda izquierda, el atrevimiento de Thiago Fernández (20) completa el poderío ofensivo del goleador Braian Romero (33) y del veloz Francisco Pizzini (30). En el banco, más o menos se da lo mismo: el sábado ante San Lorenzo, junto con la experimentados Jalil Elías (28), Santiago Casseres (27) y Michael Santos (31), estuvieron sentados Leonel Roldán (19), Maher Carrizo (18) y los hermanos Álvaro (17) y Francisco Montoro (20). 

Si aquel equipo del primer semestre técnica y estéticamente no llenaba los ojos, este de ahora mueve la pelota y los hombres con criterio y se anima tanto a posesiones largas y de calidad como a correr de contraataque. Pero sin dejar de luchar espalda con espalda si hay que hacerlo. Este Vélez puntero ha conservado y potenciado lo mejor de aquel. Pero también le ha incorporado una melodía nueva que le ha permitido ofrecer una mejor versión de sí mismo.

Hace un año, Vélez cortaba clavos y luchaba por no irse al descenso. De hecho, recién en la última fecha de la Copa de la Liga pudo respirar aliviado. Ahora con otra conducción y otras ideas dentro y fuera de los campos de juego, sueña con volver a salir campeón después de once años. Queda medio torneo por recorrer. Pero será difícil que Vélez se caiga si sigue haciendo sus cosas como las ha venido haciendo hasta aquí.