A Javier Milei ya no lo ven. O no lo quieren ver más, en realidad. El comportamiento de la audiencia en la cadena nacional con la que el domingo el presidente de la Nación no dio demasiados detalles sobre el Presupuesto nacional 2025, solo la ratificación del juste, fue el mejor termómetro del clima social que se vive en Argentina. El rating televisivo se desplomó más de 10 puntos con el discurso presidencial, dejando a la TV abierta con el encendido televisivo más bajo del año para una noche de domingo. En las señales informativas también se repitió la huida de televidentes, cuya audiencia se desinfló en tres puntos mientras se transmitió el mensaje presidencial. Muy lejos quedaron los casi 50 puntos de audiencia que había alcanzado la cadena nacional en la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso el 1 de marzo último.

La cadena nacional del domingo por la noche fue un “pianta televidentes” para todas las pantallas. Los 50 minutos que duró la transmisión desde el Congreso provocaron bajísimos cifras de audiencia, pese a las altas expectativas que el gobierno tenía depositada en la estrategia de emitirla en pleno prime time, a las 21. De hecho, hasta Telefe había decidido posponer una semana el anunciado estreno de la nueva temporada de Susana Giménez -una de las militantes más acérrimas del gobierno libertario- para no competir con el discurso presidencial, pese a que el ciclo de la diva se va a emitir a las 22. Las expectativas chocaron con la realidad.

La cadena nacional comenzó a las 21.02 e inmediatamente las audiencias televisivas se derrumbaron. La estampida de televidentes fue automática: mientras que los canales de TV abierta promediaban en conjunto 14,1 puntos de rating a las 21.01, un minuto más tarde el encendido había descendido a 7,3 y al minuto siguiente solo alcanzaba los 4,6 puntos. Esos 10 puntos de caída en la audiencia televisiva tuvo un único evento: el inicio de la transmisión oficial, con la llegada de Milei al Congreso, donde lo esperaban Victoria Villarruel y Martín Menem.

Vale repasar algunos números de rating para darle dimensión a lo sucedido. A las 21, con la transmisión habitual, los canales de TV abierta en su conjunto medían 14,5 puntos, una cifra que cayó a 3,7 a las 21.07, con la cadena en marcha. El antes y el después es contundente: El Trece pasó de promediar 5,5 puntos a 0,3 siete minutos después; Telefe cayó de 5,2 a 2,9; El Nueve de 1,7 a 0: América de 1,6 a 0,2 y la TV Pública de 0,5 a 0,1. Ante el discurso presidencial, la caída de audiencia fue generalizada. Y así se mantuvo durante toda la cadena nacional, que en TV abierta promedió cerca de los 4,5 puntos.

El rechazo a lo que Milei podía llegar a decir fue tal que, una vez que terminó su discurso, la audiencia de los canales de TV abierta recuperaron inmediatamente su rating habitual. En Telefe, por ejemplo, Escape perfecto promedió 8,5 puntos y Survivor 8,3 puntos. En el Trece, la película La guerra del mañana marcó 4,9 puntos. Todos los canales obtuvieron recuperaron sus audiencias habituales a partir de las 21.55, cuando finalizó el discurso presidencial.

En la misma tendencia, aunque con menor impacto al tratarse de canales informativos, las señales de noticias de la TV paga también sufrieron la cadena nacional. La sumatoria de audiencia de las señales informativas era de 13,1 puntos a las 21, cifra que fue cayendo paulatinamente hasta ubicarse en los 10,8 puntos a las 21.44. Es decir, incluso aquellos televidentes que ya estaban consumiendo noticias el domingo a la noche, fueron perdiendo interés en la cadena a medida que Milei avanzaba con su discurso. Una tendencia que se mantuvo en todos los canales informativos, independientemente de la línea editorial que cada uno tenga en relación al gobierno nacional y a las políticas implementadas.

Sin demasiado interés, la cadena nacional alcanzó un promedio de audiencia que se ubicó apenas por encima de los 15 puntos de rating, sumando el encendido en los canales de TV abierta y de TV Paga. Una cifra exigua, teniendo en cuenta que no había ningún evento televisivo especial y que el partido del fútbol de primera división que se jugaba en paralelo era de escasa convocatoria (Argentinos Juniors-Newell’s). La gente eligió con libertad no ver la cadena nacional.

La baja audiencia es mas catastrófica si se la compara con los 50 puntos de rating que había hecho la cadena nacional del 1 de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso y cuyos altos niveles de audiencia que fueron festejados por los funcionarios del gobierno. "´Nuevediario´ fue el noticiero más exitoso de toda la historia de la televisión argentina. Su pico máximo de rating fue de 49 puntos, todo un récord. El discurso del Presidente Javier Milei en la apertura de las sesiones ordinarias fue de 50,8. Absolutamente demoledor. Fin", había escrito por aquél entonces en sus redes sociales el vocero presidencial Manuel Adorni. Está vez el locuaz funcionario no tuiteó nada.

El desinterés manifiesto por lo que Milei podía llegar a decir el domingo, que coincide con la caída de la imagen presidencial que viene sufriendo en los últimos meses, no solo se percibió en la pantalla chica. Algo similar ocurrió en las redes, donde la “conversación social” en torno al discurso también cayó por el piso en comparación a otras apariciones. Según la consultora Ad hoc digital, mientras que en las primeras 24 horas posteriores a la asunción presidencial las interacciones en las redes en torno al presidente habían superado las 1,6 millones y en la apertura de sesiones ese diálogo había retrocedido hasta las 750 mil, el discurso del domingo esas acciones alcanzaron apenas las 211 mil en las primeras 12 horas.

Al presidente no le fue mejor en el mundo del streaming, donde la cadena nacional tampoco alcanzó grandes cifras. Así, la transmisión oficial por YouTube se mantuvo durante todo el discurso en los 6 mil usuarios, mientras que las transmisiones web de los canales de noticias también tuvieron visualizaciones en vivo bajas: a las 21.30, TN tenía conectados a 87 mil usuarios en Youtube, LN+ a 69 mil, C5N a 31 mil, Crónica a 10 mil y A24 casi 6 mil.

Este recorrido por el sistema mediático argentino demuestra un hecho contundente: Milei dejó definitivamente de ser aquél “producto” atractivo y extravagante que irrumpió en los medios hace algunos años. Incluso, pone de manifiesto que ya no le genera ilusión a un sector de la ciudadanía como lo hacía 10 meses, sino más bien un rechazo tal que ni en la tele -ese lugar que fue su plataforma de campana política- lo pueden ver.