La falta de ideas que acusa el primer equipo en cada partido es la misma que muestra Ignacio Astore para sacar a Newell’s de su estado permanente de crisis. El presidente leproso no construyó puentes durante sus tres años de gestión, se aisló por decisión propia y ahora, ante la gravedad, de la situación no sabe qué hacer. Es por eso que contrató a Ruben Capria en el rol del manager, quien asume la tarea de encontrar entrenador para el primer equipo. Fernando Gago, de presente en el fútbol de Mexico, es el deseo del manager pero la realidad indica que los entrenadores que están dispuestos a venir son pocos, y la opción más económica es Ricardo Lunari, técnico de la reserva. El escenario es más complejo debido a que los desaciertos en la toma de decisiones se repiten cada vez que se abre el mercado de pases, las deudas ahogan a una tesorería que ya tiene problemas para pagar sueldos a empleados y así la elección decantó en Lunari, empleado del club como entrenador de la reserva.
Newell’s dio lástima ante Argentinos. Quizá ese fue el sentimiento que inspiró a los hinchas, saturados de ver al club sin competitividad, lejos de toda pelea y con jugadores en cancha por lo cuales se pagaron millones de dólares sin comprender cuál fue el diagnóstico deportivo para esas inversiones. Juan Ramírez es un delantero que costó una fortuna y es incapaz de al menos imponerse a su marcador en el área, y Fernando Cardozo y Matko Miljevic no muestran nada que no pudiera ofrecer un jugador de las inferiores. Quienes tomaron esas decisiones ya no están en el club y los dirigentes no asumen la responsabilidad. Ahora tampoco Astore se replantea su gestión. Puso por delante a Capria dado que jamás le dio lugar a algunos de sus compañeros de Comisión Directiva. Fue más fácil contratar un manager que construir el proyecto entre los propios directivos.
Capria quiere a Gago en Newell’s. En su paso ambos por Racing, el primero como manager y el segundo como técnico, el club logró títulos y gozó de dos buenos años. Pero hoy Gago está en Chivas de México, aunque no son buenos sus resultados. Así las opciones para reemplazar a Sebastián Méndez se acotan a nombres de menor trayectoria. Y Ricardo Lunari es la elección más fácil que podía hacer la dirigencia. El ex diez leproso ya pasó por el banco rojinegro sin éxito pero actualmente es el entrenador de la reserva, la cual es puntera de la Zona 2 y el jueves juega con Talleres. Astore le hizo saber ayer a Lunari que es el elegido y asume hoy en Bella Vista como sucesor de Méndez. En la mesa de evalución estuvo el nombre de Javier Sanguinetti, quien Astore quiso traer en julio pasado pero finalmente le concedió el deseo al entonces manager del club y llegó Méndez. Traer a Sanguinetti y todo su cuerpo técnico ameritaba una inversión que hoy el presupuesto del club no puede afrontar.
Para entender lo de desorientado que está Newell’s como institución, el domingo ante Argentinos fue la primera vez en su historia que jugó un partido oficial sin la presencia de al menos un jugador formado en sus inferiores. El pasado habla por si solo: todos los éxitos deportivos de la Lepra tuvieron su base en los jugadores de las divisiones menores, con el ejemplo más representativo del equipo de José Yudica en 1988. ¿Se avergonzó algún dirigente por esta inédita situación? El único que puede responder es Astore.