En el discurso leído durante poco más de 50 minutos, en un recinto semivacío, el presidente Javier Milei lo dijo tres veces

1. “Argentina, producto de ser el mayor defaulteador serial del mundo, no tiene acceso al crédito”.

2. “Esos diez años que no tuvimos déficit fue porque ya había saltado todo por los aires y estábamos en default”.

3. “No es casualidad, por eso, que seamos el máximo defaulteador de la historia moderna, si hemos vivido un siglo tomando deuda que no podemos pagar”.

También improvisó, sin seguir la letra del discurso escrito todo en mayúsculas, para recordar el default declarado por el efímero presidente Adolfo Rodríguez Saá e insistir que Argentina es un defaulteador serial.

En política, todos los presidentes han acomodado estadísticas y diversas circunstancias locales e internacionales para defender y/o ponderar sus respectivas gestiones de gobierno. En general, se han cuidado, con más o menos prolijidad, de no quedar expuestos en forma burda a la confrontación de sus afirmaciones con datos duros de la realidad.

Milei no tiene pudor en decir cualquier cosa, violentando la verdad de cuestiones que son fáciles de demostrar. Una de ellas es que Argentina es el mayor defaulteador serial del mundo. Es mentira.

Resulta importante advertirlo en estos momentos de escasa rigurosidad analítica y distribución de información confusa para no quedar atrapados de engaños y, en especial, del autocastigo. Existen suficientes motivos para flagelarse por la decadencia económica para sumar otro que no corresponde. 

Esto no significa que la economía argentina no haya transitado severas crisis, dramáticos ciclos de endeudamiento y traumáticos defaults de la deuda.

Pero en esto último no es la peor de todas.

La extraordinaria investigación de los economistas Kenneth Rogoff (ex economista jefe del FMI) y Carmen Reinhart (ex vicepresidenta del banco de inversión Bear Stearns), “Ocho siglos de crisis financieras. Historia mundial de los defaults”, permite ahuyentar la ignorancia motivada, exhibida sin temor por Milei.

Rogoff y Reinhart revelan que Argentina no se encuentra al tope de los países defaulteadores de la región. Desde su independencia hasta 2006, Argentina defaulteó 7 veces; Brasil lo hizo en 9 oportunidades; México en 8; y Venezuela en 10.

También se precisa que Ecuador, México, Perú, Venezuela y Nicaragua estuvieron en cesación de pagos o reestructurando deudas más del 40 por ciento de los años transcurridos desde que lograron la independencia. Argentina, 32 por ciento. En Europa, España defaulteó el récord de 13 veces; Alemania y Francia lo hicieron 8 veces cada uno.

Como la investigación fue publicada en 2009, para el caso argentino puede sumarse el “reperfilamiento” del gobierno de Mauricio Macri y la “reestructuración de la deuda” del gobierno de Alberto Fernández. Con este criterio hiper riguroso (en realidad, exagerado para eludir críticas livianas), Argentina sube en el ranking a 9 episodios de cesación de pagos de la deuda pública. Sigue sin ser el mayor defaulteador serial del mundo, como falsificó Milei en el Congreso.