La periodista referente de Periodistas Argentinas, Claudia Acuña, explicó por la 750 qué hay detrás de las olas de odio y ataques en redes sociales a las diversas trabajadoras de los medios de comunicación y por qué desde la llegada de Javier Milei al Gobierno este fenómeno global cobró matices muy particulares.

El análisis surge después de que con el colectivo de Periodistas Argentinas presentaron un informe titulado Ciberacoso a periodistas mujeres: la tecnocensura. Allí detallaron 16 “casos emblemáticos” de “trolling” y advirtieron que ese mecanismo orquestado “afecta y limita la libertad de expresión”.

Entrevistada por Cynthia García, quien también estuvo durante la presentación del informe, Acuña explicó que los ataques en redes sociales cobran una relevancia central en un Gobierno que tiene el territorio virtual como “su arena”.

“Para una periodista las redes sociales son una herramienta de trabajo. Das a conocer tu investigación, la nota que hacés, fragmentos de las entrevistas. Es una manera de difundir lo que haces”, añadió en este sentido, marcando el choque que se da en espacios como Twitter.

A lo que añadió: “Lo que está pasando, y esto es un cambio a partir de este Gobierno, pero que es un fenómeno global, es que interfiere el Gobierno en el desarrollo del debate social público, degradando el debate y tratando de acallar voces disidentes”.

Intentando estigmatizar, busca desacreditar todas aquellas voces que le resultan incómodas a la gestión. Esto, explicó Acuña, llevó a casos “preocupantes”, como los de Luciana Peker, que se tuvo que ir del país, o el de Ivy Cángaro, que tiene custodia policial por las amenazas de muerte.

En Argentina esto lo inicia e incentiva el propio presidente. Esto involucra mecanismos como que en la vocería se hagan preguntas sobre la opinión sobre ‘periodistas ensobradas’. Ese tipo de cosas se han utilizado y se pagan con la nuestra. Nos trollean con la nuestra”, añadió en tono irónico.

Finalmente, dijo: “Y no estamos hablando de una persona enojada detrás de un perfil falso, sino que estamos hablando de una industrialización del ataque a periodistas”.