La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, afirmó que el país es víctima de un "terrorismo climático" ejecutado por personas que actúan deliberadamente para crear el caos en Brasil, incendiando bosques y actividades productivas de las personas.
"Hay una prohibición nacional del uso del fuego, pero hay quienes están llevando a cabo un verdadero terrorismo climático", aseguró Silva ante la prensa, preguntada por los centenares de incendios que desde hace semanas afectan el territorio brasileño.
Silva señaló que ya fueron detenidas más de 20 personas y hay 50 investigaciones abiertas y es probable que haya individuos entre bastidores alentando los crímenes, lo que puede ser descubierto a través de pesquisas y trabajos de inteligencia.
"Por eso es tan importante el trabajo de la policía federal. Tenemos que seguir investigando con un trabajo combinado de inteligencia, porque así podremos saber de dónde viene esta motivación", subrayó la ministra.
La funcionaria equiparó los incendios con los hechos ocurridos el 8 de enero de 2023 cuando ocurrió el asalto a las sedes de los tres poderes del país sudamericano. "Prácticamente estoy comparando lo que está ocurriendo con el 8 de enero", aseveró la funcionaria.
La ministra subrayó que los daños por las conflagraciones en el estado de São Paulo ascienden ya a 2.000 millones de reales (unos 360 millones de dólares) para los agricultores, especialmente los de la caña de azúcar.
Según datos de la responsable de la cartera ambiental ya se quemaron 900.000 hectáreas de zonas agrícolas y ganaderas, 1,4 millones de hectáreas de pastos y un millón de hectáreas de zonas forestales.
"Un bosque húmedo no se incendia, porque el fuego empieza y el propio bosque se las arregla para apagarlo. Como ya estamos experimentando los efectos del cambio climático, es probable que el bosque esté perdiendo humedad, como dicen los científicos, y que alrededor del 32 por ciento de los incendios se están provocando intencionadamente para degradar el propio bosque", agregó Silva.
La responsable de Medio Ambiente abogó por el endurecimiento de las penas para los que cometieron este tipo de delito, que actualmente oscilan entre uno y cuatro años de prisión. "No es posible que ante una de las mayores sequías de toda la historia de nuestro continente y de nuestro país, y con la prohibición existente, las personas sigan provocando incendios. Esto causa un gran daño a la salud pública, al medio ambiente, a nuestros sistemas productivos y no hace más que agravar el problema del cambio climático", afirmó.