Cada vez más jóvenes visitan las librerías anticuarias en busca de libros raros, dedicados o primeras ediciones. La “fiesta de los libros exquisitos” eligió en esta ocasión celebrar a Julio Cortázar en coincidencia con los 110 años de su nacimiento y los 40 años de su muerte. La 17ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires, que regresa al CCK organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), se realizará en la Plaza Seca desde este miércoles hasta el domingo de 14 a 20 horas con entrada libre y gratuita. En el día de la apertura de “Cortázar para armar”, el homenaje al autor de Rayuela incluirá diálogos con la escritora Liliana Heker, la lingüista, poeta y ensayista Ivonne Bordelois, la escritora y crítica Silvia Hopenhayn y el librero anticuario Lucio Aquilanti, y una performance basada en relatos del escritor. Además habrá una exposición en la que se exhibirán manuscritos, primeras ediciones, fotografías y documentos.

A los veintidós expositores se sumará en esta edición un stand especial de la Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC), que celebra el centenario de su creación, y dos invitados especiales: “Ediciones Dos Amigos” de libros ilustrados y el Archivo General de la Nación (AGN), que por primera vez se presentará en la Feria con una muestra de facsímiles de su acervo documental y la difusión de sus actividades y servicios. El jueves a las 18, Emilio Perina, director del AGN; Liliana Barela, subsecretaria de Patrimonio Cultural de la Nación; Pablo Gasipi, auxiliar fiscal de la Justicia de la Ciudad, y Roberto Vega, presidente de ALADA, reflexionarán sobre la relación entre el coleccionismo y el patrimonio cultural en una mesa redonda en el Salón de Honor. El libro, que Borges definió como una “extensión de la memoria y la imaginación”, tiene una trastienda atractiva. Una actividad cultural que se reitera es el Espacio Taller, en el que participan artistas y artesanos de rubros como la restauración, la encuadernación, la manufactura de papeles, la impresión e ilustración, así como la edición, el grabado y la caligrafía. La Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) también participará de la Feria mostrando su oferta de carreras afines.

“La Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires se ha consolidado no sólo en la agenda cultural de nuestra Ciudad, sino que ocupa hoy un lugar de suma relevancia a nivel regional”, plantea Vega, dueño de la librería Hilario y presidente de ALADA. “Cada año, un público creciente y -contra todo pronóstico- cada vez más joven, espera asistir a esta fiesta de los libros exquisitos. Así lo hemos advertido en las últimas ediciones, y con la creación del Espacio Taller, hemos desarrollado otro punto de atracción que entusiasma porque allí están los artistas y artesanos vinculados al mundo del libro compartiendo experiencias con el público”.

En estos diecisiete años el campo anticuario se fue renovando. “El libro antiguo, el libro raro, las primeras ediciones, el libro exquisito, fue durante mucho tiempo para un público algo reducido y de una franja etaria mucho mayor que la actual”, confirma el librero Lucio Aquilanti. “Nuestra feria, entre otras cosas, ha llevado estos libros a un público mucho más amplio, ha hecho hincapié no sólo en obras de cientos de años, sino que ha acompañado una tendencia mundial que ha visto en las vanguardias del siglo XX libros tan bellos, tan valiosos, tan raros (y con ello, coleccionables) instalando obras a nuestras bibliotecas de venta que con enormes distancias entre fechas y estilos, hacen convivir impresos de Aldo Manuzio con libros de autores de 1970; tomos encuadernados en pergamino, con tapas ilustradas por Emilio Pettoruti. Es por eso también que hoy encontramos más público joven en la feria y en nuestras librerías”, explica el dueño de la librería Aquilanti.

Helena de Buenos Aires, Aizenman, El ventanal, La Librería de Ávila, Libros La Teatral, Alberto Casares, Rincón del anticuario, Aquilanti, Hilario, Armando Vites, Poema 20, Los siete pilares, Terra Nova, Galería Mar Dulce y Rayo Rojo, entre otros, se destacan entre los expositores. El concepto de libro antiguo como elemento central de nuestra actividad, es algo confuso”, reconoce Vega. “No sólo debe aludir a una antigüedad superior a los cien años -una idea generalizada a nivel internacional, aunque no sea universal-, sino que habla también del libro exquisito por su edición, o por su encuadernación, o por la historia que atesora. Buscamos esos libros intervenidos por sus autores con anotaciones o dedicatorias, y por supuesto, los raros, los que forman parte de tiradas reducidas, y como centro de atención, las primeras ediciones”.

En otras ediciones de la Feria se celebraron homenajes a Leopoldo Lugones, Domingo Faustino Sarmiento, José Hernández, Jorge Luis Borges y Miguel de Cervantes. Del “Querido cronopio mayor”, como lo llama Aquilanti, se podrán conseguir Presencia (Buenos Aires, 1938), firmado con el seudónimo Julio Denis, en una tirada de 250 ejemplares; Los Reyes (Buenos Aires, 1949), ejemplar con dedicatoria manuscrita de Cortázar, en una tirada de 600 ejemplares; On déplore la (París, 1966), con xilografías de Guido Llinás, en una tirada total de 85 ejemplares, todos firmados por los autores; y Un elogio del tres (Zurich, 1980), poesía que acompaña una seria de linografías de Luis Tomasello, una tirada de 100 ejemplares en rama, firmados por el autor y el artista. También estarán disponibles algunas fotografías vintage de Cortázar con anotaciones de puño y letra del autor, muchas inéditas, incluyendo imágenes a sus cuatro años; cartas y un poema manuscrito del autor.

En el stand de Alberto Casares, un tesoro tentará a los visitantes: una de las obras gráficas más importante del siglo XIX publicada en Buenos Aires, la “Colección general de marcas de ganado de la Provincia de Buenos Aires”, editada entre 1830 y 1835 por César H. Bacle. En la librería Aizenman se exhibirá la edición original del Manifiesto surrealista de André Breton, impreso en París, en 1924. Otra obra de relevancia, que se podrá apreciar en el stand de “Poema 20”, es el álbum editado en París en 1820 con las litografías que muestran las acuarelas de Emeric E. Vidal, el pintor viajero que fue el primero que retrató a Buenos Aires desde el interior de sus calles. Entre las propuestas de Antiqvaria Durán se destaca la casi centenaria primera edición del segundo poemario de Borges, Luna de enfrente, editada por Proa en 1925 en una tirada de 300 ejemplares, presentada en caja de conservación. El librero anticuario rosarino Armando Vites tiene una rareza del poeta peruano César Vallejo, Rusia en 1931 (reflexiones al pie del Kremlin), publicada en Madrid por Ediciones Ulises en 1931. A fines de los años veinte, el autor de Trilce viajó dos veces a la Unión Soviética y escribió diversas crónicas que publicó en Lima y Madrid y que fueron reunidas posteriormente en el libro.

“Somos veintidós stands con libreros; cada uno define su estrategia comercial buscando atender a su público habitual y especialmente, a los futuros clientes”, precisa Vega. “Este es el mayor mérito de cada feria: sacar nuestras librerías a un espacio común y público, con la expectativa de captar nuevos lectores para nuestros viejos libros. En ese plan, te encontrarás con libros de algunos miles de pesos hasta otros de algunos miles de dólares. El universo de títulos y precios es extremadamente variado”.