En medio del debate por los diputados que acompañaron el veto de Javier Milei a la reforma jubilatoria que había impulsado la propia UCR, la rama boinablanca bonaerense avanza en su pelea interna que se definirá en las elecciones del próximo 6 de octubre. 

El lunes, Facundo Manes desembarcó en Almirante Brown para brindar una charla sobre ludopatía y  marcó la cancha respecto a su lectura sobre el rol del Estado y su distancia con el Gobierno nacional. El antagonismo no es azaroso, porque el futuro del Comité Provincia está encauzado en una dualidad de carácter métrico: ¿Cuán lejos está la UCR del Presidente?

En medio de la discusión por el veto a la reforma, a ley de financiamiento universitario, y el anticipó de que ese será el destino asegurado de todas las leyes que Milei entienda como agresivas para su equilibrio fiscal, Manes subrayó que “la pobreza es un impuesto cognitivo”. Condenó la idea de la meritocracia ante la desigualdad social y ponderó el rol del Estado como garante de la igualdad de oportunidades para todos los miembros de la sociedad.

Todo eso, en paralelo a que Gastón Manes, el hermano del neurólogo que preside la Convención Nacional, impulsara la desafiliación de los diputados que rapidamente despertaron las críticas de correligionarios de todo el país. Y si bien Maximiliano Abad, actual presidente del Comité bonaerense, rechazó el veto de Milei sobre la norma, la legisladora nacional Karina Banfi que responde al senador marplatense salió al cruce de la decisión de la Convención. Así, se desató un debate virtual con la diputada y correligionaria de Banfi, Danya Tavela.

“¡No vale tirar la pelota afuera! No es esa la discusión. Era no al veto no es tan difícil!”, publicó Tavela, la ex secretaria de Políticas Universitarias e integrante de Evolución, la línea del radicalismo que lidera Martín Lousteau, que respondió a Banfi por haber tildado de “sectaria” la decisión de la Convención.

Tavela, presente en la actividad de Manes en Almirante Brown, fue la cara visible de una distancia que, a pesar de los pedidos de unidad de algunos intendentes radicales, tiene aroma a imposible. ¿Por qué? Por algo que los propios jefes comunales suelen reprochar del funcionamiento del Comité Provincia en los últimos años: "Hay que cambiar la conducción". 

Lejanía y ¿cercanía?

En lo que respecta a la distancia con Milei, Facundo Manes plantea una lejanía de cientos de kilómetros. Fue una de las primeras voces en alzarse contra la primera ley ómnibus y ensaya un constante llamado a la identidad radical con un fuerte rechazo al líder anarcocapitalista. El actual diputado nacional no se embarra en la discusión de la interna partidaria provincial, pero su tropa sí. Todos están encolumnados detrás de la candidatura de Pablo Domenichini, rector de la Universidad Nacional Guillermo Brown y diputado provincial de Evolución.

La otra vereda, la de Abad, lleva a la cabeza de su nómina a Miguel Fernández, ex intendente de Trenque Lauquen. Fernández, que presidió el Foro de Intendentes Radicales y fue reconocido por el equipo de Axel Kicillof como un “hombre de diálogo”, hoy es el rostro de Adelante Buenos Aires.

¿Es Abad un opositor a Milei? Sí. Dicho por él mismo y también en múltiples acciones en el Congreso. Pero, para varios dirigentes del radicalismo, en un tono relativamente suave. Al momento de votar la convalidación del Decreto 70/2023, se abstuvo y dejó a Lousteau, presidente del Comité Nacional, sólo en su voto negativo. Y sobre la Ley Bases, expuso un discurso crítico al Presidente de la Nación, pero acompañó la norma en la votación general.

Aunque Abad, Manes y Lousteau se llevan todas las luces del escenario, hay intendentes que pregonan por otro camino: la unidad. Cinco de ellos firmaron una carta pidiendo la reconsideración de la interna. Se trata de Maximiliano Suescún de Rauch, quien a su vez preside el Foro, Franco Flexas de General Viamonte, Lucía Gómez de Gonzáles Cháves, Martín Randazzo de General Lamadrid y Estaban Santoro de Madariaga.

“Este mandato debe surgir desde abajo, desde los afiliados, la juventud y los Comités y no ser impuesto desde la estructura”, dice el texto firmado por el quinteto de jefes comunales. Además, piden que el marco ideológico del nuevo mandato debe estar anclado en el discurso de Raúl Alfonsín.

Saber hacer política

Paradójicamente, es Manes quien repite tanto arriba como debajo de los escenarios que su visión del radicalismo es “alfonsinista”. Pero, más allá del acompañamiento de Miguel Lunghi de Tandil o Nahuel Mittelbach de Florentino Ameghino, son pocos los intendentes que comulgan con el neurocientífico, algo que, a priori, atenta contra sus intenciones de triunfar en la interna.

Aquí nace otro punto de discordia entre ambos proyectos radicales. Quienes integran las filas de Manes sostienen que en el abadismo hay una creencia exacerbada de que el senador nacional de la UCR “es el único que sabe hacer política”. “El ajedrecista”, definen a Abad en su círculo íntimo.

Pero para quienes no comparten su metodología, el marplantense llevó al radicalismo a tener menos intendentes, menos diputados y menos concejales luego de los comicios de 2023 donde tejió un acuerdo con Patricia Bullrich. La historia es conocida: la ex presidenta del PRO ganó las internas frente a Horacio Rodríguez Larreta, pero salió tercera en las generales, no entró al balotaje, cerró filas con Milei sin acuerdos hacia su partido y el radicalismo y terminó siendo ministra del gobierno de La Libertad Avanza.

Además, en el manesismo traen a colación las últimas acciones de quienes, según una porción no menor de la UCR bonaerense, no cuentan cualidades para la negociación política o, como comúnmente se le dice, la rosca. La referencia es a Manes y a Lousteau. Para contrarrestar esa lectura, cerca de ambos dirigentes exponen otra ecuación.

Tanto Manes y Lousteau condensaron una mirada en el Congreso Nacional con una oposición marcada a Milei. Lograron consensuar una lista provincial para tomar las riendas del partido y quebraron el bloque de diputados de Abad. Sucede que Domenichini y Belén Malaisi abandonaron la bancada que preside Diego Garciarena y se adosaron a la lidera por Claudio Frangul en la Cámara Baja bonaerense.

Y en el último tiempo, Manes demostró una marco de entendimiento con otros espacios. Alejandro "Topo" Rodríguez, ex diputado nacional y ministro durante el gobierno de Felipe Solá en la Provincia, participó de una actividad que el neurocientífico realizó en la Universidad Nacional de Lanús hace un par de meses. 

Ahora, Manes arribó a Adrogué, cabecera de Almirante Brown, en una actividad que estuvo organizada por la UNAB que comanda Domenichini pero en el marco del un programa sobre ludopatía infantil que llevan adelante de manera conjunta la universidad y la Municipalidad de Brown. 

El intendente local, Mariano Cascallares, participó de la charla de Manes. Y no estuvo solo, ya que Andrés Watson de Florencia Varela y Nicolás Mantegazza de San Vicente también asistieron a la Casa de la Cultura y se sentaron en primera fila. Además, cerca de ellos, estuvieron Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y Monseñor Jorge Lugones, quien está al frente de la diócesis de Lomas de Zamora. 

¿Hay clima de interna?

Por fuera de los movimientos superestructurales, los intendentes que firmaron la carta de pedido de unidad consideran que “una interna no es lo que la gente pide”. Uno de ellos asegura que, incluso, la asistencia a votar será muy baja.

Es aquí donde surge otro interrogante: ¿Hay un votante radical o hay una dualidad entre quienes tienen esperanza en Milei, quizás por un arraigado antiperonismo, y aquellos que no quieren estar cerca del hombre que quería practicar boxeo pegándole a Alfonsín?

“La política no es blanco o negro”, dice un intendente radical. Niega que se haya ido el votante radical, como quizás se le fue al PRO. Pero hay otros dirigentes de la UCR que advierten un escenario donde el radicalismo, y particularmente el de la provincia de Buenos Aires, deberá demostrar legítimamente lo que representa, sin importar un resultado electoral, sin ser “furgón de cola”, y contando con candidatos propios.