Sin más castigo a la vista que un tirón de orejas, los diputados libertarios que fueron a fotografiarse con Alfredo Astiz en el penal de Ezeiza hicieron finalmente su descargo en la Cámara de Diputados. La defensa, sin embargo, fue escrita -ninguno, excepto Lourdes Arrieta, quiso dar la cara- y giró alrededor de la misma excusa: la visita "humanitaria" para conocer las condiciones de salubridad de las unidades penitenciarias. Solo Alida Ferreyra, que ya había participado de otra visita a genocidas en Campo de Mayo, atinó a defender la visita a los represores e, incluso, la presentación de iniciativas por la impunidachats con asesores de Martín Menemel escándalo, para ellos, ya puede darse por cerrado.