El aroma del pasto recién cortado 8 puntos
Argentina/Uruguay/México/Estados Unidos/Alemania, 2024
Dirección: Celina Murga
Guion: Juan Villegas, Lucía Osorio y Celina Murga
Duración: 112 minutos
Intérpretes: Joaquín Furriel, Marina de Tavira, Alfonso Tort, Romina Peluffo, Emanuel Parga, Verónica Geréz.
Estreno en salas de cine.
Como nunca antes en la historia de la humanidad, mujeres y hombres parecen haberse convertido en especies distintas. Recelos, acusaciones cruzadas y el deseo cada vez más puesto en cuestión aparecen como fronteras visibles de un conflicto histórico, que durante los primeros años del siglo XXI escaló a niveles inimaginables apenas a finales del siglo anterior.
Ese parece ser el ground zero sobre el que la cineasta argentina Celina Murga decidió construir su nuevo trabajo, El aroma del pasto recién cortado. La película llega a los cines argentinos con los blasones que le otorgan sus pasos por prestigiosos festivales, entre ellos los de Tribeca y el inminente San Sebastián, que comienza este viernes, donde formará parte de la competencia Horizontes. Como si fuera poco, cuenta además con la presencia del maestro Martin Scorsese entre sus productores.
No es que El aroma del pasto recién cortado ponga en escena de forma explícita ese conflicto. No se trata de una historia donde se pronuncie la palabra patriarcado, ni donde se hable de feminismo a los gritos. Y si bien todos esos asuntos (y otros) están presentes, su aparición tiene lugar con sutileza, sin groserías ni subrayados. Por el contrario, la película plantea un simple juego de espejos con dos protagonistas, un hombre y una mujer, que deben atravesar situaciones idénticas. Como si se tratara de una tesis, el argumento se propone comprobar de qué forma se percibe la misma historia a partir del recurso de cambiar el sexo de su protagonista.
Natalia y Pablo son profesores universitarios, ambos dan clases en la Facultad de Agronomía, están casados y tienen dos hijos. Los dos comenzarán una aventura amorosa con uno de sus alumnos. Con generosidad, la película elige no ver un acto de maldad en sus infidelidades, sino que las retrata como parte de un proceso emocional lleno de conflictos éticos y morales. Pero también como la fuente de una felicidad inesperada, activando el viejo dilema del deseo contra la culpa.
Murga elige no presentar el asunto como una confrontación, sino buscando comprender los conflictos y emociones que enfrentan cada uno de los protagonistas, que quizás no sean tan distintos cuando se los aborda desde la mirada de los propios personajes. Las diferencias más bien surgen cuando aparece el punto de vista de los otros, el de la sociedad de la que ambos forman parte. Es decir, la mirada del mundo, un rol que la película hábilmente deja librado al público, obligando a que cada espectador encuentre su propio reflejo en la pantalla.
La clave del dispositivo radica en el principio de igualdad de la premisa. Porque si bien las situaciones que enfrentan Natalia y Pablo no son idénticas en sus detalles, lo son en la intención de la puesta. Sin embargo, ¿se juzga de la misma forma una infidelidad si la lleva adelante un hombre que si lo hace una mujer? La pregunta puede aplicarse a otras situaciones cotidianas. En ese sentido, El aroma del pasto recién cortado es una película kuleshoviana, en la que situaciones similares resultan muy distintas a partir de la contigüidad que propone el montaje. Como las escenas con el rector de la universidad, donde una sonrisa puede percibirse como de complicidad o de enjuiciamiento, dependiendo tanto de quién sea el destinatario de la misma, como de la mirada del que observa la situación.
El aroma del pasto recién cortado permite que hombres y mujeres vuelvan a comulgar en la naturaleza sensible que los une. Una decisión antes que nada ética, que elige ponerse del lado de sus personajes, para abrazarlos por igual, acompañarlos sin emitir juicios y llegar hasta el final de la película. Que de ningún modo es el final de sus historias.