La economía se contrajo 1,7 por ciento en el segundo trimestre del año, según informó el miércoles Indec. Si bien el dato es más moderado que el 5,2 por ciento del primer trimestre, los sectores más importantes –excepto el agropecuario- profundizaron la contracción respecto a comienzos de año. En los números, el deterioro en la industria, el comercio y la construcción fue prácticamente compensado por la recuperación del agro tras la sequía de 2023. En cuanto a las variables de la demanda agregada, según muestran las estadísticas de Indec, se profundizó la caída del consumo, la inversión y el gasto público.

Nuevamente la recuperación de la actividad agropecuaria dejó mejor parada en las estadísticas al desempeño de la economía en el segundo trimestre del año. El PBI se contrajo 1,7 por ciento interanual pero el agro creció 81,2 por ciento (y aportó 5,1 puntos de variación positiva al total) en un contraste contra el año anterior de sequía y cosecha en mínimos históricos. Los datos del segundo trimestre –período fuerte de la cosecha y exportación sojera- deben más a una cuestión estadística que al reflejo de dinamismos récord en la actividad rural o la economía en su conjunto.

Sectores en crisis

Por el contrario, la crisis se agravó en los restantes tres sectores más relevantes de la economía: la industria manufacturera, el comercio minorista y mayorista, y la actividad en la construcción. En comparación con igual trimestre de 2023, la producción industrial retrocedió 17,4 por ciento, con lo cual se intensificó la crisis del primer trimestre del año (en 3,7 puntos). En segundo lugar aparece la incidencia negativa del comercio, con una contracción del 15,7 por ciento interanual (2 puntos mayor a la del anterior trimestre) y en tercer lugar el desplome en la construcción del 22,2 por ciento interanual (caída 2,5 más profunda que en el primer trimestre).

En cambio, al considerar la viaración del PBI en su conjunto, incluyendo el sector agropecuario, los datos de Indec muestren que el PBI se contrajo menos en el segundo trimestre de 2024 que en el primero (5,1 por ciento). A su vez, los datos oficiales para el primer semestre del año mostraron un deterioro del 3,4 por ciento contra el año pasado.

En términos sectoriales, otro sector que contribuyó en términos favorables al PBI fue la explotación de minas y canteras. Registró una expansión del 6,6 por ciento interanual, en línea con el desempeño del trimestre anterior. Transporte y telecomunicaciones en tercer lugar (2,2 por ciento interanual de expansión), pesca (crecimiento del 41,3 por ciento interanual) y los servicios de electricidad, gas y agua (2,8 por ciento) también también tuvieron comportamiento positivo. Y del otro lado, además de los sectores mencionados, se destacó el aporte negativo de la intermediación financiera con una caída del 9,8 por ciento interanual.

Se trata este de un curioso experimento de Gobierno pro-mercado, que desordena la actividad en casi todas las ramas de producción de la economía, incluyendo las finanzas, algo que no ocurría en las anteriores experiencias de gobierno neoliberales. 

Demanda deprimida

Del lado de la demanda, el informe de actividad del Indec muestra caídas muy fuertes en el consumo y la inversión privadas, que son las variables con más incidencia en la caída total del producto. En el caso del consumo de los hogares se retrajo 9,8 por ciento en términos interanuales, lo cual dio cuenta también en este caso, de una profundización del deterioro respecto al trimestre anterior (de 3,2 puntos en la tasa de caída). 

La inversión privada de empresas fue 29,4 por ciento más baja que en igual período de 2023, una contracción récord que solo tiene parangón en los años de pandemia. La caída de la inversión también se aceleró respecto de comienzos de año (5,6 puntos porcentuales).

La contracción del gasto público aporta mucho menos a la caída del producto en términos estadísticos, pero no perdió el ritmo que marcaron las restantes variables de la demanda y profundizó el deterioro en el segundo trimestre: cayó 9,8 por ciento en términos interanuales (3,2 puntos porcentuales más que entre enero y marzo).

La demanda de bienes importados también reflejó la fuerte retracción del consumo, con una caída del 22,5 por ciento respecto del año pasado en el segundo trimestre, siete puntos más alta que la registrada en el primer trimestre.